Un pa¨ªs al borde del abismo
El asesinato de Benazir Bhutto tiene lugar en pleno proceso de transici¨®n democr¨¢tica de Pakist¨¢n, amenazado por el integrismo islamista y enfrentado desde hace d¨¦cadas a India
La ex primera ministra Benazir Bhutto hab¨ªa vuelto el pasado 18 de octubre a su pa¨ªs con la intenci¨®n de participar en las elecciones legislativas previstas para el pr¨®ximo 8 de enero. Unas elecciones clave para un pa¨ªs que dispone de armas nucleares y que se encuentra sumido en una grave crisis desde hace varios meses, a causa de la inestabilidad del Gobierno y la amenaza del integrismo isl¨¢mico, que se unen al conflicto que le enfrenta desde hace d¨¦cadas a India.
Tras derrocar al poder civil mediante un golpe militar en 1999, el general Pervez Musharraf se aup¨® a la presidencia y se convirti¨® en el principal aliado de Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo islamista en Asia Central. Muchos de los talibanes y militantes de Al Qaeda expulsados del vecino Afganist¨¢n tras la invasi¨®n estadounidense en 2001 se refugiaron en el norte de Pakist¨¢n, una zona monta?osa de dif¨ªcil acceso en la que los islamistas controlan amplias ¨¢reas y mantienen en jaque a las fuerzas de seguridad estatales. Desde all¨ª parten, adem¨¢s, para cometer atentados en Afganist¨¢n, por lo que Musharraf es un apoyo fundamental para las tropas estadounidenses: el presidente George W. Bush le ha respaldado durante todo su mandato pese a la falta de democracia en el pa¨ªs asi¨¢tico.
Sin embargo, la presi¨®n de la oposici¨®n, por un lado, y la amenaza integrista, por otro, han ido desgastando al r¨¦gimen e incrementando la inestabilidad del pa¨ªs. La situaci¨®n se agrav¨® especialmente a partir del 6 de octubre de este a?o, cuando Musharraf gan¨® las elecciones presidenciales sin haber renunciado a la jefatura del ej¨¦rcito, tal como hab¨ªa prometido, para dar paso a un Gobierno civil.
En busca de apoyos, Musharraf pact¨® con Bhutto la retirada de los cargos de corrupci¨®n que a¨²n pesaban sobre la ex primera ministra, que pudo as¨ª regresar al pa¨ªs y aspirar a dirigir el Gobierno como primera ministra. El mismo d¨ªa de su regreso tras ocho a?os de exilio, Bhutto sufri¨® ya un primer atentado del que ella sali¨® ilesa, aunque otras 140 personas murieron en el ataque.
Tras otra serie de atentados, Musharraf impuso el 3 de noviembre el Estado de excepci¨®n, lo que le oblig¨® a enmendar la Constituci¨®n para darle base legal. Al mismo tiempo, el Tribunal Supremo ratificaba la validez de la reelecci¨®n del general como presidente, entre acusaciones de la oposici¨®n de falta de transparencia.
Musharraf, tal como exig¨ªa la oposici¨®n, abandon¨® la jefatura de las Fuerzas Armadas el 28 de noviembre; su sustituto fue el general Ashfaq Pervez Kiyani. Al d¨ªa siguiente, ya como civil, jur¨® un nuevo mandato presidencial de cinco a?os y se comprometi¨® a poner fin al estado de excepci¨®n el 16 de diciembre; finalmente, las medidas de excepci¨®n fueron levantadas el 15 de diciembre.
Pese a todos los contratiempos, la Comisi¨®n Electoral fij¨® la fecha de las elecciones legislativas para el 8 de enero y los dos principales l¨ªderes opositores, Bhutto y Nawaz Sharif, presentaron sus respectivas candidaturas el 26 de noviembre. Ambos se encontraban en plena campa?a este jueves y ambos han sufrido atentados en sus m¨ªtines, que en el caso de Bhutto ha sido mortal.
Seis d¨¦cadas de conflicto con India
Desde su separaci¨®n formal en 1947, Pakist¨¢n e India mantienen un permanente conflicto en el que ambas partes reclaman la soberan¨ªa de varios territorios fronterizos, especialmente la regi¨®n de Cachemira, que quedo dividida tras la independencia del pa¨ªs isl¨¢mico. La situaci¨®n se agrav¨® cuando ambos pa¨ªses se dotaron de armas nucleares, llegando a rozar la guerra a finales del siglo pasado. Desde entonces, sin embargo, la tensi¨®n ha descendido y el pasado febrero, Islamabad y Nueva Delhi firmaron un acuerdo por el que se compromet¨ªan a adoptar medidas para reducir el riesgo de accidentes con armas at¨®micas en la regi¨®n.
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