La fragilidad del para¨ªso
Cabo Verde, que ascender¨¢ en 2008 al grupo de pa¨ªses de desarrollo medio, afronta con templanza los desaf¨ªos del futuro
Llega con paso firme, malet¨ªn, ch¨¢ndal, camiseta de tirantes, gafas de sol, se sienta en una mesa de la terraza del Hotel Praiamar de la capital del pa¨ªs (llamada Cidade da Praia qui¨¦n sabe por qu¨¦, ya que playas no hay y ciudad hay poca), saca su ordenador port¨¢til y se pone a trabajar. Cuando acaba, no tiene problema en contar su vida, sus anhelos y su visi¨®n del pa¨ªs.
Se llama Esmeralda Monteiro, tiene 34 a?os, se licenci¨® hace ocho en Ingenier¨ªa Inform¨¢tica por la Universidad de Coimbra ("?qu¨¦ sitio tan triste!"), volvi¨® a su pa¨ªs, se coloc¨® en CV Telecom (la telef¨®nica nacional, socia de la lusa PT) y ahora es supervisora, gana 1.200 euros al mes, vive con su novio ("¨¦se juega a los jefes, es alto directivo"), no tiene hijos y proclama con orgullo: "En Cabo Verde se acabaron los tiempos de la poligamia y el machismo. Hace 20 a?os yo no hubiera podido estar aqu¨ª sentada con usted. Dicen que se degradan los valores, pero es al rev¨¦s. Aunque las mujeres seguimos marginadas de los centros de poder, hemos dado un gran salto: ahora decidimos solas".
Monteiro es el mejor ejemplo del empuje de la ilustrada, viajada y ambiciosa clase media milagrosamente surgida en este paup¨¦rrimo archipi¨¦lago varado en el Atl¨¢ntico, estrat¨¦gico s¨®lo como almac¨¦n y lugar de tr¨¢nsitos turbios (esclavos, piratas, plantas, guerrilleros, droga, inmigrantes) y azotado por un pasado feroz de hambrunas y emigraci¨®n (a¨²n hay m¨¢s nacionales fuera que dentro del pa¨ªs, y aqu¨ª hay 450.000).
En una mesa cercana toma caf¨¦ Carlos Pinheiro, otro ingeniero. El jefe de operaciones a¨¦reas del nuevo aeropuerto de Praia tiene 39 a?os y tambi¨¦n est¨¢ orgulloso de su pa¨ªs, que en su campo es el campe¨®n de ?frica: la seguridad de los aviones nacionales es de las m¨¢s fiables del continente, seg¨²n Estados Unidos. "No tenemos riquezas, ni materias primas ni agricultura ni industria, apenas producimos mano de obra barata. Nadie daba un escudo por nosotros, pero ah¨ª estamos", afirma sonriendo.
?Exagera? No mucho. Cabo Verde cultiva ma¨ªz, frijoles y yuca, y pesca at¨²n (bastante tosco), una c¨¦lebre langosta (debe ser solo una porque en los restaurantes no hay qui¨¦n la encuentre) y unas gambas ricas y abundantes, que sirven (en portentoso, higi¨¦nico y exportable gesto humanitario), a la plancha, con cabeza y el cuerpo ya pelado.
Oferta tur¨ªstica
Adem¨¢s, tiene una incipiente (y amable y verde) oferta tur¨ªstica, copada por hoteles portugueses y espa?oles, que ha crecido mucho desde el 11-S; m¨¢s de mil kil¨®metros de carreteras, educaci¨®n primaria universal, una universidad privada en Praia y otra p¨²blica en camino, apenas se ven chabolas, no hay violencia, ni tortura, ni guerras, ni miseria, ni golpes de Estado; la econom¨ªa avanza poco a poco, la gente presume de que vive muy bien (por encima de sus posibilidades, matizan algunos) y cuando participa en las citas democr¨¢ticas exhibe una actitud desinhibida y l¨²dica.
Mientras miles de j¨®venes bailaban fren¨¦ticamente la noche del viernes en la Avenida de Lisboa durante los cierres de la campa?a electoral de los candidatos presidenciales Pedro Pires y Carlos Veiga (a 500 metros escasos el uno del otro), Am¨ªlcar, un vendedor de camisetas, llamado as¨ª en honor del h¨¦roe independentista Am¨ªlcar Cabral, se planteaba muy seriamente "votar por los dos el domingo".
