La sombra de la corrupci¨®n planea en Bolivia

Parec¨ªa un asesinato m¨¢s, el desenlace fatal del t¨ªpico atraco. Pero la muerte del empresario Jorge O'Connor en una calle de La Paz, el pasado 27 de enero, destap¨® el peor esc¨¢ndalo que ha sacudido al Gobierno de Evo Morales. El crimen ha sacado a la luz una tupida red de corrupci¨®n en Yacimientos Petroleros Fiscales Bolivianos (YPFB), bandera del proyecto pol¨ªtico del presidente ind¨ªgena, que decret¨® su nacionalizaci¨®n nada m¨¢s asumir el poder, en 2006. El episodio debilita a¨²n m¨¢s a la petrolera, que en estos tres a?os ha visto desfilar a seis presidentes y que hoy no es capaz de atender la demanda de gas, principal fuente de ingresos del pa¨ªs.

Jorge O'Connor era gerente de Catler Uniservice, consorcio que hab¨ªa logrado hace seis meses un contrato de YPFB para construir una planta separadora de gas licuado de petr¨®leo (GLP) y gasolina. La petrolera estatal le acababa de adelantar un pago de 4,5 millones de d¨®lares. Cuando fue asaltado, O'Connor llevaba encima 450.000 d¨®lares. Justo el 10% de la cantidad recibida por su compa?¨ªa. Y se dispon¨ªa a entrar en la vivienda de un tal Javier Nav¨ªa, que result¨® ser cu?ado del mism¨ªsimo presidente de YPFB, Santos Ram¨ªrez.

Los cabos se fueron atando con la detenci¨®n de los asaltantes, unos ladrones de poca monta. Confesaron que el autor intelectual del atraco era el abogado de Catler Uniservice. El dinero, en efecto, era una coima (soborno) al jefe de la petrolera estatal, de modo que podr¨ªan robarlo sin temer que nadie denunciara el asalto. Pero un balazo imprevisto, producto del forcejeo, lo hab¨ªa echado todo a perder.

Amigo del presidente

Hasta ahora, el gubernamental Movimiento Al Socialismo (MAS) se hab¨ªa visto salpicado por corruptelas de diputados, alcaldes y funcionarios diversos. Pero esta vez el esc¨¢ndalo toca muy de cerca a Evo Morales. Santos Ram¨ªrez, ind¨ªgena quechua, era mano derecha e ¨ªntimo amigo del presidente, que le apadrin¨® en su boda hace un mes. Juntos fundaron el MAS y juntos encabezaron las movilizaciones que derrocaron en 2003 al presidente Gonzalo S¨¢nchez de Lozada, calificado de "traidor" por abrir el sector de los hidrocarburos a la inversi¨®n extranjera.

La prensa independiente se lanz¨® a investigar, mientras los medios oficiales ignoraban el suceso. Catler Uniservice no ten¨ªa domicilio fiscal ni respaldo financiero: todo apunta a una empresa fraudulenta que se constituy¨® para firmar un contrato que se iba modificando seg¨²n sus necesidades. Y Ram¨ªrez, autor del decreto de nacionalizaci¨®n de YPFB, el mismo que juraba que ser¨ªa inflexible con quienes "quisieran da?ar el inter¨¦s de la patria", hab¨ªa recibido otros dos diezmos a cambio de sendos desembolsos previos de la petrolera estatal a Catler. La investigaci¨®n est¨¢ proporcionando episodios como el hallazgo de documentos de YPFB en un prost¨ªbulo capitalino.

Sin asidero posible, Evo Morales destituy¨® a Ram¨ªrez el pasado 1 de febrero. "La reacci¨®n del presidente ha atenuado parcialmente el impacto, pero se trata de un golpe dur¨ªsimo a su planteamiento ideol¨®gico: que la privatizaci¨®n neoliberal y vendepatrias es causa de la corrupci¨®n, que el Estado es sin¨®nimo de rectitud y preocupaci¨®n por el inter¨¦s colectivo, y que los ind¨ªgenas son la reserva moral de la humanidad", sostiene Fernando Molina, director del semanario econ¨®mico Pulso.

Reforma sospechosa

El esc¨¢ndalo ha agudizado el debate sobre las nacionalizaciones. El problema de fondo, sostienen analistas y oposici¨®n, es que, para "agilizar el cambio", el Gobierno ha ido desmantelando los mecanismos de control del gasto p¨²blico.

Evo Morales ha suprimido todas las normas de contrataci¨®n y procedimientos de adquisiciones que ten¨ªa el Estado, y ahora todas las empresas estatales o nacionalizadas ?hidrocarburos, telecomunicaciones, alimentos? funcionan como fideicomisos manejados de forma discrecional por cada gerente. De hecho, Santos Ram¨ªrez ten¨ªa carta blanca merced al decreto 29506, emitido en abril del a?o pasado, que permite a YPFB hacer contrataciones directas para reducir el tiempo que toman las licitaciones. "En teor¨ªa se trata de evitar retrasos burocr¨¢ticos", dice el director de Pulso. "Si fu¨¦ramos malpensados, la estructura parece construida a prop¨®sito para robar. Lo de YPFB no es un hecho puntual".

La oposici¨®n, desde luego, es muy malpensada. "Nos preguntamos si esas sumas desviadas iban exclusivamente a manos de Ram¨ªrez, o si se destinaban a la financiaci¨®n del partido del Gobierno", comenta ?scar Ortiz, presidente del Senado y dirigente de Podemos (centro derecha, principal partido opositor). YPFB, sospechan los rivales de Morales, se ha convertido en la caja negra del MAS, algo muy conveniente en un a?o como ¨¦ste, en el que, tras la reciente promulgaci¨®n de la nueva Constituci¨®n, Bolivia celebrar¨¢ elecciones presidenciales en diciembre. "Somos esc¨¦pticos respecto a las investigaciones", dice Ortiz. "Hasta ahora, en esc¨¢ndalos previos, no se ha procesado a nadie seriamente".

Producci¨®n en crisis

En el caso de la petrolera, llueve sobre mojado. YPFB ha tenido seis presidentes en apenas tres a?os. Cuatro de ellos han dejado el cargo con acusaciones de corrupci¨®n, nepotismo y negligencia. Los constantes cambios de autoridades, la ausencia de inversiones y el uso pol¨ªtico de la estatal han sumido a la compa?¨ªa en una profunda crisis, que ha afectado a la producci¨®n de hidrocarburos y le ha impedido no s¨®lo cumplir con los contratos de exportaci¨®n de gas a Argentina y a Brasil, sino adem¨¢s abastecer el mercado interno.

"??ste era el cambio que propon¨ªa el MAS?", se preguntaba el diario La Raz¨®n en un reciente editorial. "Morales tendr¨¢ que encontrar una buena explicaci¨®n para el pueblo boliviano acerca de su decisi¨®n de nacionalizar los hidrocarburos porque, hasta ahora, esa medida parece haber beneficiado m¨¢s a los bolsillos de algunas de sus autoridades que a la poblaci¨®n en general".

Recuperar "la credibilidad y la transparencia" de YPFB es el principal objetivo de su sexto presidente, Carlos Villegas, que hasta ahora ocupaba la cartera de Planificaci¨®n de Desarrollo.

Mientras, Evo Morales viaja a Rusia el pr¨®ximo martes para firmar acuerdos energ¨¦ticos con la estatal rusa Gazprom, que planea invertir en Bolivia 3.000 millones de d¨®lares, y ya prepara su nueva batalla: la nacionalizaci¨®n de las empresas de electricidad.