Chechenia: punto final
Rusia prefiere hablar de operaci¨®n contraterrorista, pero lo que a todos los efectos ha sido una terrible guerra en la rep¨²blica aut¨®noma de Chechenia concluy¨® oficialmente el jueves pasado. Nada atr¨¢s, sino muy presentes, est¨¢n 15 a?os de combates, dos guerras, miles de muertos, atrocidades sin fin cometidas tanto por los hombres de Mosc¨² como por la guerrilla separatista.
Y cabe preguntarse a qu¨¦ tanto horror, cuando la Administraci¨®n que dirige Ramz¨¢n Kad¨ªrov, estrecho aliado del primer ministro Vlad¨ªmir Putin, goza de una independencia de hecho. En 1994, bajo la presidencia de Bor¨ªs Yeltsin, estall¨® la primera guerra de Chechenia por la extensi¨®n de autogobierno que estuviera dispuesto a reconocer el Gobierno central, y un general de Mosc¨², Alexander L¨¦bed, le puso fin en 1996 por el expeditivo procedimiento de reconocer ya entonces la independencia de facto del pa¨ªs cauc¨¢sico. Pero el sucesor de Yeltsin, Putin, decidi¨® en 1999 que aquel estado de cosas era inaceptable, sobre todo por el efecto que pudiera causar en otros territorios aut¨®nomos de Rusia.
Y en esta segunda guerra, por medio del soborno, la brutalidad m¨¢s extrema y la cooptaci¨®n de l¨ªderes rebeldes, a los que literalmente se ha entregado el territorio como bot¨ªn de guerra, el enfrentamiento con los separatistas, que en los a?os noventa constitu¨ªan la gran mayor¨ªa de la poblaci¨®n, ha tocado formalmente a su fin. Los grandes perdedores han sido, sin embargo, los propios chechenos, que si hoy gozan de paz -aunque todav¨ªa hay guerrilla en las zonas monta?osas- se hallan a merced de un r¨¦gimen m¨¢s brutal que el del m¨¢s desp¨®tico de los zares.
Las fronteras de Rusia te¨®ricamente no han variado; Razm¨¢n Kad¨ªrov proclama su dudosa lealtad a Mosc¨²; Putin y el presidente Dmitri Medv¨¦dev apenas salvan la cara; y Chechenia, aunque destruida, es m¨¢s aut¨®noma que nunca. ?Cabe concebir por ello guerra m¨¢s absurda?
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