Soldado cautivo Shalit, una historia de violencia
El joven cabo israel¨ª, secuestrado por milicianos palestinos desde junio de 2006, simboliza el escollo para la paz en el conflicto entre Israel y Ham¨¢s
"Lo recuerdo como un d¨ªa muy malo. Con el tiempo no guardo detalles, s¨®lo la dura sensaci¨®n de que fue un d¨ªa malo. Estaba en la oficina y llegaron los oficiales del Ej¨¦rcito y me dijeron que mi hijo hab¨ªa sido secuestrado". Noam Shalit suspira casi con desgana pero cierta fe ciega antes de responder a la pregunta que desde hace m¨¢s de dos a?os y medio no paran de formularle. Este ingeniero de 53 a?os es el padre Gilad Shalit, el soldado israel¨ª capturado el 25 de junio de 2006 a manos de milicianos palestinos. Su secuestro mantiene en vilo a su padre y su familia, pero tambi¨¦n al Gobierno israel¨ª que, pese a su reciente ofensiva militar en Gaza, parece dispuesto a firmar un alto el fuego duradero y un canje de prisioneros palestinos con Ham¨¢s a cambio de la vuelta a casa del militar cautivo.
Todo sucedi¨® un domingo por la ma?ana. Bajo la verja que separa Gaza e Israel, un grupo de palestinos, liderados por miembros del brazo armado de Ham¨¢s, hab¨ªa cavado un t¨²nel subterr¨¢neo para introducirse hasta territorio israel¨ª, cerca del paso fronterizo de Kerem Shalom, al sur de la franja. Fue una incursi¨®n r¨¢pida y mortal en la que murieron dos soldados hebreos y un tercero fue capturado. El nombre de este ¨²ltimo: Gilad Shalit, un cabo de 19 a?os, "t¨ªmido y buen jugador de baloncesto", seg¨²n palabras de su padre, que acababa de salir del colegio.
"Hab¨ªa terminado sus estudios e ingres¨® en el Ej¨¦rcito, que es obligatorio para todos en Israel. Siempre le gustaron las matem¨¢ticas y algo de eso querr¨ªa hacer", cuenta su padre en una conversaci¨®n telef¨®nica. En la guerra abierta contra Israel, Ham¨¢s asestaba con este rapto un gran golpe a su enemigo, que no tard¨® en responder llevando a cabo una violenta ofensiva armada en Gaza conocida como Operaci¨®n Lluvia de Verano.
Por aquel entonces Noam dijo a los medios de comunicaci¨®n que una operaci¨®n militar de tal envergadura no traer¨ªa a su hijo de vuelta a casa, sino m¨¢s muertos inocentes a ambos lados. Y tuvo raz¨®n. El objetivo de las Fuerzas Armadas israel¨ªes era liberar a Shalit, pero no lo consiguieron. Durante ese ataque, el mayor entonces desde la retirada de Israel de la franja en 2005, murieron unos 400 palestinos (la mitad civiles) y 11 israel¨ªes (seis civiles), seg¨²n el Centro de Informaci¨®n Israel¨ª para los Derechos Humanos en los Territorios Ocupados.
La operaci¨®n quedaba como otro episodio de violencia en Oriente Pr¨®ximo. Y marcaba con fuego y sangre la tragedia de la familia Shalit, que vive a la espera de noticias en el norte de Galilea. "La ¨²ltima vez que vi a mi hijo fue la semana anterior del secuestro. Fue un jueves y se lo llevaron un domingo. Hab¨ªa dejado la unidad para pasar un d¨ªa con nosotros, y ya han pasado casi tres a?os", recuerda el padre de Gilad.
Pruebas de vida
Desde entonces nada se ha sabido del joven cabo salvo algunas pruebas de vida. La ¨²ltima de ellas fechada en junio de 2008: una carta escrita por el propio Gilad en la que asegura que sue?a con regresar a casa y pide al Gobierno que no le abandone. "Tenemos la seguridad de que est¨¢ vivo por las pruebas de vida tanto en v¨ªdeos como en cartas", reconoce el embajador de Israel en Espa?a, Raphael Schutz. El presidente franc¨¦s, Nicol¨¢s Sarkozy, tambi¨¦n le traslad¨® este mensaje al propio Noam, en un encuentro que ambos mantuvieron el pasado enero en Par¨ªs. Gilad, como sus otros dos hermanos, tiene doble nacionalidad israel¨ª y francesa por la ascendencia francesa de su madre.
