Italia concluye su primera jornada electoral con un descenso en la participaci¨®n
El 62,54% de los votantes han acudido a votar este domingo, casi cuatro puntos menos que en 2006.- Las urnas vuelven a abrirse este lunes para continuar con las votaciones
La primera jornada de votaciones en las elecciones generales en Italia ha concluido a las 22.00 horas de este domingo con un descenso de la participaci¨®n respecto a los comicios de 2006. Hasta ese momento hab¨ªan votado el 62,54% de los electores, casi cuatro puntos por debajo de la cifra registrada hace dos a?os, que fue del 66,53%, cuando la participaci¨®n final fue del 83,5%.
Este dato de afluencia a las urnas s¨®lo corresponde a los votos destinados a la elecci¨®n de representantes en la C¨¢mara de los Diputados. Los relativos a la participaci¨®n de los electores para el Senado se har¨¢n p¨²blicos este lunes al t¨¦rmino de la votaci¨®n, al igual que el escrutinio de los votos, previsto para la tarde.
Seg¨²n los soci¨®logos, un 25% de los votantes no decidir¨¢ su apuesta hasta el ¨²ltimo minuto. Todas las previsiones indican que el Senado, que tiene las mismas competencias que la C¨¢mara, ser¨¢ crucial para decidir el vencedor y la gobernabilidad con sus premios de mayor¨ªas regionales. Lazio, Cerde?a, Calabria y Liguria son las regiones a priori m¨¢s abiertas y pueden ser la clave.
Adem¨¢s del futuro Gobierno de Italia, que puede volver a las manos del magnate Silvio Berlusconi y su partido Pueblo de la Libertad o recaer en el izquierdista Walter Veltroni, los italianos votan tambi¨¦n los gobiernos de ocho provincias, 426 municipios (entre ellos, Roma y otras ocho capitales de provincia) y de las regiones de Sicilia (sur) y Friuli-Venecia Julia (norte). Sobre los primeros datos de participaci¨®n de estas provinciales, por el momento asciende al 54,923%, seis puntos m¨¢s que la registrada en las ¨²ltimas elecciones, mientras que en las municipales alcanza el 64,261%, un dato muy similar al de las pasadas elecciones.
Seg¨²n los soci¨®logos, un 25% de los votantes no decidir¨¢ su apuesta hasta el ¨²ltimo minuto. Todas las previsiones indican que el Senado, que tiene las mismas competencias que la C¨¢mara, ser¨¢ crucial para decidir el vencedor y la gobernabilidad con sus premios de mayor¨ªas regionales. Lazio, Cerde?a, Calabria y Liguria son las regiones a priori m¨¢s abiertas y pueden ser la clave.
Los 61.212 colegios electorales habilitados para estos comicios abrieron a las 8.00 horas del domingo y han cerrado a las 22.00. Este lunes los ciudadanos pueden acudir a votar entre las 7.00 horas y las 15.00 horas.
Largas colas
"?Qu¨¦ tengo que poner, hijo, una cruz o el nombre?". La se?ora Virginia, nonagenaria, vecina del barrio romano de Trieste, residente en el mismo edificio del candidato del centro izquierda Walter Veltroni, ha votado este domingo por la ma?ana en el colegio XX de Septiembre, V¨ªa Novara, rodeada de c¨¢maras y fot¨®grafos y despu¨¦s de hacer 15 minutos de cola. El vilipendiado sistema electoral italiano estrenado hace dos a?os no permite expresar, como antes, preferencias por un candidato, sino por el s¨ªmbolo del partido, y la votaci¨®n se hace especialmente lenta en algunas ciudades. En Roma y otros 422 ayuntamientos, las mesas tienen cinco urnas distintas, porque coinciden las elecciones legislativas (C¨¢mara y Senado), las provinciales, las municipales y las de distrito. Adem¨¢s, Sicilia y Friuli eligen gobierno regional.
