El presidente de Pakist¨¢n dice que las operaciones ser¨¢n "cortas" y "selectivas"

El general Pervez Musharraf, presidente de Pakist¨¢n, ha declarado esta ma?ana que tiene "garant¨ªas" de que las operaciones militares de Estados Unidos en Afganist¨¢n ser¨¢n "cortas", "selectivas" y evitar¨¢n dentro de lo posible "da?os colaterales". El Gobierno de Islamabad mantiene un dif¨ªcil equilibrio con su opini¨®n p¨²blica ya que, al mismo tiempo que es el ¨²nico pa¨ªs que sigue reconociendo a los talib¨¢n, se ha convertido en el principal aliado en la zona de EE UU.

En una rueda de prensa celebrada en el auditorio de la Biblioteca Nacional de Islamabad, Musharraf, que ha comparecido vestido de uniforme, ha se?alado que van a seguir "buscando cualquier oportunidad para mantener las interacciones" necesarias con el fin de solucionar la crisis desencadenada tras los atentados del pasado 11 de septiembre contra Estados Unidos.

"Creo que los ataques pueden durar un d¨ªa o dos m¨¢s, a lo sumo", ha precisado Musharrar, quien ha recalcado que los objetivos de los ataques est¨¢n muy claros y que, seg¨²n las informaciones de que dispone, las acciones conjuntas de EEUU y el Reino Unido deber¨ªan ser breves.

El presidente paquistan¨ª ha subrayado que la operaci¨®n militar brit¨¢nico-estadounidense contra Afganist¨¢n "no ha partido en ning¨²n caso" de territorio de Pakist¨¢n, aunque ha reiterado que desde el mismo 11 de septiembre puso a disposici¨®n de Estados Unidos el espacio a¨¦reo nacional.

Musharraf ha recalcado que el objetivo de los ataques no es Afganist¨¢n, sino el terrorista saud¨ª Osama Bin Laden -protegido de los talib¨¢n y acusado por EE UU de ser responsable de los atentados del 11 de septiembre- y su red terrorista, Al Qaeda (La Base). "Al Qaeda no es m¨¢s que una rama del ¨¢rbol del terrorismo; hay que ir a las ra¨ªces", ha dicho Musharraf en relaci¨®n a la organizaci¨®n que dirige Bin Laden.

Ejecutivo multi¨¦tnico

Musharraf se ha referido tambi¨¦n al futuro de Afganist¨¢n una vez que concluyan los ataques. En este sentido, ha subrayado que "todos debemos asegurar la unidad y la estabilidad de Afganist¨¢n; se debe promover un gobierno multi¨¦tnico, que refleje la realidad nacional afgana".

"Recomiendo que no se lleven acciones pol¨ªticas ajenas al pueblo de Afganist¨¢n", ha manifestado el presidente paquistan¨ª, en lo que ha parecido un aviso a la comunidad internacional para que no trate de imponer en el pa¨ªs un gobierno ajeno a la propia realidad afgana.

Musharraf ha comentado que ha estado en contacto con todos los l¨ªderes internacionales, en especial con el presidente estadounidense, George Bush, y con el primer ministro brit¨¢nico, Tony Blair, con quienes ha intercambiado puntos de vista sobre el futuro de Afganist¨¢n.

"Se debe comenzar lo antes posible a reconstruir el pa¨ªs para que los refugiados" afganos que se encuentran en Pakist¨¢n (entre 2,5 y 3 millones, aproximadamente) puedan regresar a su pa¨ªs cuando antes, ha dicho Musharraf.

Violentas protestas

Las palabras de Musharraf no son, sin embargo, compartidas por una buena parte de la poblaci¨®n de Pakist¨¢n. Esta ma?ana m¨¢s de 10.000 manifestantes han recorrido las calles en Quetta, al oeste del pa¨ªs, para protestar contra los ataques. Durante los disturbios, ha muerto al menos una persona y un centenar han resultado heridas.

Los manifestantes, en su mayor¨ªa de la etnia past¨²n, dominante entre los miembros del r¨¦gimen afgano de los talib¨¢n, han tomado bajo su control algunos barrios de la ciudad, capital de la provincia de Beluchist¨¢n, tras levantar barricadas formadas por neum¨¢ticos en llamas.

Adem¨¢s, algunos veh¨ªculos y edificios han sido incendiados y la polic¨ªa ha tenido que utilizar gases lacrim¨®genos para dispersar la muchedumbre.

Los incidentes han comenzado despu¨¦s de que los l¨ªderes religiosos de varias mezquitas de Quetta respondieran a los ataques sobre Afganist¨¢n declarando la guerra santa obligatoria contra los pa¨ªses occidentales.

En la ciudad se han producido al menos tres manifestaciones de estudiantes y de grupos radicales isl¨¢micos. El sentimiento antiamericano se ha transformado en antiextranjero. Cuando los violentos se han dirigido al hotel Serena, un establecimiento de lujo, la polic¨ªa ha tenido que arrojar 20 granadas lacrim¨®genas para mantenerlos a distancia.

Sin embargo, no han podido evitar que los alborotadores saquearan las dependencias de la Alta Comisar¨ªa de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), e incendiaran las del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), adem¨¢s de dos salas de cine en las que se proyectaban pel¨ªculas estadounidenses.