Chechenia y la llegada de la paz
El levantamiento del estado de guerra por parte del Kremlin abre nuevas posibilidades a la rep¨²blica norcauc¨¢sica
El mes pasado el Kremlin levant¨® en Chechenia el r¨¦gimen de "territorio de operaci¨®n antiterrorista" -es decir, el estado de guerra-, que impon¨ªa una serie de limitaciones al funcionamiento normal de esta rep¨²blica norcauc¨¢sica que forma parte de la Federaci¨®n Rusa. A pesar de que ese r¨¦gimen duraba ya 10 a?os, que la etapa de combates activos hab¨ªa finalizado en 2002 y que desde hace pr¨¢cticamente ya tres a?os cesaron los atentados terroristas cometidos por chechenos, hab¨ªa muchos contrarios a la medida. Unos no la deseaban por razones econ¨®micas, porque al desaparecer ese r¨¦gimen desaparecer¨ªan los privilegios de que gozaban -los militares, por ejemplo- y otros por temer que la normalizaci¨®n de Chechenia har¨ªa a su ¨¦lite a¨²n m¨¢s incontrolable.
Los militares han obtenido -despu¨¦s del 16 de abril, la fecha en que oficialmente se dio por terminada la guerra- algunas victorias en su af¨¢n por eternizar una operaci¨®n que les conviene tanto desde el punto de vista econ¨®mico -financiaci¨®n, armas, mayores sueldos ya que un d¨ªa all¨ª cuenta por tres de servicio, etc-, como por razones corporativas, ya que les permite un ascenso m¨¢s r¨¢pido en el escalaf¨®n y ensayar nuevas t¨¢cticas en condiciones reales de combate. As¨ª, lograron reintroducir el r¨¦gimen de operaci¨®n antiterrorista en tres distritos, pero luego lo levantaron en uno de ellos. Oficialmente, ahora se contin¨²a con la operaci¨®n antiterrorista s¨®lo en dos regiones monta?osas: Shat¨®i y Veden¨®, aunque el Gobierno checheno est¨¦ en contra de ello.
El cese de la operaci¨®n antiterrorista a nivel de la rep¨²blica -aunque se pueda mantener en puntos aislados- refleja una realidad irrefutable: el Kremlin consigui¨® el objetivo que se hab¨ªa propuesto, a saber, hacer de la parte chechena de la frontera rusa con el exterior una frontera tan segura como las dem¨¢s. Lo que Rusia no se pod¨ªa permitir era tener un agujero -o el peligro de que se produjera- en el frente sur, en su l¨ªnea divisoria con la Transcaucasia. Y precisamente eso se hubiera producido si Chechenia hubiera conseguido su independencia o si los separatistas hubieran continuado controlando las zonas monta?esas fronterizas, en especial la que da al desfiladero georgiano del Pankisi.
El ¨¦xito se debi¨® a la pol¨ªtica de 'chechenizaci¨®n' del conflicto aplicada por el Kremlin, es decir, al traspaso paulatino del poder y de las tareas de represi¨®n a los mismos chechenos. En esto Mosc¨² encontr¨® un aliado ideal en Ahmad Kad¨ªrov, que hab¨ªa sido mufti de Chechenia y hab¨ªa hecho causa com¨²n con el independentista Dhojar Dur¨¢yev durante la primera guerra, que finaliz¨® en 1996 con la victoria de los separatistas. Pero Kad¨ªrov se pas¨® al lado de las fuerzas federales y del Kremlin en la segunda guerra, pues era un opositor ac¨¦rrimo a los chechenos que abrazaron el islam fundamentalista. Despu¨¦s de su muerte en un atentado, su hijo Ramz¨¢n pas¨® a ser el hombre fuerte de la regi¨®n y a los pocos meses de cumplir los 30 a?os que la ley exige para ser presidente, asumi¨® ese cargo.
Kad¨ªrov hijo es una figura pol¨¦mica, se le acusa de haber organizado secuestros, desapariciones de personas e incluso de haber torturado personalmente. Adem¨¢s, se cree que puede estar detr¨¢s del asesinato de la conocida periodista Anna Politk¨®vskaya -que lo criticaba duramente y que dec¨ªa so?ar con verlo en el banquillo de los acusados para que pagara por sus cr¨ªmenes- y de otras figuras, entre ellas, el H¨¦roe de Rusia Yamad¨¢yev, acribillado el mes pasado en Doha, Qatar.
