Tejas ejecuta hoy a un joven negro que cometi¨® su delito cuando era menor
Napoleon Beazley ten¨ªa 17 a?os cuando asesin¨® al padre de un juez
El Estado de Tejas se dispone a ejecutar hoy a otro delincuente juvenil. Napoleon Beazley morir¨¢ de una inyecci¨®n letal en el penal de Huntsville (Tejas) a las seis de la tarde (una de la madrugada del jueves en Espa?a). En Tejas, los menores de 18 a?os no pueden votar, beber alcohol ni formar parte de un jurado, pero el Estado no tiene ning¨²n escr¨²pulo en condenarlos a muerte, manifiesta la organizaci¨®n de defensa de los derechos humanos Amnist¨ªa Internacional (AI) en un informe. De los 38 Estados que autorizan la pena capital en EE UU, 23 permiten la ejecuci¨®n de criminales que eran menores en el momento del delito.
'Con la ejecuci¨®n de Napoleon Beazley por un delito que cometi¨® cuando ten¨ªa 17 a?os, EE UU muestra su desprecio por el derecho internacional y la dignidad', denuncia AI. Durante la ¨²ltima d¨¦cada, casi un tercio de las ejecuciones de delincuentes juveniles de las que se ha tenido noticia en todo el mundo se han llevado a cabo en el Estado tejano.
A menos que la defensa de Beazley presente un recurso de ¨²ltimo momento, ser¨¢n 18 las ejecuciones de menores de edad que se han realizado en EE UU desde que se reanud¨® en el pa¨ªs el homicidio judicial, de las cuales 10 han sido en Tejas, seg¨²n el Centro de Informaci¨®n sobre la Pena de Muerte, con base en Washington. Si no llega un indulto, Beazley ser¨¢ ejecutado por el asesinato en 1994, durante el robo de un autom¨®vil, de John Luttig, padre de un juez federal y conocido vecino de Grapeland, la ciudad del este de Tejas donde se celebr¨® el juicio.
Discriminaci¨®n racial
Pero el caso de Napoleon Beazley pone tambi¨¦n de manifiesto otras cuestiones. 'El racismo ha vuelto a mostrarse en toda su fealdad como posible factor determinante de una condena a muerte', explica AI, se?alando que la acusaci¨®n calific¨® a este joven negro de 'animal' ante un jurado compuesto por 12 blancos, uno de los cuales albergaba hondos prejuicios contra los negros.
En este sentido, un peri¨®dico de la capital de Tejas, el Austin American-Statesman, sostiene que 'hay ciertas pruebas que sugieren la existencia de discriminaci¨®n racial, de un proceso injusto y de falsos testimonios sobre el presunto peligro que el joven representaba para la sociedad -requisito sin el cual no puede dictarse una condena a muerte en Tejas-'. Para complicar m¨¢s el caso, el diario The New York Times publicaba el lunes que el abogado de Beazley, Walter Long, pidi¨® que el juez del Tribunal Supremo, Clarence Thomas, fuera excluido del examen de la solicitud para aplazar la ejecuci¨®n. El motivo: el juez federal Michael Luttig particip¨® en 1991 en las audiencias para su nombramiento para la Corte Suprema.
Anteayer, el Tribunal Supremo neg¨® en una controvertida decisi¨®n el aplazamiento de la ejecuci¨®n de Beazley. La votaci¨®n final del Supremo fue de tres votos a favor y otros tres en contra, ya que otros tres jueces decidieron no participar en las deliberaciones del caso por sus amistades con el hijo de la v¨ªctima. En caso de empate, la decisi¨®n supone negar la petici¨®n de aplazamiento de la defensa.
'Napoleon Beazley est¨¢ a punto de pagar el precio definitivo no por haber cometido un delito, sino porque su Gobierno cree que est¨¢ por encima de las leyes internacionales y porque la acusaci¨®n estuvo dispuesta a tergiversar pruebas para conseguir una condena a muerte', puntualiz¨® Amnist¨ªa Internacional.
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