F¨²tbol y tristeza en la cumbre UE-Rusia
La semifinal Rusia-Espa?a de la Eurocopa, desde la ciudad siberiana de Janti-Mansiik
Bajo un cielo que en esta ¨¦poca del a?o nunca acaba de oscurecer en la latitud siberiana de Janti-Mansiisk, los hinchas de la selecci¨®n nacional rusa se retiraban a sus hogares tras haber contemplado el partido contra Espa?a en diferentes puntos de la localidad sede de la cumbre entre la Uni¨®n Europea y Rusia. Los rusos iban derrotados, en el sentido real y literal. La mayor riada proced¨ªa del centro deportivo de biathlon, donde se hab¨ªa instalado una pantalla gigante. Eran hombres, mujeres y ni?os residentes en esta villa, que es la capital administrativa del petr¨®leo de Siberia. Los hinchas llevaban las banderas tricolor (roja, blanca y azul) abatida, bajo el brazo o enrolladas, y algunos hab¨ªan bebido unas copas de m¨¢s. En su deambular, se cruzaban con los muchos polic¨ªas llegados de otras regiones para mantener el orden durante la cumbre. De vez en cuando alg¨²n grito espor¨¢dico -"Rossia, Rossia"- surg¨ªa del triste cortejo, pero mor¨ªa r¨¢pidamente sin prender, como lo hace cuando los rusos se sienten triunfadores y creen poder conquistar el mundo con un arrebato de pasi¨®n. Esta vez, no.
En las calles no hab¨ªa taxis y un conductor so?oliento se avino a llevarme al hotel. Sus ojos rasgados delataban que se trataba de un miembro de la comunidad de los peque?os pueblos del Norte, los habitantes aut¨®ctonos de estos entornos siberianos: "Los espa?oles han jugado mejor. Ha sido un buen partido, aunque yo no soy un experto ni un forofo nacionalista ruso". Y para indicar por qu¨¦, se?alaba con la mano hacia su rostro que, para un lego en materias de etnias, lo mismo pod¨ªa ser de un janti que de mans¨ª.
Los periodistas rusos acreditados en la cumbre UE-Rusia vieron el partido en el centro de prensa oficial, instalado en un complejo cultural denominado "Iugra cl¨¢sic". Algunos iban de traje y corbata, porque por la tarde hab¨ªa circulado el rumor de que el presidente de Rusia, Dmitri Medv¨¦dev, tal vez se acercara a saludar, si el equipo nacional se hac¨ªa con la victoria, pese a lo avanzado de la noche (cuatro horas m¨¢s que en Espa?a). Hubo quien lleg¨® a decir que tambi¨¦n acudir¨ªa el alto representante de la pol¨ªtica exterior y de seguridad de la UE, Javier Solana, y que la cita personal post-partido ser¨ªa toda una se?al diplom¨¢tica. Pero nada de todo eso se confirm¨®. Los altos dirigentes cenaron en restaurante de la ciudad y luego se retiraron a sus dachas (o cottages como les llaman los rusos modernos ) en una urbanizaci¨®n de lujo de las afueras de Janti-Mansiisk, denominada "El Valle de Iugr¨¢". All¨ª por lo visto, el encuentro fue una experiencia en solitario o en grupo reducido. "Espa?a ha hecho un gran partido", dijo por la ma?ana el presidente de la Comisi¨®n, Jos¨¦ Manuel Durao Barroso. Los polic¨ªas y los agentes de seguridad el centro de prensa se expresaban en an¨¢logos t¨¦rminos. Si les dol¨ªa el patriotismo, tan sagrado para todo ruso, no lo demostraban y eran capaces de decirle a la periodista espa?ola: "Felicidades, se lo merecen". A lo que, para consolarlos, s¨®lo se pod¨ªa replicar: "No solo hay que saber perder, sino tambi¨¦n ganar".
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