Muertes de perro
Europa es el territorio libre de la pena de muerte. El rechazo a la ejecuci¨®n de Sadam Husein fue casi un¨¢nime. Diecisiete a?os antes, en parecidas fechas, se produjo en territorio europeo la ejecuci¨®n de otro tirano, Nicolae Ceausescu, y de su mujer. Fue en las navidades de 1989, con la ca¨ªda del comunismo en Bucarest. Rumania forma parte ahora de la Uni¨®n Europea, todo un signo de esperanza para Irak, a pesar de que el horror y la verg¨¹enza hermanan a ambos pa¨ªses a la hora de ejecutar a los dictadores que los sojuzgaron. Las im¨¢genes de la farsa judicial a la que fueron sometidos los esposos Ceausescu, ca¨ªdos desde lo alto del poder hasta el pared¨®n en cuesti¨®n de horas, recogen al detalle el terror, la sorpresa y la indignaci¨®n que crecen convulsivamente en sus rostros. Las im¨¢genes de la ejecuci¨®n de Husein, en cambio, reflejan la serenidad y el aplomo con que el viejo dictador y genocida encara su destino, con la preparaci¨®n propia de un experto soldado nacido para matar y para morir, hasta el punto de que le quedan arrestos para enfrentarse verbalmente con sus verdugos. La filmaci¨®n de ambas ejecuciones tiene id¨¦ntica funci¨®n: los enemigos de todo tirano quieren verle morir humillado, como un perro, el fin terrible que depar¨® Franz Kafka a su Josef K. en el ¨²ltimo episodio de "El proceso".
Irrit¨® la filmaci¨®n oculta, hecha con un tel¨¦fono m¨®vil, de los ¨²ltimos momentos del reo en el cadalso. La ¨²nica novedad que aportaban estas im¨¢genes respecto a las oficiales, difundidas por el Gobierno, es que se pod¨ªa escuchar parte del intercambio de improperios entre los verdugos y su v¨ªctima, y se ve a Sadam Husein caer por la trampilla con la soga en el cuello. Es dif¨ªcil entender qu¨¦ humillaci¨®n adicional aportan las im¨¢genes clandestinas si no es la evidencia, en contra de lo que asegur¨® en un primer momento un portavoz gubernamental, que no hubo dignidad ni respeto, como conviene en la ejecuci¨®n de cualquier sentencia judicial. Mientras las im¨¢genes oficiales ten¨ªan como objetivo la fr¨ªa exhibici¨®n del criminal antes de su desplome, las oficiosas explicitaban su car¨¢cter de mero linchamiento de un caudillo sunita en manos de una banda chiita. Parte de la indignaci¨®n del islam sunita se debe tambi¨¦n a la fecha escogida, el d¨ªa de la Fiesta del Sacrificio, que en el calendario del islam mayoritario ya hab¨ªa empezado, mientras que para el chiismo empieza un d¨ªa m¨¢s tarde. Unos y otros tienen prohibido realizar ejecuciones en tales festividades. De ah¨ª que se sumara la humillaci¨®n a la burla en esta guerra civil en la que los chiitas han vencido por primera vez en la historia y cuentan con una potencia hegem¨®nica que aspira al poder nuclear.Las autoridades norteamericanas estaban al corriente de lo que iba a suceder una vez entregaran a Sadam a la polic¨ªa iraqu¨ª, de la que formaban parte los cinco encapuchados que le condujeron, le insultaron y ejecutaron. Bastaba con leer el informe del Grupo de Estudios sobre Irak. La polic¨ªa iraqu¨ª, asegura el documento, "se implica de forma rutinaria en la violencia sectaria, incluyendo detenciones innecesarias, tortura, y ejecuci¨®n de civiles ¨¢rabes sunitas". Uno de los grupos armados chiitas, la Brigada Badr, afiliada al Consejo Supremo para la Revoluci¨®n Isl¨¢mica, que dirige el cl¨¦rigo Abdul Aziz el-Hakim, cuenta con numerosos miembros "integrados en la polic¨ªa iraqu¨ª". "Con el uniforme de la polic¨ªa -dice- los combatientes de Badr han atacado a civiles ¨¢rabes sunitas". Todo en Irak sigue las grietas de las divisiones ¨¦tnicas y sectarias: la constituci¨®n, las elecciones, la divisi¨®n regional, la formaci¨®n de los gobiernos, la organizaci¨®n de la polic¨ªa, la vida cotidiana y la aplicaci¨®n de la pena de muerte a quien fue su cruel dictador durante 23 a?os, convertida en una ejecuci¨®n sectaria. Gracias al informe Baker-Hamilton sabemos que es abrumador el desconocimiento norteamericano de la cultura iraqu¨ª y que s¨®lo seis personas de las mil que trabajaban entonces en la embajada de Estados Unidos dominaban el ¨¢rabe escrito y hablado, entre las que hab¨ªa que incluir a quien era en la ¨¦poca el embajador, nacido en Afganist¨¢n, Zalmay Khalilzad,(1) una de las pocas voces que se alz¨® contra la fecha y la premura de la ejecuci¨®n. Con estos mimbres quer¨ªa Bush llevar la democracia a Irak.Es un grave error pol¨ªtico privar a un tirano de un juicio justo, en el que todos sus cr¨ªmenes sean probados y expuestos a la luz p¨²blica, d¨¢ndole derecho a defenderse. Bush dej¨® escapar la oportunidad que supuso la detenci¨®n de Sadam. Con su ejecuci¨®n se impidi¨® que finalmente se pudiera llegar a celebrar un proceso ejemplar contra el genocida. Y se regal¨® otra baza a Ir¨¢n, la potencia creciente y donde mejor cay¨® la ejecuci¨®n. El viejo monstruo al que Estados Unidos y buena parte de Occidente alimentaron ya no existe. Pero su muerte aliment¨® al nuevo monstruo que aspira a devorarlos.1.- Khalilzad es actualmente embajador de Estados Unidos ante las Naciones Unidas.
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