Sobre h¨¦roes
Sin Gorbachev no hay Yeltsin. Sin Yeltsin no hay liquidaci¨®n de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Pero el silogismo no convierte a Gorbachev en responsable de la desaparici¨®n de la URSS. Gorbachev es el responsable de la ca¨ªda del comunismo y de la consiguiente liberaci¨®n de todo el centro y este europeo de las dictaduras de partido. Que ya es bastante y quiz¨¢s lo m¨¢s importante. El h¨¦roe internacional es Gorbachev, pero el h¨¦roe popular es Yeltsin. El primero es un h¨¦roe de la retirada (seg¨²n hermosa expresi¨®n de Enzensberger), el segundo h¨¦roe de s¨ª mismo. Y h¨¦roe de quienes desde Washington no quer¨ªan ¨²nicamente que desapareciera el comunismo, sino que prefer¨ªan convertir el r¨¦gimen de Mosc¨², fuera el que fuere, en un c¨²mulo de debilidades. Yeltsin es el l¨ªder perfecto para los vencedores de la guerra fr¨ªa: oportunista, ambicioso, alcoh¨®lico, pero finalmente astuto y valiente. Ambos personajes tienen sus m¨¦ritos, pero lo mejor de todo se debe a Gorbachev, lo peor a Yeltsin. Es lo que estamos cosechando con Putin, cuando Rusia nada en un mar de gas y petr¨®leo: Chechenia, autocracia, corrupci¨®n. Todo esto lo sufren los rusos y lo observan con consternaci¨®n y tomando nota los dirigentes chinos. Siempre han querido sacar sus lecciones de los errores de Rusia.
Hay celebraciones que son tan discretas como contundentes. La prestigiosa New York Review of Books le dedica en su n¨²mero del 26 de abril apenas una p¨¢gina al 50 aniversario de la firma del Tratado de Roma. ?Pero qu¨¦ p¨¢gina! Quien escribe es un veterano del columnismo americano, William Pfaff, radicado en Par¨ªs, que le da la vuelta como un calcet¨ªn a los argumentos m¨¢s cl¨¢sicos esgrimidos por esos amigos ¨ªntimos de guardia que tiene la Casa Blanca en nuestros andurriales y sobre todo, a la idea de Robert Kagan, el periodista neocon en tiempos radicado en Bruselas, desarrollada en su libro 'Poder y debilidad', de que la Uni¨®n Europea (Venus), existe s¨®lo gracias a Estados Unidos (Marte).
Para Pfaff ¡°aunque fue la OTAN la que mantuvo la paz en Europa, fue la UE la que la hizo¡±. ¡°La UE, m¨¢s que ning¨²n otro factor, fue responsable de la derrota de la Uni¨®n Sovi¨¦tica en la guerra fr¨ªa. No fueron las armas americanas las que lo hicieron, aunque fueron necesarias para intimidar a la URSS y para que ¨¦sta reconociera que un reto eventual a las armas americanas era imposible¡±, asegura. Y a?ade: ¡°Fue la contienda moral la que marc¨® la diferencia¡±. Pfaff es de los que cree que ¡°nunca se contempl¨® seriamente un ataque deliberado por parte sovi¨¦tica¡±, y que fue el fracaso de su sistema y la superioridad moral y material de los europeos occidentales quien hizo el resto.
Pfaff apunta una curiosa teor¨ªa sobre la perestroika de Gorbachev, en relaci¨®n a las dos largas temporadas de vacaciones que el dirigente sovi¨¦tico pas¨® en Italia y Francia antes de llegar al poder en 1985. ¡°Puede ser que al final de las cuentas estas dos vacaciones veraniegas en las que los Gorbachev fueron testigos de c¨®mo Europa occidental funcionada en paz y progreso fueran los acontecimientos m¨¢s importantes a la hora de terminar la guerra fr¨ªa¡±. Todo esto es muy discutible, pero en cualquier caso mucho m¨¢s interesante que este mundo en blanco y negro que dibujan algunos a la hora de la denigraci¨®n y la autoflagelaci¨®n europeas.
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