Al mismo tiempo, tiene m¨¦ritos indiscutibles: ha logrado estabilizar -con m¨¦todos brutales, eso s¨ª- la situaci¨®n en Chechenia, que ahora parece mejor que la de sus vecinas, Ingushetia y Daguest¨¢n, y reconstruir Grozni, la capital, que permanec¨ªa en ruinas desde la primera guerra. Adem¨¢s, ha conseguido convencer a miles de rebeldes de que depongan las armas y les ha dado trabajo en la polic¨ªa y en sus organismos de seguridad.
Tiene raz¨®n la polit¨®loga Yulia Lat¨ªnina cuando dice que "independientemente de la cantidad de rebeldes que ha eliminado Kad¨ªrov, son muchos m¨¢s a los que ha sacado de los bosques y salvado".
La pr¨®xima meta de Kad¨ªrov es abrir un puesto aduanas en Grozni y obtener el estatus de internacional para su aeropuerto, lo que le permitir¨¢ exportar e importar directamente. Este objetivo lo conseguir¨¢, sin duda, pr¨®ximamente de Mosc¨². M¨¢s dif¨ªcil -quiz¨¢ imposible- le ser¨¢ lograr que le entreguen el petr¨®leo y le permitan crear una compa?¨ªa como las que tienen Tatarst¨¢n o Bashkartost¨¢n y comercializar los dos millones de toneladas de crudo que produce al a?o (actualmente est¨¢n en poder de la estatal rusa Rosneft). Pero ya la aduana y el aeropuesto abrir¨¢n muchas m¨¢s posibilidades econ¨®micas a Chechenia y a Kad¨ªrov, que podr¨¢ seguir la pol¨ªtica de ampliar su autonom¨ªa con respecto a Mosc¨² y de imponer en el interior de la rep¨²blica reglas de conducta isl¨¢micas, pero en una variante relativamente suave.
Soldados, guerrilleros y desaparecidos
El fin oficial de la guerra no significa que los militares rusos vayan a abandonar Chechenia. Actualmente se calcula que hay unos 40.000 hombres que pertenecen a diversas fuerzas como el Ej¨¦rcito, al Ministerio de Interior y al Servicio Federal de Seguridad, de los que la mitad permanecer¨¢ en la rep¨²blica. As¨ª, tendr¨¢n emplazamiento permanente en Chechena la 42 Divisi¨®n de Fusileros Motorizados del ministerio de Defensa, la 46 Brigada de Misiones Operativa de las tropas del Ministerio del Interior, adem¨¢s de los guardafronteras.
?Cu¨¢ntos guerrilleros quedan en Chechenia? La respuesta difiere dependiendo a qui¨¦n se pregunta. Kad¨ªrov considera que quedan s¨®lo 70-80, mientras que los militares rusos calculan que son unos 500, y los expertos independientes dan una cifra intermedia: unos 250. Sea como fuere, ya no representan una fuerza que pueda poner en jaque no ya a Mosc¨² sino a Grozni. Han perdido tambi¨¦n la popularidad de antes y apenas tienen el apoyo del 1-2% de la poblaci¨®n, seg¨²n el especialista Iv¨¢n S¨²jov. Eso se debe, en parte, a que dif¨ªcilmente se les pueda calificar ya de luchadores por la independecia de Chechenia; se trata m¨¢s bien de fundamentalistas que sue?an con un emirato o califato cauc¨¢sico que se rija por normas similares a las que imponen los talibanes. Adem¨¢s, Kad¨ªrov ha dado trabajo a cerca de 7.000 ex guerrilleros en sus fuerzas del orden.
La fiscal¨ªa abri¨® 1.949 casos por secuestro de personas, la mayor¨ªa de los cuales han sido cerrados por imposibilidad de encontrar a los culpables. Los defensores de derechos humanos calculan que durante la guerra han desaparecido cerca de 5.000 personas. "Detr¨¢s de casi cada caso hay un secuestro demostrado", sostiene Natalia Estam¨ªrova, jefa de la filial de Grozni de Memorial. La mayor¨ªa de esas personas murieron bajo las torturas o fueron ejectuadas sumariamente por los militares. Para hacer desaparecer los cuerpos sol¨ªan dinamitarlos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.