"Tienen que pasar muchos funerales para reconstruir Gaza"
El primer grupo de periodistas en acceder a Gaza recoge testimonios de los palestinos tras la ofensiva de tres semanas del Ej¨¦rcito israel¨ª
"Tienen que pasar muchos d¨ªas, muchos funerales, para empezar a reconstruir Gaza". Son palabras que no cuesta escuchar en las calles de la ciudad de Gaza, en el norte de la franja, o en Jan Yunis, en la parte sur, cerca del paso de Rafah de la frontera con Egipto. Despu¨¦s de tres semanas de ofensiva, las tropas israel¨ªes han empezado su retirada de territorio palestino. El periodista Paul Wood, corresponsal de Oriente Pr¨®ximo para la BBC, es uno de los pocos reporteros que ha podido entrar en el interior de Gaza y recoger los testimonios de sus ciudadanos tras el fr¨¢gil alto el fuego anunciado por Israel y Ham¨¢s.
Bajo la supervisi¨®n del Gobierno israel¨ª, un reducido grupo de periodistas anglosajones ha tomado el pulso a la realidad de Gaza tras el fin de los combates. Apenas 24 horas despu¨¦s de que cesase el ruido de las armas, los recuerdos de los palestinos se acumulan con la intensidad propia de quien sabe que ha soportado un infierno durante d¨ªas.
"Los israel¨ªes usaban un arma que parec¨ªa que iba como por el suelo. Hab¨ªa temblores como en un terremoto. Era como estar con un terremoto a todas horas", dice Jawwad Harb, cooperante de una organizaci¨®n humanitaria y padre de seis hijos que reconoce que ha vivido con un miedo atroz esta ofensiva. Seg¨²n cuenta al periodista del diario brit¨¢nico The Independent, se acurrucaba con sus hijos durante los bombardeos, intentando transmitirles tranquilidad con la idea de que las bombas s¨®lo se oir¨ªan un rato. Pero pasaban las horas y no paraban de o¨ªrse. Tal y como dec¨ªa su hija de 15 a?os, Banyas: "El rato es para siempre". Su hijo de seis a?os, Ziad, termin¨® por preguntarle si iban a morir y Jawwad asegura que eso le rompi¨® el coraz¨®n.
Panorama desolador
Es un dolor que comparten miles de palestinos que ahora, despu¨¦s del calvario de los bombardeos, tienen que levantarse ante un panorama desolador. Casas destruidas, cad¨¢veres entre los escombros, pilas de muertos en las esquinas... la fotograf¨ªa de Gaza, seg¨²n el periodista de The Independent, es tan dura que no estaba preparado para verla. En este caso el reportero ha estado en Rafah, la ciudad m¨¢s al sur de la franja. Con la basura esparcida por las calles, los edificios muestran una cara destrozada, en ruinas, con cristales rotos y agujeros de balas mientras un olor a muerte y, sobre todo, miedo recorre la ciudad.
Mohammed Jeish, de 36 a?os, describe c¨®mo su hijo de dos a?os hab¨ªa empezado a tener fuertes dolores de cabeza y perder el apetito. "Cuando fui al m¨¦dico, me dijo que mi hijo ten¨ªa un miedo psicol¨®gico permanente". Otro palestino de 30 a?os vio c¨®mo su hogar vol¨® por los aires durante un bombardeo israel¨ª: "No tengo casa. Est¨¢ destruida. Duermo en un colch¨®n en la calle".
Abbas Khalawa declara al redactor de The New York Times: "Mi casa ya no existe. Mi familia no tiene un lugar donde estar". Khalawa vive en Twan, una de las ¨¢reas m¨¢s desvastadas, que se encuentra al norte de la ciudad de Gaza. La desilusi¨®n de otro palestino es grande cuando asegura que, si el objetivo de Israel era atacar a Ham¨¢s en su territorio, al final no lo han conseguido: "La guerra ha sido contra nosotros, la gente. ?Qu¨¦ ha pasado con Ham¨¢s? ?Nada!".
El diario estadounidense The New York Times publica el testimonio de una mujer que asegura que cuando los soldados israel¨ªes ped¨ªan a la poblaci¨®n civil que huyera la gente sal¨ªa corriendo por las calles pero algunos se preguntaban gritando "ad¨®nde vamos a ir a refugiarnos".
Las autoridades locales de Gaza han informado que m¨¢s de 1.300 palestinos han perdido la vida desde que Israel lanz¨® su operaci¨®n militar Plomo fundido. Unos 4.000 edificios han quedado destruidos y m¨¢s de 20.000 han sufrido importantes da?os. Seg¨²n diplom¨¢ticos occidentales, la reparaci¨®n de la infraestructura da?ada en podr¨ªa costar al menos 1.600 millones de d¨®lares (casi 1.200 millones de euros).
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