?Qui¨¦n pide cuentas a Occidente?
Antonio Marquina, catedr¨¢tico de Relaciones Internacionales, analiza las debilidades de EE UU y Europa ante la crisis de Georgia y Rusia, que ha puesto de manifiesto "su falta de visi¨®n pol¨ªtica y las profundas divisiones"
El conflicto que ha enfrentado a Georgia y Rusia desde principios de agosto y que ha culminado con el reconocimiento ruso de la independencia de Osetia del Sur y Abjazia ha saltado a la palestra focalizando la atenci¨®n mundial en una crisis que lleva arraigada en el C¨¢ucaso desde el desmembramiento de la Uni¨®n Sovi¨¦tica a comienzos de los 90.
Sus s¨ªntomas eran evidentes y la capacidad de Occidente para evitar la guerra hubiera sido mayor si se hubieran negociado unas pol¨ªticas adecuadas que frenaran las ambiciones expansionistas de Mosc¨². Antonio Marquina Barrio, Catedr¨¢tico de Seguridad y Cooperaci¨®n en las Relaciones Internacionales y director de Unidad de Investigaci¨®n sobre Seguridad y Cooperaci¨®n Internacional (Unisci) de la Universidad Complutense de Madrid, analiza las debilidades de EE UU y Europa en una crisis que ha vuelto a poner de manifiesto "la falta de visi¨®n pol¨ªtica y las profundas divisiones" que aquejan al mundo occidental tras la Guerra Fr¨ªa.
Fracaso de la estrategia de seguridad europea
La definici¨®n de las amenazas y los retos mundiales que la UE identific¨® en la Estrategia Europea de Seguridad, Una Europa segura en un mundo mejor, ha demostrado "el error de c¨¢lculo y la falta de visi¨®n" de los l¨ªderes europeos, seg¨²n subraya el profesor Marquina. El Consejo Europeo adopt¨® en diciembre de 2003 este documento elaborado a instancias de Javier Solana, el Alto Representante de la UE para la Pol¨ªtica Exterior y de Seguridad Com¨²n, que "enfatizaba el poder normativo y las cuestiones relacionadas con la seguridad humana en detrimento de la lucha y el equilibrio de poder entre Estados, que es lo esencial en estos momentos".
Aunque esta consideraci¨®n nos puede retrotraer a las teor¨ªas realistas de Morghentau sobre la lucha por el poder, es evidente que el mundo descrito por la UE en 2003 "ya no existe". "Podr¨ªa servir para un finland¨¦s, pero no para la UE en su conjunto, si, en efecto, quiere ser un actor internacional", a?ade el catedr¨¢tico.
La OSCE, sin hacer sombra a la OTAN
Anulada desde un punto de vista militar, la Organizaci¨®n para la Seguridad y Cooperaci¨®n Europea (OSCE) no se ha convertido, como se hubiera deseado, en una organizaci¨®n panaeuropea de seguridad. En la Cumbre de Helsinki de 1992, que defini¨® la estructura institucional de la OSCE, se establecieron los l¨ªmites de sus misiones, que no contemplan operaciones de imposici¨®n de la paz y en la pr¨¢ctica se han reducido al env¨ªo de observadores internacionales, misiones sobre el terreno y apoyo a la reconstrucci¨®n. "Lo que qued¨® claro en 1992 es que no interesaba que la OSCE", de la que s¨ª forma parte Rusia, "fuera un competidor de la OTAN", explica Antonio Marquina
Una de las consecuencias de las componendas realizadas en esta Cumbre de Helsinki fue permitir de facto "la divisi¨®n de zonas de influencia en el territorio OSCE, de manera que en el C¨¢ucaso y en Asia Central, el peso de las misiones recay¨® sobre Rusia", se?ala el profesor, que recuerda que los pa¨ªses de la UE, as¨ª como Canad¨¢ y EE UU, no quer¨ªan comprometerse en la realizaci¨®n de operaciones de paz en estas zonas.
