Ejecutan en Texas a un hombre por un asesinato que cometi¨® cuando era menor
Las peticiones de clemencia de Amnist¨ªa Internacional, la Uni¨®n Europea y la propia juez que presidi¨® el proceso no han conseguido parar la ejecuci¨®n
Napole¨®n Beazley, un hombre afroamericano de 25 a?os, ha sido ejecutado a las 18.00 horas (1.00 de la ma?ana de hoy en Espa?a), en la localidad de Huntsville, en Texas, por el asesinato de John Lutig, en 1994 cuando tan s¨®lo ten¨ªa 17 a?os.
Beazley no ha querido hacer una declaraci¨®n final antes de convertirse en la persona 270 ejecutada en Texas desde la reimplantaci¨®n de la pena de muerte en el estado en 1982, y el d¨¦cimo ejecutado en el estado por un crimen cometido siendo menor.
El pen¨²ltimo acto de la muerte de Napole¨®n Beazley ha sido, apenas dos horas antes de la ejecuci¨®n, la negativa del Tribunal Supremo de Estados Unidos, por tercera vez a considerar una apelaci¨®n de la defensa.
Como en las dos ocasiones anteriores, en agosto de 2001, y el pasado viernes, tres jueces se recusaron a s¨ª mismos de la decisi¨®n por tener relaci¨®n con el hijo de la v¨ªctima, Michael Lutig, juez federal en Virginia, y el tribunal decidi¨® no decretar una paralizaci¨®n de la ejecuci¨®n para considerar la apelaci¨®n.
Cuatro horas antes el Consejo de Perdones y Libertad Condicional de Texas decidi¨® no considerar la petici¨®n de la defensa de conmutar la sentencia por una cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
La ¨²nica oportunidad para Beazley era que el gobernador, Rick Perry, decidiera decretar una paralizaci¨®n de la sentencia de un mes para reevaluar el caso. Algo que el gobernador no ha hecho a pesar de la presi¨®n de una campa?a de Amnist¨ªa Internacional, que tom¨® el caso como estandarte de la lucha contra la pena de muerte, especialmente contra la ejecuci¨®n de personas que cometen un crimen siendo menores, de varias cartas de la Uni¨®n Europea, y de diversas personalidades.
Primer arresto
El asesinato en 1994 de John Lutig motiv¨® el primer arresto de Napole¨®n Beazley, que era un estudiante notable, presidente de su clase y estrella del equipo de f¨²tbol de su colegio en la peque?a localidad tejana de Grapeland.
Seg¨²n la sentencia Beazley se dispon¨ªa a robar el Mercedes de Lutig junto con dos c¨®mplices en la localidad de Tyler, tambi¨¦n en Texas, cuando dispar¨® dos tiros que acabaron con la vida de Lutig; su esposa se hizo la muerta para evitar que la dispararan.
Beazley afirm¨® haber traficado con crack y tener un arma, que fue identificada como la que efectu¨® los disparos que mataron a Lutig, pero no hab¨ªa sido arrestado nunca.
"Peligrosidad futura"
Durante el juicio los testigos citados por la defensa calificaron al condenado como un joven integrado no violento y brillante, uno de los argumentos utilizados por la defensa para intentar establecer que no existe "peligrosidad futura" en Beazley, un requisito para la pena de muerte en Texas.
Los dos c¨®mplices de Napole¨®n Beazley sin embargo s¨ª declararon que era un individuo violento, peligroso, que plane¨® el asesinato y afirm¨® no arrepentirse despu¨¦s. A?os m¨¢s tarde, en otra declaraci¨®n ambos se retractaron de sus anteriores palabras, que fueron motivadas por su inter¨¦s en hacer a Beazley "parecer lo m¨¢s malo posible", por lo que la fiscal¨ªa les hab¨ªa prometido no pedir para ellos tambi¨¦n la pena de muerte.
La defensa tambi¨¦n denunci¨® la inhabilidad de su abogado de entonces para impugnar la composici¨®n del jurado. En un condado con un 20 % de poblaci¨®n afroamericana, como el propio Beazley, el jurado estaba compuesto ¨ªntegramente por blancos. Adem¨¢s al menos uno de ellos se comprob¨® posteriormente que defend¨ªa puntos de vista racistas, y otro fue empleado durante varios a?os del socio de la v¨ªctima.
Seg¨²n Amnist¨ªa Internacional, tan s¨®lo se ejecuta a personas que cometieron un crimen antes de cumplir la mayor¨ªa de edad en cinco pa¨ªses desde 1995, Nigeria, Ir¨¢n, Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, Pakist¨¢n y Estados Unidos, que es el pa¨ªs en el que se han producido m¨¢s de estas ejecuciones, nueve, cinco de ellas en Texas, m¨¢s que en ning¨²n otro estado.
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