Un alcalde en la clandestinidad

El l¨ªder opositor Manuel Rosales est¨¢ en Venezuela, pero est¨¢ escondido. ?se ha sido el mensaje ofrecido ayer por los partidos de la oposici¨®n para rechazar la versi¨®n del Gobierno, que asegura que Rosales —alcalde de Maracaibo, ex gobernador del Estado de Zulia y ex candidato presidencial— se ha ido del pa¨ªs para evitar el juicio que se sigue en su contra por presunta corrupci¨®n. "Manuel Rosales se encuentra en el Estado de Zulia, en un sitio seguro", afirm¨® ayer Omar Barboza, presidente del partido Un Nuevo Tiempo, que a?adi¨® que "no se va a entregar sin que haya un juicio justo".

Seg¨²n la defensa del alcalde, en este momento "no hay manera de hacer valer los derechos de Manuel Rosales", pues los tribunales se han negado a brindar informaci¨®n a sus abogados acerca del contenido del expediente abierto en su contra. Por lo tanto, sostiene Barboza, "su situaci¨®n es la de un perseguido pol¨ªtico".

Sin embargo, aun en la clandestinidad, Rosales planea seguir ejerciendo el cargo de alcalde la ciudad de Maracaibo, capital del petrolero Estado de Zulia: "Para ser alcalde", a?adi¨® Barboza, "no tiene que estar sentado en una silla". De este modo, la oposici¨®n pretende evitar que, con el argumento de la fuga, el oficialismo convoque nuevas elecciones para recuperar el control pol¨ªtico del municipio que, hasta el 23 de noviembre pasado, era gobernado por el oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela.

En declaraciones ofrecidas el lunes a la televisi¨®n del Estado, el diputado oficialista Carlos Escarr¨¢ asegur¨® que "el alcalde de Maracaibo, Manuel Rosales, se fug¨® del pa¨ªs v¨ªa Panam¨¢ y hacia un rumbo desconocido, que no se ha podido precisar en estos momentos". La teor¨ªa de Escarr¨¢ era que Rosales hab¨ªa huido a trav¨¦s de la frontera de Zulia con Colombia, y que de all¨ª buscar¨ªa nuevos destinos.

El proceso contra Rosales se activ¨® a finales de octubre de 2008 cuando, en medio de la campa?a por las elecciones regionales de noviembre, el presidente Hugo Ch¨¢vez anunci¨® su intenci¨®n de encarcelar a Rosales: "Estoy decidido a meter preso a Manuel Rosales. ?l est¨¢ tratando de matarme. Yo no voy a matarlo. Yo no mato a nadie. Pero s¨ª soy jefe de Estado", dijo en aquella oportunidad. A partir de ese momento, Rosales fue investigado por la mayor¨ªa oficialista de la Asamblea Nacional y por la Contralor¨ªa General de la Rep¨²blica (Tribunal de Cuentas), por casos de presunta corrupci¨®n. El 11 de diciembre, la Fiscal¨ªa General lo acus¨® formalmente por los cargos de enriquecimiento il¨ªcito y tres meses m¨¢s tarde pidi¨® a los tribunales que emitieran una orden de detenci¨®n en su contra.

Desde entonces, funcionarios de la Direcci¨®n de Inteligencia Militar han estado siguiendo los pasos de Rosales, aun antes de que la orden de detenci¨®n salga del juzgado. La persecuci¨®n policial se ha agudizado desde el pasado mi¨¦rcoles, cuando decenas de uniformados rodearon la sede del canal privado de noticias Globovisi¨®n, donde el alcalde se encontraba ofreciendo una entrevista. Detuvieron varios veh¨ªculos, pero no dieron con el que transportaba al alcalde. "Lo est¨¢n persiguiendo sin orden, ?qui¨¦n lo est¨¢ persiguiendo y con qu¨¦ objetivo?", se pregunta Omar Barboza.

Otra de las irregularidades que denuncia la defensa es que Rosales no ser¨¢ juzgado por sus jueces naturales. A solicitud del Ministerio P¨²blico y para evitar "alteraciones del orden p¨²blico", el juicio contra Rosales fue trasladado la semana pasada de los tribunales de Maracaibo a los de Caracas. Y hasta el momento, la nueva juez encargada del caso no ha fijado la fecha de la primera audiencia, en la que corresponde a la defensa presentar sus descargos.