El n¨²mero de asesinatos en ¨¢reas rurales de Brasil se multiplica por dos en los ¨²ltimos 10 a?os

Seg¨²n datos del Ministerio de Desarrollo Agrario de Brasil en los ¨²ltimos diez a?os se ha doblado el n¨²mero de asesinatos en las ¨¢reas rurales, desde los 658 cometidos en 1997 a los 1.212 del a?o pasado, seg¨²n ha revelado la Comisi¨®n Pastoral de la Tierra, ¨®rgano oficial de la Conferencia Episcopal.

Las v¨ªctimas suelen ser campesinos y personalidades sindicales o religiosas que se destacan por la defensa de los derechos humanos. Los ejecutores de los cr¨ªmenes suelen ser pistoleros a sueldo, que suelen ganar entre 50.000 y 100.000 reales (entre 19.000 y 38.000 euros) por asesinato. A veces, son los mismos terratenientes quienes cometen el crimen.

Lo m¨¢s grave, si cabe, como ha destacado la Comisi¨®n Pastoral de la Tierra, es la impunidad con que act¨²an los asesinos, que con frecuencia acaban absueltos en procesos convertidos muchas veces en verdaderas farsas, debido en algunos casos al miedo de los jurados encargados de juzgar a los asesinos, que les amenazan p¨²blicamente durante el juicio.

En los ¨²ltimos diez a?os, fueron condenados s¨®lo 20 instigadores y 71 ejecutores de los asesinatos, muchos de los cuales ya est¨¢n en libertad. El resto, ni siquiera han sido juzgados, y algunos han hu¨ªdo de la justicia.

Los familiares de las v¨ªctimas han denunciado en vano la impunidad de estos cr¨ªmenes. A sus 71 a?os, Geraldina Canuto, espera desde hace 20 a?os que sean procesados los asesinos de su marido y de sus dos hijos. En declaraciones al diario O Globo, dijo ayer que confiaba m¨¢s "en la justicia de Dios que en la de los hombres".

El ¨²nico proceso llevado a cabo con rapidez fue, el a?o pasado, el de la monja estadounidense Dorothy Stang, asesinada el 12 de febrero de 2005 y cuya muerte conmovi¨® a la opini¨®n p¨²blica internacional. Fue esa presi¨®n internacional la que indujo al Gobierno del presidente Luiz In¨¢cio Lula da Silva a llevar el caso a la justicia federal y a agilizar el proceso, que concluy¨® con la condena de cuatro de sus cinco asesinos, que a¨²n siguen en la c¨¢rcel. El asesinato de la monja cost¨® a los terratenientes el pago de una indemnizaci¨®n de 50.000 reales (19.000 euros).

Entre las personas amenazadas destaca el religioso de origen franc¨¦s Henri des Roziers, que a sus 73 a?os trabaja en Xinguara, en el Estado de Par¨¢, un lugar tristemente c¨¦lebre por los asesinatos de trabajadores rurales. Su cabeza tiene un precio: 100.000 reales. Tanto ¨¦l como el obispo de Xing¨², Erwin Krautler y la sindicalista Maria Joel Dutra, viuda del presidente del sindicato de trabajadores rurales de Par¨¢, Jos¨¦ Dutra da Costa, asesinado en 2001, est¨¢n bajo protecci¨®n policial.