Cuatro mezquitas sun¨ªes atacadas en represalia al atentado al templo de Samarra
El a?o pasado, un atentado en el templo caus¨® una oleada de violencia sectaria entre chi¨ªes y sun¨ªes
La violencia sectaria en Irak sigue recrudeci¨¦ndose por momentos. Cuatro mezquitas sun¨ªes han sido atacadas esta tarde en Bagdad y Al Eskandariya(a 60 km al sur de la capital iraqu¨ª) como represalia por la destrucci¨®n esta ma?ana de dos minaretes del mausoleo chi¨ª de Samarra, seg¨²n han informado testigos y fuentes de la polic¨ªa. Seg¨²n las fuentes policiales, un grupo armado ha destruido totalmente con artefactos explosivos la Gran Mezquita de la ciudad de Al Eskandariya, ubicada a 60 kil¨®metros al suroeste de la capital.
Poco despu¨¦s, otro grupo de desconocidos ha causado da?os de consideraci¨®n en la mezquita Abdulah al Yaburi, con una carga explosiva que han ocultado en la puerta del recinto, tambi¨¦n situado en la misma ciudad. Las fuentes han dado por hecho de que esos ataques han sido perpetrados en venganza por el atentado que esta ma?ana contra el mausoleo de los imames Ali al Hadi y Hasan al Askari en Samarra, uno de los principales santuarios chi¨ªes.
Por la ma?ana, una explosi¨®n ha destrozado los minaretes de la gran mezquita de la ciudad iraqu¨ª de Samarra, un templo venerado por los chi¨ªes que ya fue atacado en febrero de 2006, lo que provoc¨® una enorme oleada de violencia sectaria entre chi¨ªes y sun¨ªes que se cobr¨® cientos de muertos. El primer ministro iraqu¨ª, Nuri al Maliki, ha culpado a Al Qaeda del ataque y ha decidido imponer el toque de queda en Bagdad en previsi¨®n de que se repitan actos de violencia entre ambas ramas del Islam.
La explosi¨®n en Samarra se ha producido sobre las siete de la ma?ana (hora espa?ola) y los dos minaretes (las torres desde las que se llama a la oraci¨®n) que flanqueaban la entrada principal del templo se han venido abajo, seg¨²n muestran las fotos que llegan desde el lugar. En febrero de 2006, una bomba destruy¨® la famosa c¨²pula dorada del templo, pero no afect¨® a los minaretes. Ahora, s¨®lo una solitaria torre central queda en pie en la entrada, rodeada de los escombros a que han quedado reducidos los minaretes y la c¨²pula. La diminuta c¨²pula de esta torre es lo ¨²nico dorado que queda de la llamada Mezquita Dorada.
Como una respuesta inmediata al atentado contra el templo, el Gobierno iraqu¨ª de Nuri Al Maliki ha decidido imponer el toque de queda total en la capital desde las tres de la tarde (una de la tarde, hora espa?ola) y hasta nueva orden. Maliki ha responsabilizado a Al Qaeda y a simpatizantes del depuesto dictador Sadam Husein del ataque a la mezquita. Adem¨¢s, ha anunciado un aumento de la vigilancia en torno a las mezquitas por temor a nuevos atentados de esta clase.
Mientras, destacados l¨ªderes chi¨ªes han llamado a sus seguidores a la calma y a no tomarse la justicia por su mano contra los sun¨ªes. As¨ª, Ali al Sistani, m¨¢xima autoridad religiosa chi¨ª, ha condenado el ataque y ha llamado a sus fieles a "no cometer actos de revancha contra los sun¨ªes". Tambi¨¦n ha llamado a la calma el cl¨¦rigo chi¨ª M¨²qtada al S¨¢der, cuyas milicias protagonizaron muchos de los crimenes cometidos contra sun¨ªes en venganza por el atentado del a?o pasado.
Lugar sagrado
Aunque ahora no parece sino un mont¨®n de escombros, la Mezquita Dorada, llamada as¨ª por el brillo dorado de los azulejos que cubr¨ªan su enorme c¨²pula y los dos minaretes, es el cuarto lugar santo de los chi¨ªes de Irak, junto con las mezquitas de las ciudades santas de Nayaf y Kerbala y la del distrito bagdad¨ª de Kadhimiya. Aloja las tumbas de los imanes Ali al Hadi y Hasan al Askari y el atentado del a?o pasado, que destruy¨® su c¨²pula dorada, aunque no caus¨® v¨ªctimas, puso Irak al borde de la guerra civil. Por el momento, no se ha emprendido la reconstrucci¨®n de la c¨²pula.
Desde aquel ataque, tropas iraqu¨ªes custodian el lugar, por lo que se desconoce c¨®mo los autores del atentado han conseguido penetrar en el templo para colocar la carga explosiva, presumiblemente dinamita, seg¨²n las fuentes.
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