Las FARC admiten la autor¨ªa de un atentado que mat¨® a dos civiles

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) admitieron ayer, en un inusual comunicado, la autor¨ªa de un reciente atentado contra una misi¨®n del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF). El hecho ocurri¨® el pasado 7 de diciembre en San Vicente del Cagu¨¢n, en las selvas del sur del pa¨ªs. Dos personas ?un psic¨®logo y el conductor del veh¨ªculo? murieron al activarse una carga explosiva a su paso cuando viajaban cerca de esta poblaci¨®n, que fue epicentro del ¨²ltimo y fallido intento de di¨¢logo entre el Gobierno y las FARC. Los funcionarios oficiales formaban parte de una brigada para atender ni?os en una aldea cercana. Tres profesionales m¨¢s ?una nutricionista, una orientadora y una trabajadora social? quedaron heridas y a¨²n permanecen hospitalizadas.

Las FARC dicen que fue un "error", env¨ªan su p¨¦same a los familiares de las v¨ªctimas y hacen votos por la recuperaci¨®n de los heridos, seg¨²n el comunicado difundido por Internet. Aseguran que confundieron el veh¨ªculo atacado con uno del Gaula, el grupo antisecuestro de las Fuerzas Armadas. Dicen, adem¨¢s, que lo ocurrido "es producto del conflicto social y armado que est¨¢ viviendo el pa¨ªs". Y finalizan dando consejos a los habitantes de esta regi¨®n para evitar ser v¨ªctimas de errores: huir de las relaciones con polic¨ªas y soldados, viajar por carretera a 500 metros de distancia de los veh¨ªculos militares, evitar que se construyan en sitios poblados comandos militares y presionar para que se busque una salida pol¨ªtica al conflicto.

Cuando se produjo el atentado, el Gobierno calific¨® el hecho de "cobarde y terrorista", y anunci¨® una demanda contra el grupo guerrillero ante organismos internacionales de derechos humanos. La directora del ICBF, Elvira Forero, cont¨® que la guerrilla, con su "crueldad", creaba dificultades para hacer una labor "seria y comprometida" en varias regiones del pa¨ªs. "Por eso venimos haciendo denuncias contra ellos", agreg¨®. 69 unidades m¨®viles de esta instituci¨®n trabajan sorteando dificultades en todo el pa¨ªs.

La situaci¨®n en San Vicente ?con menos de 20.000 habitantes? se ha complicado a ra¨ªz del atentado. Todos los m¨¦dicos del hospital renunciaron y abandonaron sus puestos de trabajo, asustados por las amenazas no se sabe a¨²n si de las FARC o de delincuentes comunes.

El hospital qued¨® en manos de dos personas, entre ellas una odont¨®loga, que asumi¨® la direcci¨®n. Hasta el momento, nadie ha llegado a reemplazar a los que se fueron. "Es muy grave; aqu¨ª vivimos de tumbo en tumbo, no sabemos en qu¨¦ momento tenemos una emergencia", explic¨® a EL PA?S un habitante de San Vicente.

A pesar de ser uno de los municipios m¨¢s militarizados de Colombia, los atentados han sido recurrentes desde que termin¨® el intento de di¨¢logo con las FARC, hace m¨¢s de seis a?os. El alcalde y los concejales, declarados por la guerrilla "objetivos militares", viven en una misma zona, permanentemente vigilados. "Viven como en una caja fuerte", dice la misma persona. Algunos se atreven a aventurar que la activaci¨®n de la carga explosiva se hizo porque el alcalde hab¨ªa anunciado su participaci¨®n en la brigada atacada. Una de las v¨ªctimas, el psic¨®logo Yamit Correa, era un joven que hab¨ªa regresado dos meses antes a su pueblo para ejercer la profesi¨®n que hab¨ªa estudiado en el interior del pa¨ªs. Muchos lloraron su muerte.