"Mi hermano el Papa no sabe lo que es trabajo pastoral"
Karoline Mayer, la 'Madre Teresa de Latinoam¨¦rica', defiende en su autobiograf¨ªa la Teolog¨ªa de la Liberaci¨®n
"Mi hermano el papa Benedicto XVI no sabe lo que es el trabajo pastoral", asegura Karoline Mayer, m¨¢s conocida como la Madre Teresa de Latinoam¨¦rica, una mujer de firmes convicciones religiosas enraizadas en la Teolog¨ªa de la Liberaci¨®n, que desde hace 40 a?os trabaja en los barrios marginados de Santiago de Chile.
Mayer, que se enfrent¨® en tiempos de la dictadura a la esposa de Augusto Pinochet cuando intent¨® "comprarla" ofreci¨¦ndole un puesto en un ministerio, se opone ahora a esta "Iglesia conservadora, que trata en el continente iberoamericano de acercarse de nuevo al poder y olvidarse de los pobres". El combate de esta mujer acaba de ser recogido en un libro autobiogr¨¢fico titulado El secreto siempre es el amor, editado por Plataforma y presentado la semana pasada en Espa?a.
Karoline Mayer (Eichst?tt, Baviera, 1943) trabaja desde 1968 en los barrios humildes de Santiago de Chile, donde ha venido tejiendo durante todos estos a?os una importante red de asistencia social, que oficialmente se conoce como Fundaci¨®n Cristo Vive e incluye desde guarder¨ªas y programas de capacitaci¨®n laboral a servicios de salud, que atienden en la capital a m¨¢s de 20.000 personas. Esta tarea le ha valido el reconocimiento internacional y que le hayan sido otorgados numerosos premios, incluida la nacionalidad chilena en el a?o 2001, por decisi¨®n de la presidencia.
Perseguida por el Gobierno de Pinochet
La hermana Karoline, o Karoline a secas, como a ella le gusta que la llamen, empez¨® a trabajar en los barrios marginales de Chile en un momento especial de la historia pol¨ªtica del pa¨ªs, ayudada t¨ªmidamente por la Democracia Cristiana del presidente Eduardo Frei y despu¨¦s de manera absoluta por Salvador Allende. El apoyo personal del presidente Allende permiti¨® a esta monja convertir un asentamiento marginal conocido con el nombre de Angela Davis, en un n¨²cleo emblem¨¢tico que lleg¨® a contar con 10.000 habitantes, en el que se puso en pie una sociedad enraizada en la Teolog¨ªa de la Liberaci¨®n.
"Empec¨¦ a caer en desgracia y a ser perseguida por el Gobierno de Pinochet, despu¨¦s de que rechazara una oferta que me hizo personalmente su esposa, Lucia Hiriart, en una visita que la dama efectu¨® a nuestro barrio, para que fuera a trabajar para el Gobierno en un ministerio. Yo no le dije que no, sino que, simplemente, quer¨ªa como contrapartida que cesara la represi¨®n contra los obreros y los pobres. Su respuesta fue enviarme al jefe de los servicios secretos de la DINA, que acab¨® tiempo m¨¢s tarde deteni¨¦ndome", asegura.
Karoline Mayer tambi¨¦n tuvo que enfrentarse a las autoridades eclesi¨¢sticas, para empezar a su congregaci¨®n religiosa, de la que acab¨® saliendo, pero tambi¨¦n a los sectores conservadores de la Iglesia, que en 1988 organizaron la visita del entonces cardenal Joseph Ratzinger a Chile, en una maniobra electoral que trataba de asegurar el voto de los cat¨®licos en el refer¨¦ndum sobre la continuaci¨®n de Pinochet en el poder.
"El cardenal Ratzinger quiso tambi¨¦n venir a conocer y hablar con nuestra comunidad, pero cuando esper¨¢bamos escuchar de ¨¦l un discurso cristiano, enraizado en los evangelios, se descolg¨® recordando que aquel d¨ªa era la festividad del santo emperador Heinrich II y de su esposa Kunigunde", recuerda la hermana. Para ella fue un discurso especial, marcaba un punto de no retorno, una nueva vuelta de manivela atr¨¢s en la doctrina del Concilio Vaticano II. Pero no quiere continuar hablando de esa Iglesia, porque no desea desperdiciar fuerzas en discusiones y debates in¨²tiles y prefiere continuar haciendo lo que siempre ha hecho: trabajar para los pobres.
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