El 'oro verde', entre la erradicaci¨®n y la legalidad
Los pa¨ªses andinos ensalzan los valores sociales y medicinales de la hoja de coca para desligarla de su uso en estupefacientes
Como su aroma denso y penetrante, la hoja de coca, oro verde, asoma con fuerza en Bolivia, Per¨², Colombia, Ecuador, norte de Argentina y Chile—algunos de estos pa¨ªses con mayor¨ªas ind¨ªgenas—, dispuesta a romper los mitos que, "por obra de Occidente, han sometido al s¨ªmbolo de su identidad cultural a un secular vilipendio y calumnia", se?alan las historiadoras Ana Mar¨ªa Lema y Mar¨ªa Luisa Soux.
La coca, no la coca¨ªna, es un elemento de vital importancia en la vida de un quechua, aimara o guaran¨ª. La tradici¨®n de acullicar (succi¨®n de los jugos de varias hojas de coca colocadas a un costado de la boca) sigue viva con muchos usos sagrados, medicinales, sociales, laborales y alimenticios de la cultura andina, usos que seg¨²n estudios antropol¨®gicos exist¨ªan en Am¨¦rica Latina desde hace por lo menos 5.000 a?os.
En cambio, la coca¨ªna, no la hoja de coca, ha sido "un invento de los europeos", coinciden Lema y Soux, y explican que ya en 1859 se hab¨ªa conseguido aislar el clorhidrato de coca¨ªna en un laboratorio austriaco, producto que fue experimentado por el padre del psicoan¨¢lisis, Sigmund Freud, mientras que laboratorios de Europa y Estados Unidos usaban los derivados de la hoja para usos medicinales (anest¨¦sicos y antiespasm¨®dicos). Pero "la ¨¦poca de gloria dur¨® relativamente poco", se?ala Lema.
Al descubrirse los efectos negativos de la coca¨ªna, se intent¨® subsanar el error con la destrucci¨®n de los cultivos de coca, materia prima de la droga, y fue la raz¨®n por la que, tras un informe encargado por la ONU en 1950, fue incluida en la lista de estupefacientes en la Convenci¨®n de Viena de 1961.
Pero lleg¨® Evo Morales al poder en Bolivia y mand¨® parar. El Gobierno de este pa¨ªs anunci¨® el pasado mes de febrero una campa?a para despenalizar la hoja de coca antes de 2008, fecha l¨ªmite establecida por Naciones Unidas para eliminar todos los cultivos del planeta. La iniciativa ya ha suscitado apoyos en diversos frentes, entre ellos, la Comunidad Andina de Naciones, instituciones ind¨ªgenas y un grupo de expertos de Estados Unidos, Holanda e Inglaterra, que el pasado 23 de febrero participaron en La Paz en el foro internacional Drogas y democracia en Am¨¦rica Latina. Estos ¨²ltimos, coinciden con el informe del diputado italiano Giusto Catania presentado ante el Parlamento Europeo sobre el fracaso de la guerra contra el narcotr¨¢fico y la necesidad de un nuevo enfoque que, en el caso concreto de la hoja de coca, pasa por su legalizaci¨®n.
El mandatario boliviano ha se?alado en varias ocasiones que si EE UU "quiere evitarse problemas" debe respetar el cato palabra quechua que significa 1.600 metros cuadrados de cultivo] por familia" en su basti¨®n de Chapare pero insiste en que los campesinos no deben ampliar las plantaciones.
?Pero cu¨¢l es la situaci¨®n actual del problema de la coca en los pa¨ªses andinos? ?Qu¨¦ salidas legales tiene? Seg¨²n recoge el documento Plan de vida para el Cauca, que plantea el uso legal de la hoja milenaria, "la Ley de Coca busca velar por el respeto de los derechos naturales y la no aniquilaci¨®n cultural de saberes de convivencia con la coca y con los semejantes. Existe la necesidad de aprovechar los conocimientos y recursos de los pueblos originarios de la regi¨®n andino-amaz¨®nica; de entrar a competir en el mercado de la coca, como estrategia com¨²n de los pa¨ªses cultivadores de coca contra el narcotr¨¢fico".
La Ley de la Coca —propuesta en 2001 por asociaciones y federaciones de productores y campesinos— est¨¢ basada en separar la actual legislaci¨®n antidrogas en dos leyes diferentes: por un lado, una ley de la hoja de coca como producto natural, por otro, una norma para el tema de los derivados qu¨ªmicos il¨ªcitos, no s¨®lo la coca sino en general de todas las sustancias controladas.
