Pascua sin descanso

Nunca hab¨ªa visto algo as¨ª. Y porque nunca lo hab¨ªa visto lo rese?o. No porque sea un cap¨ªtulo destacable de pol¨ªtica interior despu¨¦s de otro excepcional de pol¨ªtica exterior. La secuencia ha sido exactamente ¨¦sta, pero la raz¨®n de mi admiraci¨®n es otra: a fin de cuentas en otras ocasiones hab¨ªamos visto un movimiento similar de di¨¢stole y s¨ªstole, primero me abro al ancho mundo y luego me ocupo de los asuntos de casa. Lo raro y rese?able es la coincidencia de esta transici¨®n gubernamental con las vacaciones de primavera, estos breves d¨ªas de asueto frecuentemente acompa?ados de lluvias y viento en los que cristianos y jud¨ªos celebran las respectivas pascuas. Como raro y rese?able es el punto de concentraci¨®n al que ha llegado el repliegue pol¨ªtico: la principal cantera de donde el presidente Zapatero extrae los relevos es el propio partido, su presidente Manuel Chaves, su secretario de organizaci¨®n, Jos¨¦ Blanco¡­; o una ministra de larga experiencia como Elena Salgado. E incluso los modos con que arranca su labor de Gobierno, sin dejar respiro para el descanso pascual; o mejor dicho, dejando s¨®lo un respiro al nuevo vicepresidente tercero para que se deje hacer unas fotos en la playa con su familia, antes de incorporarse inmediatamente a su despacho en Madrid.

En vacaciones, con la opini¨®n p¨²blica desconcentrada, despistada, sin los titulares en sus puestos, sobre todo los de la radio (son un misterio tambi¨¦n sin parang¨®n internacional las largas vacaciones del liderazgo radiof¨®nico hisp¨¢nico, que imponen pausas en el af¨¢n discutidor e incluso en el vituperio al ritmo del calendario vacacional, con sus puentes y sus festividades absurdas); y no s¨®lo en la semana vacacional, sino en los mismos d¨ªas santos, las jornadas procesionales en las que media Espa?a desfila por las calles con esas im¨¢genes truculentas y antiguas de la pasi¨®n, muerte y resurrecci¨®n del Nazareno. Raro hasta aqu¨ª; rar¨ªsimo hasta la extravagancia el car¨¢cter de esta actividad excepcional desplegada por los neoministros.

Veamos. No hay nadie en los ministerios, ni en las sedes de los partidos. Todo el mundo est¨¢ en los pueblos fervorosos, en las fr¨ªas playas todav¨ªa sin ba?o o en los montes nevados. Las calles est¨¢n desiertas y se puede aparcar en cualquier sitio. Apenas hay transporte p¨²blico. Las ciudades est¨¢n muertas. Pero los nuevos responsables de sacar a Espa?a de la crisis y de imponer un nuevo ritmo en la gesti¨®n de los asuntos p¨²blicos se re¨²nen fren¨¦ticamente unos con otros, papeles y mapas en mano; se dejan fotografiar antes de empezar sus encuentros trascendentes; comunican a trav¨¦s de sus gabinetes de prensa (¨¦sos s¨ª trabajan; ¨¦sos, a diferencia de los radiofonistas, siempre trabajan: son los solitarios fabricantes de la opini¨®n p¨²blica en estos d¨ªas santos), aspirando sobre todo a manchar primeras p¨¢ginas, ocupar los mejores espacios de los telediarios e informativos radiof¨®nicos.

(?Alguien recuerda la lucecita del Pardo? Esas entrevistas entre ministros en los edificios vac¨ªos del Madrid oficial tienen una funci¨®n similar. Nosotros descansamos, pero ellos trabajan. Evoco la historia del personaje que vel¨® sobre todos nosotros durante 40 a?os interminables mientras el pa¨ªs dorm¨ªa quiz¨¢s por el libro que acab¨® de cerrar, una de las lecturas m¨¢s gozosas y f¨¦rtiles de las que tenga recuerdo. Se titula ¡®Anatom¨ªa de un instante¡¯, su autor es Javier Cercas y no me arriesgo en absoluto si digo que se convertir¨¢ en muy pocos d¨ªas en un enorme acontecimiento. Literario, claro est¨¢. Pero no s¨®lo: pol¨ªtico tambi¨¦n. Y period¨ªstico, qu¨¦ caramba. Jordi Gracia dec¨ªa en Babelia este s¨¢bado que ¡°este libro es una obra maestra de la narrativa europea del siglo XXI¡±. Yo me atrevo a decir tambi¨¦n que lo que ha hecho Cercas con el 23-F y sobre todo sus protagonistas es periodismo del bueno, del insuperable, y que el periodismo del siglo XXI ser¨¢ as¨ª o no ser¨¢. En alg¨²n momento explicar¨¦ por qu¨¦.)