Fidel Castro, medio siglo de historia revolucionaria
El mandatario en el poder m¨¢s antiguo de Occidente, con excepci¨®n de la Reina Isabel II
La historia de la revoluci¨®n cubana, sus hitos y sus fechas claves, est¨¢n estrechamente ligadas a la vida del mandatario cubano. Pocos pod¨ªan imaginar que el hijo de un emigrante gallego que hizo fortuna a la sombra de las multinacionales estadounidenses pasara de Bir¨¢n, una de las zonas m¨¢s empobrecidas del oriente cubano, a liderar una revoluci¨®n comunista capaz de medirse con EE UU.
"Una cosa es segura: est¨¦ donde, cuando y con quien est¨¦, Fidel Castro viene a ganar. No creo que haya peor perdedor en todo el mundo", escribi¨® hace a?os sobre ¨¦l su amigo Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez. Seg¨²n el escritor colombiano, Fidel "es uno de los mayores idealistas de nuestra ¨¦poca y en eso reside quiz¨¢ su mayor virtud, aunque tambi¨¦n ha sido siempre su mayor peligro".
Es, adem¨¢s, gobierno y oposici¨®n en Cuba, donde el Partido Comunista es el ¨²nico legal. Quiz¨¢, coinciden algunos de sus admiradores y detractores, en esa peculiar cualidad radica una de las claves de su longevidad en el poder.
Modelo ¨²nico
Castro ha creado en la isla un modelo ¨²nico, el "comunismo caribe?o", en el que es presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas y Primer Secretario del Partido Comunista. De car¨¢cter fuerte y decidido, seg¨²n sus allegados, Fidel Castro mantiene todav¨ªa la influencia de sus a?os de estudio con los jesuitas y una excepcional capacidad para aprovechar las oportunidades y convertir los fracasos en ¨¦xitos.
Buena prueba de ello fue el fracaso al asalto al cuartel Moncada, en Santiago de Cuba, -en 1953, considerado el inicio de la revoluci¨®n-, que se convirti¨® en la primera "victoria moral" de los rebeldes y catapult¨® a Castro a los medios internacionales. La misma habilidad demostr¨® durante su lucha en la sierra e inmediatamente despu¨¦s del triunfo de la revoluci¨®n.
En la mente de muchos cubanos se mantiene la imagen de un joven Fidel Castro dirigi¨¦ndose a las masas con dos palomas posadas sobre su hombro tras su entrada triunfal en La Habana, el 8 de enero de 1959.
Costumbres clandestinas
En un pa¨ªs con una importante influencia de la religi¨®n afrocubana, la aparici¨®n de las palomas fue interpretada como una se?al de los Orishas (deidades afrocubanas) y contribuy¨® a alimentar una leyenda sobre su ach¨¦ (suerte) que no ha dejado de crecer. Suerte, y la constante protecci¨®n de los equipos de inteligencia y seguridad que le acompa?an, ha necesitado para salir ileso de los m¨¢s de 600 atentados que, seg¨²n la versi¨®n oficial, ha sufrido en estos 50 a?os.
Adem¨¢s, Castro mantiene algunas de sus viejas costumbres de la lucha clandestina. Sus desplazamientos se mantienen en secreto, al igual que sus viajes oficiales al extranjero, nadie sabe a ciencia cierta d¨®nde vive y se dice que no ha perdido la costumbre de dormir en distintos lugares para pon¨¦rselo m¨¢s dif¨ªcil a sus enemigos.
Gran conversador y trasnochador empedernido, seg¨²n quienes han tenido ocasi¨®n de compartir largas veladas con ¨¦l, Castro es capaz todav¨ªa de trabajar hasta altas horas de la noche y mantener despiertos a buena parte de sus colaboradores. No es extra?o ver pasar de madrugada por las calles de La Habana los tres Mercedes negros que utiliza en sus desplazamientos por la ciudad protegidos por una escolta de Ladas (de fabricaci¨®n rusa).
El mismo ha declarado que va armado, para evitar sorpresas, y a pesar de su edad, asegura que sigue disparando y que no ha perdido punter¨ªa, aunque reconoce que tras la ca¨ªda que sufri¨® en octubre del 2004, ha perdido algo de punch en su mano derecha que compensa con su izquierda.
El hermetismo que rodea a su vida privada contribuye a alimentar continuos rumores sobre su estado de salud, uno de los secretos mejor guardados del pa¨ªs. Su vida familiar es otro de los asuntos que se manejan con la mayor discreci¨®n en Cuba. Apenas hace unos a?os comenz¨® a hacer breves apariciones su compa?era Dalia Soto del Valle, maestra de profesi¨®n, cuya relaci¨®n con Castro, seg¨²n algunos de sus bi¨®grafos, data de hace m¨¢s de 40 a?os, cuando se habr¨ªan conocido durante una campa?a de alfabetizaci¨®n. La pareja tiene cinco hijos varones cuyos nombres comienzan con A: Alexis, Alex, Alejandro, Antonio y Angel.
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