Al padre del chico adem¨¢s le preocupa en qu¨¦ condiciones estar¨¢ su hijo, si estar¨¢ aislado o tendr¨¢ la posibilidad de comunicarse con alguien en todo este tiempo. A diferencia de otros secuestros, los milicianos palestinos no han dejado a los miembros de la Cruz Roja Internacional acceder al soldado, que seg¨²n los servicios de inteligencia israel¨ªes se encuentra en alg¨²n lugar de la franja de Gaza. Pero nadie piensa en otra cosa que no sea que est¨¢ vivo. "No pensamos que no se d¨¦ una vuelta sin vida porque es muy importante para Ham¨¢s", asegura el embajador israel¨ª.
Y, ciertamente, este joven soldado, que en las fotograf¨ªas de archivo suele aparecer con gafas, sonriente, se ha convertido en el arma de presi¨®n m¨¢s efectiva de la milicia palestina contra Israel, como una important¨ªsima moneda de cambio que los fundamentalistas saben que tienen en su poder contra su Goliat. No s¨®lo es un ciudadano hebreo capturado en suelo israel¨ª, sino que adem¨¢s es un miembro del Ej¨¦rcito, tal vez la instituci¨®n m¨¢s venerada de una sociedad que en su mayor¨ªa se considera en continuo peligro, rodeada de enemigos y amenazas. El papel claramente preeminente de las tropas es un hecho que se puede ver en antiguos primeros ministros como Begin, Rabin, Barak y Sharon, todos ellos forjados en ellas.
"Recuperar a Shalit para nosotros es muy importante por tradici¨®n y jerarqu¨ªa de valores. El Ej¨¦rcito es una instituci¨®n muy respetada y fundamental, pero no somos una Esparta. No es un valor per se. Preferir¨ªamos vivir en un mundo pac¨ªficamente pero es as¨ª y el Ej¨¦rcito est¨¢ muy presente por necesidad. Es una realidad cruel. El Ej¨¦rcito en nuestro pa¨ªs es necesario cada cinco minutos", se?ala Schutz, un par de semanas despu¨¦s de que la comunidad internacional clamase por la ofensiva militar de Israel en Gaza, conocida como Plomo S¨®lido, donde murieron unos 1.300 palestinos y 17 israel¨ªes, como respuesta al lanzamiento de cohetes contra ciudades israel¨ªes por parte de milicianos fundamentalistas.
M¨¢xima prioridad
Hoy por hoy, cualquier movimiento de Israel hacia Ham¨¢s pasa por Shalit. De hecho, el soldado se ha convertido en su m¨¢xima prioridad. Ni el rescate de los dos militares atrapados por la milicia chi¨ª Hezbol¨¢, Ehud Goldwasser y Eldad Regev, ni el eterno compromiso del Gobierno con la familia del piloto Ron Arad, perdido en el L¨ªbano a manos de la organizaci¨®n chi¨ª Amal en 1986, han removido tantos esfuerzos como los invertidos para traer de vuelta a casa a Gilad Shalit.
Por en¨¦sima vez, el pasado s¨¢bado, el a¨²n primer ministro israel¨ª, Ehud Olmert, volvi¨® a supeditar la tregua con Ham¨¢s a la liberaci¨®n del joven militar. "La posici¨®n del primer ministro es que Israel no alcanzar¨¢ acuerdos sobre la tregua antes de la liberaci¨®n de Gilad Shalit", dec¨ªa en un comunicado difundido por el Ejecutivo israel¨ª. Un mensaje que Tel Aviv mantiene punto por punto desde hace meses e incluso el propio Olmert as¨ª se lo traslad¨® a George Mitchell, nuevo enviado especial a Oriente Pr¨®ximo de la Administraci¨®n Obama, durante su visita a Israel tras la ¨²ltima operaci¨®n militar en Gaza.
En las ¨²ltimas semanas, no han dejado de saltar rumores sobre una posible liberaci¨®n de Shalit, pese a la convocatoria de elecciones en Israel y la necesidad de formar un Gobierno dentro de la amalgama pol¨ªtica del pa¨ªs. Tanto la prensa israel¨ª como la ¨¢rabe se han hecho eco de un supuesto acuerdo, mediante intermediarios egipcios, entre representantes de Ham¨¢s y del Gobierno israel¨ª para intercambiar al soldado hebreo por presos palestinos e incluso poner fin al bloqueo en Gaza.
