Obama pone fin al antagonismo entre el islam y Occidente
El presidente de EE UU asegura en su hist¨®rico discurso a los pa¨ªses musulmanes que "EE UU no ha estado ni estar¨¢ nunca en guerra con el islam".- Defiende un Estado Palestino al tiempo que resalta el sufrimiento jud¨ªo
En un discurso destinado a desterrar tab¨²es, superar hipocres¨ªas y hacer historia, Barack Obama acab¨® este jueves con el antagonismo entre islam y Occidente e invit¨® a los musulmanes a aislar a los extremistas y asumir su papel como parte de una civilizaci¨®n que aboga por la tolerancia, la democracia y la paz. Dirigi¨¦ndose especialmente a millones de j¨®venes ¨¢rabes atrapados entre la violencia y la desesperaci¨®n, el presidente norteamericano prometi¨® que Estados Unidos estar¨¢ a su lado en el af¨¢n de una vida mejor.
Algunos de esos j¨®venes vitorearon a Obama en la Universidad de El Cairo cuando el popular dirigente mencion¨® palabras como derechos humanos, justicia, educaci¨®n y progreso. Otra parte del p¨²blico, sentada en los asientos de las autoridades, ovacion¨® las alusiones del presidente a las obligaciones de Israel y las justas reivindicaciones de los palestinos, pero permaneci¨® en un cort¨¦s silencio cuando resalt¨® el sufrimiento del pueblo jud¨ªo y pidi¨® que los Gobiernos ¨¢rabes dejen de utilizar el conflicto de Oriente Pr¨®ximo para incumplir sus propias obligaciones.
Fue una jornada revolucionaria en la capital de Egipto por muchas razones. Porque una gran audiencia musulmana sigui¨® con respeto los argumentos por los que Israel tiene derecho a una existencia segura. Porque los principales l¨ªderes religiosos del pa¨ªs escucharon la necesidad de respetar los derechos de la mujer -"nuestras hijas pueden contribuir tanto a la sociedad como nuestros hijos"-. Porque un l¨ªder fresco pidi¨® a todos dejar atr¨¢s los estereotipos y hablar con la verdad. Y porque los j¨®venes encontraron en ese l¨ªder tal identificaci¨®n que, en un momento del discurso, a alguno se le escap¨® un rotundo "we love you".
Pero hay razones m¨¢s profundas por las que la intervenci¨®n de Obama, que no regal¨® titulares ni iba dirigida al p¨²blico habitual, puede ser revolucionaria. Obama no s¨®lo repiti¨® que "Estados Unidos no est¨¢ en guerra con el islam" y pidi¨® poner fin a la hostilidad mutua de los ¨²ltimos a?os, sino que declar¨® la cultura y la fe musulmanas como parte sustancial de la historia de Estados Unidos.
"Desde nuestra fundaci¨®n", dijo Obama, "los musulmanes americanos han enriquecido Estados Unidos. Han peleado en nuestras guerras, servido en el Gobierno, se han levantado por los derechos civiles, han abierto negocios, ense?ado en las universidades, competido en nuestros estadios, ganado premios Nobel. Y cuando el primer musulm¨¢n americano fue recientemente elegido para el Congreso, jur¨® defender la Constituci¨®n usando el mismo Santo Cor¨¢n que uno de nuestros Padres Fundadores, Thomas Jefferson, ten¨ªa en su biblioteca personal".
Mientras Europa debate sobre sus ra¨ªces judeo cristianas, Obama proclam¨®: "No tengan ninguna duda, el islam es parte de Am¨¦rica". Y tambi¨¦n, sin decirlo expresamente, es parte de Occidente, que se ha visto enriquecido, "como podemos ver en la historia de Andaluc¨ªa y C¨®rdoba durante la Inquisici¨®n", por los valores de la tolerancia religiosa y la igualdad racial.
En reconocimiento a esa contribuci¨®n, "los pa¨ªses occidentales tendr¨ªan que permitir que los ciudadanos musulmanes practiquen la religi¨®n a su modo, sin dictarles qu¨¦ es lo que las mujeres musulmanas deben vestir". "No podemos disfrazar la hostilidad hacia una religi¨®n con el pretexto del liberalismo", afirm¨® el presidente norteamericano.
Pero la pertenencia a un club tiene sus cuotas. "Am¨¦rica e Islam no son t¨¦rminos excluyentes ni est¨¢n en competici¨®n", acept¨® Obama. Eso significa que "compartimos principios de justicia y progreso, tolerancia y dignidad de todos los seres humanos". Es decir que, en la medida en que el islam es parte de Occidente, los valores de la democracia occidental no le deben de resultar ajenos ni extra?os.