Estamos en el llamado Election Day (aunque en realidad son dos d¨ªas, porque las urnas abren tambi¨¦n ma?ana desde las 7.00 hasta las 15.00 (5.00 y 13.00 GMT)). 47 millones de italianos est¨¢n llamados a elegir nuevo Gobierno, y la se?ora Virginia ya se ha decidido: ense?a su documento de identidad, recoge las cinco papeletas reglamentarias, se mete en la cabina negra, pone las cruces correspondientes y cumple con su m¨²ltiple derecho al voto: la papeleta rosa para la caja de cart¨®n de los diputados, la amarilla para los senadores, la verde para la provincia, la azul para el ayuntamiento y la gris para la junta municipal.
Cuando sale, la se?ora Virginia se encuentra con su vecino Walter Veltroni, que lleva ya un rato en la cola junto a su familia: su mujer, Flavia, y sus hijas Martina y Vittoria. Martina cuenta que ha votado hace un rato, Vittoria no puede porque le faltan unos d¨ªas para cumplir 18 a?os. "?Ahh, Walterino, te deseo lo mejor, hijo!", exclama la se?ora Virginia. Veltroni la acompa?a fuera, y bromea un poco con su marido: "Aqu¨ª est¨¢ su mujer, dice quiere que la lleves esta noche a la discoteca".
Durante la espera, otra se?ora se acerca a Veltroni, para quejarse. La mesa es claramente machista, dice: "Llevo aqu¨ª 45 minutos y solo ha votado una mujer y diez hombres. Es una verg¨¹enza, ?acaso nosotras no somos ciudadanas iguales?".
Mudarse a Espa?a
Mientras tanto, el l¨ªder de Alianza Nacional y delf¨ªn de Silvio Berlusconi, Gianfranco Fini, entra en el colegio y sube al primer piso, casi sin ser visto por la prensa, quiz¨¢ la ¨²ltima prueba del segundo plano alcanzado en estas elecciones por el partido postfascista, que ha renunciado a su s¨ªmbolo para incorporarse a la coalici¨®n del Pueblo de la Libertad que dirige el favorito, Silvio Berlusconi.
Otra novedad este a?o es la prohibici¨®n de entrar en las cabinas de voto con c¨¢maras de fotos y tel¨¦fonos m¨®viles con c¨¢mara. La raz¨®n es intentar evitar la compra de votos que fue denunciada en las ¨²ltimas elecciones: los sobornados fotografiaban sus papeletas para demostrar que hab¨ªan votado por el candidato del que pagaba. Deb¨ªan cotizarse bien, porque seg¨²n avisa el papel pegado en la cabina, los que vulneren la norma ser¨¢n sancionados con multa de entre 300 y 1.000 euros, y arresto de entre tres y seis meses.
Enrica Bolanti, de 63 a?os, ama de casa, ha madrugado para votar y se ha quedado a esperar a Veltroni. Cuenta que en unos pocos d¨ªas ser¨¢ desahuciada (la hipoteca): "Votamos en medio del caos y la tristeza", explica. "Si va mal y gana Berlusconi, el martes empezaremos a pensar en mudarnos a Espa?a".
A su lado, Felicita Robba, de 65 a?os, toma el sol y lee la prensa. "?Que c¨®mo me siento? Tengo miedo. Si volvemos para atr¨¢s, no s¨¦ que ser¨¢ de los j¨®venes. Tengo dos nietas de 18 a?os. Espero que gane la izquierda".
Claramente, el barrio de Trieste tifa por su vecino. "Conozco a Walter desde que naci¨®", explica la se?ora Virginia, los ojos azul¨ªsimos, guapa todav¨ªa y agarrada al brazo de su marido de vuelta hacia casa. "Siempre vivi¨® en nuestro edificio. Su padre muri¨® muy joven, y ¨¦l y su hermano tuvieron que ponerse a trabajar muy pronto. Son buen¨ªsimas personas".
Si gana Veltroni, ha prometido cambios profundos; si gana Berlusconi, reeditar¨¢ su habitual apuesta basada en la bajada de impuestos. La soluci¨®n solo se conocer¨¢ ma?ana. Y bastante tarde, seg¨²n pronostican todos los expertos.
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