Evo Morales mantiene su discurso de modificar la dura ley que castiga al narcotr¨¢fico pero que tambi¨¦n limita la producci¨®n legal de hoja de coca a 12.000 hect¨¢reas para atender la demanda interna de consumo tradicional y usos medicinales, religiosos y sociales. En el pa¨ªs hay otras casi 25.000 hect¨¢reas de cultivos ilegales que pueden convertirse potencialmente en 65 toneladas de coca¨ªna, de acuerdo a cifras entregadas por la Embajada de EE UU, pa¨ªs que tiene acuerdos con Bolivia tanto en la lucha contra el narcotr¨¢fico como en el control de la extensi¨®n de los cultivos ilegales fuera de las zonas tradicionales. "Creemos que en 2007 se tendr¨¢ ya una nueva ley que legalice los cultivos seg¨²n los estudios que se hagan del consumo de la coca, tambi¨¦n la exportaci¨®n —que ahora es de contrabando— al norte argentino y chileno, pero tambi¨¦n que las 20 o 30 microempresas artesanales puedan mejorar sustancialmente la calidad y el volumen de su producci¨®n", adelanta el dirigente cocalero de Los Yungas, Dionisio N¨²?ez. La veintena de empresas unipersonales y familiares diseminadas en Cochabamba y La Paz principalmente elaboran dulces medicinales, cremas para aliviar los dolores de re¨²ma y artrosis y jarabes diet¨¦ticos y para diab¨¦ticos. "Sin embargo, las m¨¢s grandes son empresas que proveen de mates, en bolsita de coca, sola o combinada con an¨ªs, manzanilla y otras, que son las de mayor consumo", agrega.
El principal argumento de la despenalizaci¨®n es la comprobaci¨®n cient¨ªfica de las cualidades nutritivas de la hoja de coca, sobre la base de estudios efectuados en 1975 por la Universidad de Harvard y en 1997 por el Instituto Boliviano de Biolog¨ªa de la Altura (IBBA), entre los m¨¢s importantes efectuados en este pa¨ªs.
"La hoja de coca tiene vitaminas y minerales, m¨¢s prote¨ªnas que la carne de res y m¨¢s calcio que el huevo y la leche y puede ser considerada un alimento completo, seg¨²n el an¨¢lisis realizado por la Universidad de Harvard", explic¨® recientemente el ministro de Asuntos Exteriores, David Choquehuanca, que ha propuesto un desayuno escolar basado en la hoja de coca y ha escandalizado a m¨¢s de un padre de familia, que se imaginaba ya a su ni?o en pleno acullicu.
"Una media cucharilla de harina de coca mezclada en sopas, cereales o cualquier otro alimento es m¨¢s que suficiente para calcificar los huesos y combatir la osteoporosis", asegura la soci¨®loga Sdenka Silva, que dirige el Museo de la Coca en La Paz junto a Jorge Hurtado, uno de los principales investigadores bolivianos en el estudio de la hoja de la coca y que ha logrado resultados positivos en la desintoxicaci¨®n de cocain¨®manos con tratamientos basados en la coca.
Hace nueve a?os, el IBBA auspici¨® un estudio multidisciplinario de profesionales bolivianos y franceses sobre los efectos medicinales de la hoja de coca en dos comunidades aimaras que viven a 3.950 metros sobre el nivel del mar. El trabajo cient¨ªfico permiti¨® concluir esencialmente que la hoja de coca, en el campo fisiol¨®gico, contribuye a aumentar el aguante del organismo en trabajos prolongados. Asimismo, contribuye en la regulaci¨®n del metabolismo de la glucosa, "evitando que los consumidores ingresen en la hipoglicemia". La coca, ingerida en mate por ejemplo, incrementa el ox¨ªgeno en la circulaci¨®n sangu¨ªnea, ejerce una acci¨®n broncodilatadora y estimula los centros respiratorios, especialmente en aquellas personas aquejadas por el mal de altura, explica la neum¨®loga Mercedes Villena.
A pesar de esto, en la ¨²ltima d¨¦cada en Bolivia no se ha logrado efectuar un estudio verdaderamente cient¨ªfico, que incluya protocolos y an¨¢lisis de laboratorio, sobre las cualidades nutricionales de la hoja de coca y los efectos en el organismo derivado de un consumo sistem¨¢tico. "Con las facilidades tecnol¨®gicas y avances de la gen¨¦tica, se deber¨ªa efectuar un estudio serio antes de plantear cualquier campa?a", opina el bioqu¨ªmico Hans Schollz, que considera de "poca seriedad" el intentar basar una pol¨ªtica de Estado en estudios con 30 a?os de antig¨¹edad.
Ajena al destino que le espera, la hoja de coca asoma expectante y vital en la vida social de los pueblos andinos, como una taza humeante de caf¨¦ o una copa de vino. Y tambi¨¦n se perfila como indispensable, porque contribuye a hacer m¨¢s liviano el peso de la cr¨®nica pobreza que aqueja a la regi¨®n.
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