"Ning¨²n sistema de Gobierno debe de ser impuesto por una naci¨®n a otra", admiti¨® Obama. Pero la ideas de "un Gobierno transparente y que no robe a su pueblo, la libertad para elegir, el respeto de las minor¨ªas, el Gobierno del pueblo para el pueblo" no son s¨®lo ideas norteamericanas, son ideas de todos los que comparten el sistema de valores al que el islam est¨¢ adherido desde sus or¨ªgenes. Es, pues, bajo los principios del islam bajo los que Obama reclama la democracia en esta regi¨®n del mundo, no por mero cumplimiento del dictado de los poderosos.
Se trata de un argumento complejo, casi acad¨¦mico, que no busca frutos de inmediato. "Reconozco que estos cambios no ocurrir¨¢n de la noche a la ma?ana. Ning¨²n discurso puede erradicar a?os de desconfianza", admiti¨® Obama. Pero es indudable que el presidente norteamericano dio este jueves un paso muy importante para eliminar, al menos, muchos de los pretextos que los dirigentes musulmanes encontraban para sus reg¨ªmenes autoritarios y obsoletos.
Obama reconoci¨® el error de la guerra de Irak, garantiz¨® que Estados Unidos no busca las riquezas de Afganist¨¢n ni pretende quedarse en ese pa¨ªs, asegur¨® que con gusto har¨ªa regresar a todas las tropas norteamericanas a casa si desapareciera la amenaza del terrorismo y admiti¨® que su pa¨ªs tambi¨¦n ha perdido a veces sus valores, como en el uso de la tortura o la apertura de Guant¨¢namo.
Todo eso han sido focos de hostilidad hacia Estados Unidos que el presidente norteamericano intenta ahora hacer desaparecer. Pero el principal de todos los focos es el conflicto palestino-israel¨ª. Obama no present¨® ning¨²n nuevo plan de paz ni nada por el estilo, pero reclam¨® un enfoque distinto del problema desde una posici¨®n m¨¢s sincera. "En privado, muchos musulmanes reconocen que Israel no dejar¨¢ de existir. Tambi¨¦n muchos israel¨ªes admiten en privado la necesidad de un Estado palestino. Es hora de que todos actuemos de acuerdo a lo que todo el mundo sabe que es la verdad", reclam¨®.
Como dijo Hillary Clinton inmediatamente despu¨¦s del discurso, "ahora hay que hacer todo esto realidad".
C¨®rdoba, Andaluc¨ªa y la tolerancia
Barack Obama cit¨® este jueves Al Andalus como modelo del islam tolerante que forma parte inseparable de la cultura occidental. "El islam tiene una orgullosa tradici¨®n de tolerancia. Lo vemos en la historia de Andaluc¨ªa y C¨®rdoba durante la Inquisici¨®n", dijo el presidente norteamericano en su discurso en la Universidad de El Cairo.
Algunos historiadores discuten hoy el grado real de tolerancia durante la presencia musulmana en Espa?a entre el siglo VIII y finales del XV, pero Obama quiso referirse, por supuesto, a la ¨¦poca del Califato de C¨®rdoba, en la que la cultura isl¨¢mica alcanz¨® su cenit. ?sta era y sigue siendo un recuerdo glorioso, un mito, en la mente de millones de musulmanes, como se demuestra, entre otras cosas, por las constantes alusiones a ella en las declaraciones p¨²blicas de Al Qaeda.
Obama aludi¨® a la presencia musulmana en Andaluc¨ªa como un ejemplo en el que cristianos, musulmanes y jud¨ªos pod¨ªan vivir y practicar juntos sus diferentes creencias. Los jud¨ªos fueron posteriormente expulsados por los Reyes Cat¨®licos, y los musulmanes, convertidos a la fuerza al cristianismo.
Otros ejemplos de esa misma convivencia, seg¨²n el presidente norteamericano, son "el di¨¢logo entre religiones patrocinado por el rey Abdullah de Arabia Saud¨ª y el liderazgo de Turqu¨ªa en la Alianza de las Civilizaciones".
Pero la mejor muestra es el propio Barack Obama, devoto cristiano, aunque Hussein de segundo nombre, hijo de un padre musulm¨¢n, educado en Indonesia en convivencia con la fe isl¨¢mica y buen conocedor de la influencia que esa religi¨®n tiene entre comunidades pobres como los barrios de Chicago.
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