Pero, por lo dem¨¢s, explica una fuente diplom¨¢tica europea, "Cabo Verde sigue siendo un pa¨ªs pobr¨ªsimo. Y afronta un futuro lleno de desaf¨ªos".
B¨¢sicamente, tres: el narcotr¨¢fico, el paro, el petr¨®leo. Desde 2001, el primer ministro Jos¨¦ Mar¨ªa Neves, economista formado en Brasil, parece empe?ado en mejorar la sanidad p¨²blica, formar mano de obra cualificada y ampliar el punto de mira pol¨ªtico y comercial hacia Brasil, Estados Unidos y la UE para poder luchar mejor contra los narcos.
De momento, Bruselas ha concedido a Cabo Verde un estatuto especial que le permitir¨¢ convertirse en socio especial en 2008: ese a?o en que termina su catalogaci¨®n como naci¨®n en v¨ªas de desarrollo y comienza a regir su estatus de pa¨ªs de desarrollo medio. Lisboa, la ex metr¨®polis, ayudar¨¢ en ese proceso, que ser¨ªa una gran noticia si no implicara perder la ayuda internacional cuando el pa¨ªs tiene una gran masa de poblaci¨®n joven (el 40% a¨²n no ha cumplido los 18 a?os) y un paro estimado en el 30%.
Desempleo y narcotraficantes
El desempleo es, adem¨¢s, el mejor caldo de cultivo para la llegada de los narcotraficantes. En el ¨²ltimo a?o, se han decomisado m¨¢s de 300 kilos de coca¨ªna en los aeropuertos. "Pero el problema son los barcos, incontrolables para nuestra marina en un territorio de agua tan extenso", dice Esmeralda Monteiro. Seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas, "si Cabo Verde sigue siendo lugar de almacenaje y tr¨¢nsito hacia Europa de la droga, eso destrozar¨¢ las vidas de muchos j¨®venes y ser¨¢ un c¨¢ncer para la econom¨ªa porque comprar¨¢ pol¨ªticos, jueces y polic¨ªas, y corromper¨¢ al Estado".
La tercera inc¨®gnita es el petr¨®leo. Las aguas son aqu¨ª muy profundas y de momento no hay. "Pero probablemente habr¨¢", dice sonriendo un veterano funcionario. El avispero de Oriente Medio y los avances tecnol¨®gicos en extracciones profundas invitan a pensar en el inminente desembarco de las petroleras estadounidenses. "En cualquier caso, seremos la base de tr¨¢nsito o descanso de las compa?¨ªas que operan en Senegal, Nigeria y Angola", dice la misma fuente.
Otro problema candente es el cambio de direcci¨®n de las migraciones. En los ¨²ltimos tiempos, el mercado portugu¨¦s no absorbe casi caboverdianos; prefiere a los europeos del Este, igual de baratos y mejor cualificados. Y, por otro lado, a ra¨ªz de la mejor¨ªa econ¨®mica nacional —mucha construcci¨®n civil en marcha— y de la asociaci¨®n regional con Senegal, Nigeria, Mal¨ª y Guinea Bissau, que permite la libre circulaci¨®n de personas, Cabo Verde est¨¢ recibiendo a miles de trabajadores de esos pa¨ªses.
Muchos vienen para intentar enrolarse rumbo a Europa en algunos de los pesqueros que han empezado a zarpar hacia Canarias, otro problema nuevo que sali¨® a la luz cuando la polic¨ªa mar¨ªtima intercept¨® dos grandes barcos con cientos de personas a bordo, el ¨²ltimo de ellos gracias a un "soplo" del servicio de espionaje espa?ol.
Pero muchos otros inmigrantes, como los senegaleses, "que son carpinteros o pedreros muy bien cualificados", se?ala Esmeralda Monteiro, se quedan trabajando aqu¨ª para empresas nacionales; sobre la ocupaci¨®n de los menos cualificados, el semanario local Expresso apuntaba el viernes una pista: muchos guineanos son proxenetas de las llamadas meninas da night (ni?as de noche).
Con la templanza melanc¨®lica, sabia y suave de sus mornas, Cabo Verde se prepara para ese futuro incierto. Seguramente no ser¨¢ una panacea. Aunque el ¨²ltimo para¨ªso bien merecer¨ªa que lo fuera.
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