Reagan, el 'hacker'
El ex presidente de EE UU filtr¨® deliberadamente tecnolog¨ªa defectuosa a la URSS para sabotear sus industrias clave
El ex presidente de EE UU, Ronald Reagan, pudo ser el primer hacker de la historia y el creador junto a la CIA del primer virus inform¨¢tico conocido. Al menos es lo que cuenta Thomas C. Reed, ex secretario de la Fuerza A¨¦rea en un libro, En el abismo: viaje al interior de la Guerra Fr¨ªa, que se publicar¨¢ el mes que viene en EE UU y cuyo contenido revela en parte hoy The Washington Post. Seg¨²n su relato, el entonces presidente y la agencia de inteligencia planearon transferir tecnolog¨ªa defectuosa a la Uni¨®n Sovi¨¦tica para sabotear industrias esenciales del pa¨ªs. Y en parte lo consiguieron.
La maniobra de Washington fue la respuesta a la creaci¨®n en 1970 de una agencia por la KGB denominada Directorio T, encargada de robar tecnolog¨ªa a los pa¨ªses occidentales y que hab¨ªa cosechado ¨¦xitos notables. La oportunidad para reventar su labor y, de paso, introducir un caballo de Troya tras las filas enemigas se la proporcion¨® a Reagan el entonces presidente de Francia Francois Mitterrand, quien le ofreci¨® los servicios de un agente doble, el Coronel Vladimir Vetrov, que participaba en el Directorio T y que revel¨® a EE UU los sectores en los que estaba especialmente interesado Mosc¨².
Washington decidi¨® entonces emprender una guerra sucia contra su particular Imperio del Mal y filtr¨® un programa inform¨¢tico para las plantas de extracci¨®n de petr¨®leo que los servicios secretos occidentales se dejaron deliberadamente robar por los sovi¨¦ticos. El c¨®digo, oculto en el programa, estropeaba el mecanismo que pon¨ªa en funcionamiento las bombas, turbinas y v¨¢lvulas y somet¨ªa a los oleoductos a una presi¨®n por encima de la que los materiales pod¨ªan soportar.
El efecto fue espectacular. El virus provoc¨®, ante el asombro de los sovi¨¦ticos, la explosi¨®n de un oleoducto siberiano en 1982, el estallido no nuclear m¨¢s enorme de la historia. El fuego se vio incluso desde los sat¨¦lites esp¨ªas de EE UU y la aver¨ªa, y subsiguiente falta de suministro, afect¨® seriamente a la econom¨ªa de la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
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