Patinazos y bromas fuera de lugar de un presidente ruso
Boris Yeltsin nunca estuvo a gusto con el protocolo y la rigidez de la pol¨ªtica
El ex presidente ruso Boris Yeltsin, fallecido el 23 de abril a los 76 a?os, desarroll¨® durante los 15 a?os que se dedic¨® a la pol¨ªtica de alto nivel una afici¨®n a los patinazos, las bromas fuera de lugar y a soltar comentarios fr¨ªvolos o inoportunos p¨²blicamente. Nunca estuvo a gusto con el r¨ªgido protocolo que requer¨ªan sus reuniones de alto nivel con otros pol¨ªticos y presidentes de otros pa¨ªses. Yeltsin frecuentemente dej¨® de lado las exquisiteces de la diplomacia para decir, o hacer, exactamente lo que se le pasaba por la cabeza en ese momento.
Algunas veces los lapsus de Yeltsin parec¨ªan estar relacionados a un exceso con la bebida, algo que su entorno m¨¢s cercano siempre ha negado vehementemente. Su comportamiento extravagante llen¨® los titulares de los peri¨®dicos incluso durante la ¨¦poca sovi¨¦tica, antes de su victoria como el primer presidente ruso democr¨¢ticamente elegido, en 1991.
En 1989, Yeltsin tuvo que informar al Soviet Supremo c¨®mo termin¨® en una comisar¨ªa a las afueras de Mosc¨² calado hasta los huesos y vestido ¨²nicamente con ropa interior. Dijo que hab¨ªa sido atacado, que le hab¨ªan cubierto la cabeza con un saco y que le hab¨ªan tirado a un r¨ªo desde un puente. Cargos importantes comunistas dijeron que en verdad estaba borracho mientras se dirig¨ªa a una cita con una amante.
En 1992, Yeltsin demostr¨® su habilidad con las cucharas, utilizadas en Rusia muy a menudo como instrumentos musicales. Nada fuera de lo com¨²n salvo que practic¨® chocando las cucharas en la cabeza de Askar Akayev, el presidente de Kyrgyzst¨¢n.
Dos a?os despu¨¦s, Yeltsin dej¨® conmocionados a los miembros de su gabinete durante un picnic en un barco al ordenar a los guardias que tiraran a su portavoz, Vyacheslav Kostikov, por la borda a las fr¨ªas aguas del r¨ªo Volga.
Tambi¨¦n en 1994, los politicos que celebraban la salida de las ¨²ltimas tropas rusas de Alemania vieron, totalmente horrorizados, como Yeltsin se acerc¨® a trompicones, tras un cocktail, a donde se encontraba el l¨ªder de una banda militar de m¨²sica, cogi¨® su bast¨®n de mando e insisti¨® en dirigir ¨¦l mismo a la banda. M¨¢s tarde ese mismo d¨ªa, agarr¨® un micr¨®fono durante una recepci¨®n y comenz¨® a cantar desafinando.
El cansancio de Yeltsin
Uno de los incidentes m¨¢s sonados fue cuando Yeltsin se neg¨® a salir de su avi¨®n para hablar con el primer ministro de Irlanda durante una escala en el aeropuerto irland¨¦s de Shannon en 1994, dejando a sus anfitriones totalmente at¨®nitos sobre el asfalto de la pista de aterrizaje. Uno de sus ayudantes lo justific¨® diciendo que se encontraba muy cansado, exhausto, en ese momento, y no borracho como se dijo.
El cansancio fue usado tambi¨¦n para explicar un patinazo en 1997 cuando Yeltsin asombr¨® a una audiencia en Suecia con un dram¨¢tico compromiso para acabar con el arsenal nuclear de Rusia y buscar una prohibici¨®n mundial a este armamento. Un portavoz del Kremlin dijo que Yeltsin hizo este comentario tras un largo d¨ªa de reuniones.
Nunca se preocup¨® de respetar la correccion pol¨ªtica o de g¨¦nero. Las c¨¢maras le pillaron en 1995, durante un encuentro con corresponsales extranjeros, pellizcando juguetonamente el trasero de una secretaria. Las c¨¢maras tambi¨¦n ense?aron c¨®mo bailaba un en¨¦rgico twist en un escenario durante la campa?a electoral de 1996, cuando fue reelegido. M¨¢s tarde se supo que algunos d¨ªas antes hab¨ªa sufrido un ataque al coraz¨®n.
Algunas veces recurr¨ªa a an¨¦cdotas cercanas y sencillas, y a la afici¨®n al vodka de los rusos, para dirigirse a los ciudadanos. "Algunos dicen que el vodka es demasiado barato ahora y que deber¨ªamos de subir los precios. Pero no tengo el valor para hacerlo todav¨ªa", dijo durante la campa?a de 1996. "La gente tiene sentimientos especiales hacia ¨¦sta bebida. No les importa un traguito o dos despu¨¦s del trabajo. As¨ª que no tender prisa en subir los precios".
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