La OTAN, entre la falta de acuerdo y los fallos en seguridad colectiva
La adhesi¨®n de Georgia a la OTAN, que carece todav¨ªa de un Plan de Acci¨®n para la Adhesi¨®n, ha mostrado "profundas divisiones existentes entre pa¨ªses europeos muy significados y EE UU", como qued¨® de manifiesto en la pasada cumbre de Bucarest. Esta situaci¨®n demuestra la falta de acuerdo en la pol¨ªtica a seguir con respecto a Rusia, que protesta ante el aislamiento y el avance de la OTAN en sus zonas de influencia hist¨®ricas, seg¨²n se?ala Antonio Marquina.
La Organizaci¨®n Atl¨¢ntica ha fallado, asimismo, en la edificaci¨®n de una arquitectura de defensa colectiva a medida que ha ido ampliando el n¨²mero Estados y espacios integrados en la misma, lleg¨¢ndose a planteamientos extravagantes como el de que "la misi¨®n crea la coalici¨®n" o "la guerra contra el terrorismo" como el eje central de una alianza militar. Por otra parte, en funci¨®n de c¨®mo evolucionen las relaciones con Rusia, la visi¨®n de la OTAN como un actor dotado esencialmente de fuerzas expedicionarias cambiar¨¢.
S¨ªntomas de conflicto, falta de actuaci¨®n
Un informe del Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon, dirigido al Consejo de Seguridad, hac¨ªa notar el pasado 23 de julio que "en los ¨²ltimos cuatro meses se ha producido un recrudecimiento de las tensiones en Osetia del Sur". Seg¨²n Marquina, "hab¨ªa indicios suficientes para indicar que se estaba fraguando algo, como el crecimiento significativo de la conflictividad y los movimientos de tropas de Rusia y Georgia en la zona. Incluso Solana y Condoleezza Rice (Secretaria de Estado de EE UU) visitaron la zona".
El ejemplo de Kosovo
"Aunque hay diferencias entre Kosovo y Osetia y Abjazia, el tema de fondo es indiscutiblemente el mismo. Reconocer la independencia de una provincia serbia iba a tener consecuencias en el C¨¢ucaso, ya advirti¨® Medv¨¦dev", explica Marquina, que recuerda que no hubo unanimidad, como fue el caso de Espa?a.
"?ste es, no obstante, el punto m¨¢s d¨¦bil de la posici¨®n de Rusia, que no es un pa¨ªs tan unificado desde un punto de vista ¨¦tnico como la gente piensa. S¨®lo hay que recordar el caso de Chechenia", analiza el catedr¨¢tico, y a?ade que "tendr¨¢ tambi¨¦n consecuencias para otros pa¨ªses como China, que no podr¨¢ dar carta blanca a Rusia porque tambi¨¦n se ve afectada por la divisi¨®n ¨¦tnica".
Los problemas de abastecimiento de gas y petr¨®leo
"Rusia nos ha ganado por 10 a 0", afirma Antonio Marquina, para recalcar la falta de visi¨®n de la UE en la lucha por los oleoductos y los gaseoductos del Ca¨²caso. "Los ministros de Asuntos Exteriores de la UE decidieron que la cuesti¨®n de los oleoductos y gaseoductos y su dise?o no era asunto prioritario de los Estados sino de las compa?¨ªas, que han seguido sus l¨®gicos criterios de beneficios sin tener en cuenta los intereses de seguridad de la Uni¨®n Europea", contin¨²a el profesor, que considera que han sido las empresas estatales las que han acabado arrinconado el mercado, como es el caso de la rusa Gazprom, dejando en evidencia la falta de visi¨®n de los pol¨ªticos y altos funcionarios de la Uni¨®n, que "reciben escas¨ªsimas cr¨ªticas por su incompetencia. El resultado es el caos actual".
La dependencia energ¨¦tica de la UE con respecto a Rusia le impide, precisamente, hacer una oposici¨®n fuerte a sus pol¨ªticas expansivas. Si se a?aden las "profundas divisiones existentes en Pol¨ªtica Exterior y de Seguridad Com¨²n, la aspiraci¨®n de la UE de ser un aut¨¦ntico actor internacional con capacidad de influencia se convierte en un sue?o ef¨ªmero".
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