Los indios de la reserva brasile?a de Roraima reforestar¨¢n los arrozales
Los ind¨ªgenas se preparan para una sentencia favorable del Supremo
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Los ind¨ªgenas que viven en los 1,7 millones de hect¨¢reas de la reserva Raposa Serra do Sol, en el Estado brasile?o de Roraima, dicen haber tomado una decisi¨®n: cuando se d¨¦ a conocer el veredicto definitivo del Supremo, a principios de 2009 y mediante el cual previsiblemente todo el territorio regresar¨¢ a manos de los indios, ¨¦stos eliminar¨¢n las 27.000 hect¨¢reas de arrozales que ahora cultivan los colonos blancos, tras haber sustra¨ªdo ilegalmente el terreno a la selva. La semana pasada, ocho de los 11 miembros del Supremo se pronunciaron a favor de dejar la reserva exclusivamente para los indios, con la consiguiente salida de los no indios, aunque la sentencia definitiva fue aplazada hasta el pr¨®ximo a?o.
Seg¨²n el coordinador general del Consejo Ind¨ªgena de Roraima, Dionisio Jos¨¦ de Souza, los 19.000 indios de la reserva ya han tomado la decisi¨®n de reforestarla, aunque dejar¨¢n s¨®lo una peque?a zona de arrozales para su subsistencia. "A pesar de que el arroz da mucho dinero, no vamos a continuar con su cultivo. Aquellas plantaciones destruyeron el medio ambiente, acabaron con la selva y exterminaron animales. Nosotros, los ind¨ªgenas, no estamos interesados en esas pr¨¢cticas", a?ade De Souza.
Los nativos de las tribus de los macux¨ª, taurepang, wapichama, pantamona e ingaric¨®, que forman la gran reserva de Raposa, est¨¢n dispuestos, seg¨²n ha indicado De Souza, a explorar comercialmente la reserva, pero s¨®lo con un proyecto de desarrollo sostenible que no ponga en peligro el equilibrio natural de la naturaleza. Por ejemplo, aceptar¨ªan la explotaci¨®n de un turismo internacional controlado y no depredador. "Nada de clandestinos que vienen a saquear las riquezas naturales de la selva", dicen los ind¨ªgenas, que auguran que lo poco que se cultive en la selva crecer¨¢ sin agrot¨®xicos y s¨®lo para el consumo propio. Aseguran que ya tienen formados t¨¦cnicos ind¨ªgenas capaces de llevar a cabo ese trabajo de agricultura limpia.
Seg¨²n los colonos que tendr¨¢n que abandonar sus arrozales, esto va a constituir un perjuicio grave para la econom¨ªa de la regi¨®n. As¨ª lo advierte Rivaldo Fernandes Neves, presidente de la Federaci¨®n de Industrias de Roraima, quien recuerda que la medida dejar¨¢ sin trabajo a 7.000 personas y que el cultivo de arroz supone el 13% del producto interior bruto (PIB) del Estado de Roraima. A partir de ahora, los colonos deber¨¢n recolocarse en otros lugares fuera de la reserva y ser¨¢n resarcidos en parte por el Estado.
Uno de los problemas abordados por el Supremo fue el de los blancos casados con indias. ?Podr¨¢n quedarse en la reserva? Seg¨²n fuentes de la Fundaci¨®n Nacional Ind¨ªgena (Funai) consultadas por EL PA?S, eso depender¨¢ de cada caso. Se tendr¨¢n en cuenta, por ejemplo, los intereses sobre los que se basan dichos matrimonios y el grado de integraci¨®n de estas parejas en la comunidad ind¨ªgena. Ser¨¢n especialmente estudiados los casos de quienes tienen hijos que se sienten parte de las comunidades ind¨ªgenas.
A la objeci¨®n levantada por los que critican la entrega a los indios de un territorio tan grande, los miembros del Supremo responden que no se trata de crear un "Estado ind¨ªgena" en Brasil, ya que la zona sigue siendo propiedad del Estado y no de los ind¨ªgenas. ?stos s¨®lo la tienen en usufructo, gracias a un derecho adquirido, dado que lo ocupaban antes de la llegada de los europeos y porque as¨ª lo sancion¨® la Constituci¨®n brasile?a.
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