El ministro que vivi¨® en la miseria por una noche
El titular de Vivienda y Pobreza de Costa Rica se hospeda en la chabola de una de las 40.000 familias necesitadas del pa¨ªs para defender un impuesto que grave las viviendas de lujo
Pretend¨ªa dormir en una litera de campamento. Sobre su cabeza ten¨ªa unas latas de zinc, in¨²tiles ante la llovizna, y cables el¨¦ctricos desperdigados como ramas secas. Al lado, una pared sucia y enfrente, varias c¨¢maras de la prensa que pretend¨ªan retratar c¨®mo iba a pasar el ministro de la Vivienda y Pobreza de Costa Rica, Fernando Zumbado, la noche en que renunci¨® a dormir con su esposa finlandesa en su casa de lujo en el sector este de la capital costarricense, San Jos¨¦.
Una familia de cinco miembros, que sobrevive con un salario mensual de 200.000 colones (unos 384 d¨®lares), ofreci¨® el pasado martes por la noche (hora local) su tugurio, su comida, un oso de peluche y una cerveza a Zumbado, que a cambio interpret¨® dos canciones en su acorde¨®n y concedi¨® a Lomas del R¨ªo, un peligroso barrio en la periferia suroeste de San Jos¨¦, la oportunidad de figurar en las noticias, esta vez fuera de las p¨¢ginas policiales.
"Quiero llamar la atenci¨®n a trav¨¦s m¨ªo hacia la manera en que viven las 40.000 familias pobres que tenemos en Costa Rica, con fr¨ªo, malas condiciones y apenas comida, para que entendamos la urgencia de aprobar proyectos que reduzcan la pobreza", justific¨® el economista, de 61 a?os, educado en la Universidad de California y ex director del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para Am¨¦rica Latina.
Zumbado, que se caracteriza por su estilo dicharachero con gobernantes y gobernados, presiona para que la Asamblea Legislativa apruebe un impuesto adicional a casas como la suya, que cuestan m¨¢s de 100 millones de colones (193.000 d¨®lares), consideradas de lujo en el pa¨ªs menos pobre de Centroam¨¦rica, a pesar de que uno de cada cinco habitantes vive sin satisfacer sus necesidades b¨¢sicas.
El nuevo canon, llamado "impuesto solidario" por algunos o "impuesto a las casas de lujo" por los menos correctos, pretende financiar la construcci¨®n de hogares dignos para unas 20.000 familias que ahora viven en chabolas como la del carpintero Adolfo Morales y su esposa, Ingrid ?lvarez, el matrimonio que emigr¨® desde la monta?a fronteriza con Panam¨¢ hacia uno de los barrios m¨¢s enfermos de la capital, donde el ministro se ha estrenado en la pobreza.
Zumbado tambi¨¦n ha llamado la atenci¨®n sobre la necesidad de que otros proyectos para la erradicaci¨®n de tugurios superen la mara?a burocr¨¢tica en la que se ve atrapada la mayor¨ªa de los planes en este pa¨ªs, agravada por la lentitud caracter¨ªstica del Congreso para aprobar reformas legales, aun mayor en tiempos en que el debate nacional y la agenda de Gobierno est¨¢n dominadas por el pol¨¦mico tratado de libre comercio (TLC) con Estados Unidos.
La oposici¨®n ha reaccionado ante la novedosa forma de hacer pol¨ªtica escogida por el ministro. Mientras algunos diputados, aliados del Gobierno en la defensa del TLC, acusaron a Zumbado de "demagogo", "populista" y "payaso", tres legisladores del beligerante Partido Acci¨®n Ciudadana (PAC, centroizquierda) llegaron a la barriada de San Jos¨¦ en la noche del martes para evidenciar su apoyo al "impuesto solidario", uno de los proyectos m¨¢s repetidos en la agenda del presidente del pa¨ªs, ?scar Arias, del Partido Liberaci¨®n Nacional, socialdem¨®crata. Tambi¨¦n fue protagonista un sacerdote ya popular en los barrios pobres del sur de San Jos¨¦.
Los tres diputados, sin embargo, no se quedaron para participar en la charla "familiar" ni durmieron cuatro horas en el estrecho camastro, la ¨²nica incomodidad que se?al¨® Zumbado por la ma?ana, despu¨¦s de quitarse su ch¨¢ndal y curarse de la desnutrici¨®n mediante un desayuno con aguacate, huevos y gallopinto, el tradicional platillo costarricense a base de arroz y frijoles. La seguridad fue garantizada por los propios vecinos y no hubo m¨¢s presencia policial visible que la cotidiana: es decir, no hubo.
Afuera s¨®lo estaban algunas mujeres piropeando al ministro ("?ven¨ª por tu besito de buenas noches!", le gritaban), alg¨²n drogadicto fascinado por la luces de las c¨¢maras de televisi¨®n y un par de asesores celosos de cada detalle, caminando en los 30 metros cuadrados donde al d¨ªa siguiente empezar¨ªan a construir una casa menos pobre con ayuda estatal.
Zumbado dijo ayer que no son ciertos los rumores sobre las aspiraciones presidenciales que algunos le atribuyen, basados en el protagonismo que ha adquirido dentro del actual Gabinete y en la imagen personal que intenta proyectar este pol¨ªtico, al que un opositor llam¨® con iron¨ªa "nuestro Dominique de Villepin [en alusi¨®n al ex primer ministro franc¨¦s]".
A las 10 de la ma?ana de ayer, Zumbado ya estaba en la sesi¨®n semanal del Consejo de Gobierno, medio afeitado y quiz¨¢ somnoliento, tras haber convertido en realidad la idea que, un mes antes, hab¨ªa propuesto de manera espont¨¢nea Ingrid ?lvarez en una reuni¨®n con beneficiarios de la asistencia social.
Un mill¨®n de menesterosos
Ser pobre en Costa Rica es tener s¨®lo tres d¨®lares en la ciudad o dos en el campo diariamente. De los 4,5 millones de habitantes, los pobres suman un mill¨®n, que se reparten en el mapa de Costa Rica como en la mayor¨ªa de los pa¨ªses: cada vez menos en la periferia y cada vez m¨¢s en los alrededores urbanos.
Aunque el presidente, ?scar Arias, ha insistido en que su principal meta es reducir la pobreza del 20,2% a un 16% al final de su Gobierno, son pocos los que le reconocen haber hecho lo suficiente en su primer a?o, cargado de crispaci¨®n social por el dilema de la apertura globalizada o la conservaci¨®n del Estado social de los a?os setenta.
Un proyecto de becas para intentar que ning¨²n joven deje de asistir a la secundaria y una mejor¨ªa en los indicadores econ¨®micos son las principales armas de Arias para defenderse en un pa¨ªs donde el ingreso medio anual por persona apenas supera los 5.000 d¨®lares, unos 500 m¨¢s de lo que recibe Adolfo Morales¡ para que vivan cinco.
En el primer cuarto del presente mandato, la suerte y algunos ajustes permitieron una leve reducci¨®n del desempleo, la inflaci¨®n baj¨®, las exportaciones aumentaron y, por tanto, la recaudaci¨®n fiscal se increment¨®. El producto interior bruto (PIB) per capita lleg¨® en 2006 a 5.031 d¨®lares, el sexto de Am¨¦rica Latina, donde la pobreza alcanza al 40% de su gente.
El crecimiento de la desigualdad en Costa Rica, sin embargo, s¨ª sigue el ritmo latinoamericano, afectado por la pr¨¢cticas de consumo que permiten que se vean caros equipos de sonido en los cuchitriles que el Gobierno pretende erradicar.
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