El diario Al Hayat, con sede en Londres, se?alaba que el n¨²mero de prisioneros a liberar podr¨ªa ascender a 1.000, de los m¨¢s de 10.000 encarcelados en Israel, mientras que Hareetz apuntaba incluso entre los nombres al antiguo l¨ªder de Al Fatah, Marwan Barghuti, arrestado desde 2002 y que cumple cinco sentencias de cadena perpetua por la muerte de cinco ciudadanos israel¨ªes. "No s¨¦ mucho m¨¢s de lo que ha salido en la prensa estos d¨ªas, pero esta vez se vislumbra una posibilidad. Tenemos la tradici¨®n de dejar libre a muchos presos palestinos y libaneses y esta vez tambi¨¦n podr¨ªa ser as¨ª", asegura el embajador de Israel en Espa?a.
El padre del soldado est¨¢ cansado de estos rumores: "No veo ning¨²n progreso. Al menos no me lo han hecho llegar. S¨®lo lo que se habla en los peri¨®dicos y las televisiones. Pero no hay nada concreto". Y a?ade con cierta pesadumbre: "Seguimos esperando, llevamos as¨ª casi tres a?os por esperar buenas noticias. Desafortunadamente ahora mismo no las tenemos. No tenemos ninguna indicaci¨®n".
Tarea pendiente
Si este supuesto acuerdo con Ham¨¢s no se produce antes de la formaci¨®n de Gobierno en Israel, cualquiera que sea el nuevo Gabinete que salga de las negociaciones de estos d¨ªas, su nuevo primer ministro, bien sea el derechista Benjamin Netanyahu, que cuenta con m¨¢s opciones, o la conservadora Tzipi Livni, tendr¨¢ sobre la mesa la tarea pendiente de Gilad Shalit. Y se prev¨¦n nubarrones. Ambos parecen m¨¢s partidarios del uso de la fuerza que del di¨¢logo.
Noam insta a la negociaci¨®n: "Me gustar¨ªa que no hubiese ofensivas militares porque al final en esta guerra caen los civiles. Y claro que creo en un canje con prisioneros palestinos. Afortunadamente Ham¨¢s ha mostrado algunas pruebas de vida y tambi¨¦n necesita recuperar personas... pero por ahora Ham¨¢s contin¨²a su lucha".
Como desde hace d¨¦cadas, el volc¨¢n de Oriente Pr¨®ximo sigue soltando lava. La negociaci¨®n por Shalit no parece m¨¢s que un peque?o parche en una enorme herida abierta, como afirma Richard Youngs, director de Democratizaci¨®n en la fundaci¨®n de relaciones internacionales FRIDE: "Es necesaria una estrategia m¨¢s global y distinta. Mientras pensemos que la soluci¨®n es intentar derrotar a Ham¨¢s, un intercambio de prisioneros no va a hacer nada. Hay que intentar incluir a Ham¨¢s en un proceso pol¨ªtico y democr¨¢tico para moderar sus posturas m¨¢s radicales".
A pesar del drama personal, el padre de Gilad tambi¨¦n prefiere un discurso conciliador, lo que ha hecho que le acusen los ultraconservadores de su propio pa¨ªs de izquierdista o traidor, m¨¢s cuando no tiene reparos en visitar a palestinos en el pueblo de Beit Hanoun. "Voy a ver a familias y a enfermos a los hospitales. Es algo que llevo haciendo mucho tiempo antes de junio de 2006 y no tiene nada que ver con mi hijo. De alguna manera, puedes mostrar algo m¨¢s all¨¢ de los errores y que se intenta conseguir el contacto con los palestinos, un poco de paz".
Para Israel hoy la paz pasa por recuperar al joven cabo secuestrado. Es la m¨¢xima prioridad, como la de su propio padre. De alguna manera, la figura de Gilad representa a todo un pa¨ªs, como explica el embajador de Israel en Espa?a: "Cada israel¨ª es un soldado en cada etapa de su vida. Cada familia es casi un soldado porque tiene uno dentro, por eso con Shalit estamos hablando no de un soldado sino de un miembro de la familia".
Esa familia israel¨ª mantiene su pulso con los milicianos por su soldado, mientras la ruptura se ha incrustado en la familia Shalit, como tambi¨¦n sucede en centenares de familias palestinas que han sido v¨ªctimas de la violencia israel¨ª. Y con todo el dolor, Noam, protagonista accidental de este desgarro, sue?a, a veces, con un final feliz: "Por supuesto que me he imagino el d¨ªa en que Gilad regrese a casa. Desafortunadamente, no s¨¦ si estamos cerca o no de ese d¨ªa. Y tampoco puedo creerlo ciegamente, pero a veces puedo imaginarlo". No es el ¨²nico. Despu¨¦s de medio siglo de guerras y enfrentamientos religiosos, nadie en Oriente Pr¨®ximo, ni israel¨ªes ni palestinos, puede creer en ese d¨ªa ciegamente, aunque merezca la pena imaginarlo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.