"We love you too"
Periodistas, analistas y representantes de la comunidad musulmana siguen el hist¨®rico discurso de Barack Obama en la embajada de EE UU en Madrid
"We love you", le grit¨® a Barack Hussein Obama alguien desde el p¨²blico que asist¨ªa a su discurso en la Universidad de El Cairo. ?Resonar¨¢ esa declaraci¨®n de amor a lo largo y ancho de la umma -la comunidad- ¨¢rabe y musulm¨¢n? Pronto para saberlo. En cualquier caso, Obama emple¨® el tono y las palabras exactas para comenzar a poner fin a una relaci¨®n entre Estados Unidos y ese mundo que ¨¦l mismo calific¨® como de "tensi¨®n", "miedo" y "desconfianza" mutuas. Obama tambi¨¦n abord¨® todos y cada uno de los temas conflictivos, sin escabullirse ni al hablar de por qu¨¦ EE UU sigue en Afganist¨¢n, ni de la desastrosa e injustificada invasi¨®n de Irak, ni del mucho dolor de los palestinos, ni de la ausencia de democracia y derechos humanos en buena parte del mundo ¨¢rabe y musulm¨¢n, ni de la necesaria igualdad de la mujer.
Donde reson¨® de inmediato el "We Love You" de El Cairo fue en la embajada de Estados Unidos en Madrid, donde una veintena larga de periodistas, profesores universitarios y figuras representativas de las comunidades musulmanes en Espa?a hab¨ªan sido invitados a asistir en directo al discurso de Obama. En la posterior ronda de comentarios, s¨®lo un conocido radiopredicador muy de derechas le puso un pero a la totalidad del discurso. En su opini¨®n, Obama hab¨ªa hecho todo una exhibici¨®n de "debilidad" ante el, para ¨¦l, peligros¨ªsimo universo isl¨¢mico. Al radiopredicador le hab¨ªa dolido en particular el que hubiera hecho una referencia a Al Andalus como modelo de convivencia, para lo que era la Edad Media, de culturas y religiones. Al Andalus, vino a decir, era una espantosa dictadura musulmana.
Le respondi¨® s¨²bito un prestigioso arabista: Obama hab¨ªa estado "brillante" y "valiente"; de hecho, hab¨ªa ido "m¨¢s all¨¢ de lo que cab¨ªa esperar". En cuanto a los estereotipos negativos sobre el islam expresados por el radiopredicador, eran exactamente aquellos que el presidente estadounidense hab¨ªa denunciado desde el comienzo de su discurso en El Cairo. Ya se sabe, todo eso de religi¨®n de b¨¢rbaros, mis¨®ginos y terroristas, frente a la cual el cristianismo y el juda¨ªsmo deben aliarse en un combate planetario, un aut¨¦ntico choque de civilizaciones. Lo de Bush, vamos.
"Obama se dirigi¨® directamente a los corazones y las mentes de los musulmanes, y de un modo que pudieran entenderlo", se?al¨® un periodista. Cierto: record¨® sus propios or¨ªgenes familiares -una familia de Kenia con musulmanes-, cit¨® abundante y apropiadamente el Cor¨¢n, homenaje¨® los v¨ªnculos de EE UU Unidos con la umma, desde el primer reconocimiento diplom¨¢tico de Marruecos hasta la presencia hoy en territorio norteamericano de millones de musulmanes pac¨ªficos y pr¨®speros.
Una analista de un think-tank observ¨®: "No ha excluido ninguno de los temas espinosos que le esperaban en El Cairo". Correcto: habl¨® del dolor que sintieron los norteamericanos en el 11-S y de c¨®mo dieron inicialmente una respuesta correcta -Afganist¨¢n- para perderse luego en un desprop¨®sito -Irak-; reiter¨® su voluntad de retirar las tropas de Irak y cerrar Guant¨¢namo; proclam¨® que trabajar¨¢ para que los palestinos puedan tener su Estado; conden¨® la met¨¢stasis de las colonias jud¨ªas en Cisjordania, e inst¨® a la umma a caminar por la senda de la democracia, los derechos humanos y la plena igualdad de las mujeres. Esto ¨²ltimo con extrema sutileza: llevar el hiyab, si es por propia convicci¨®n y decisi¨®n, no deber¨ªa ser perseguido en Occidente.
"Ha estado humilde y autocr¨ªtico; todo lo contrario de un Bush que dec¨ªa que o se estaba con EE UU o se estaba con los terroristas", reflexion¨® un profesor ¨¢rabe. Pues s¨ª: Obama reconoci¨® que algunas de las respuestas de EE UU al 11-S fueron contrarias a "las tradiciones e ideales" de ese gran pa¨ªs. Un pa¨ªs, record¨®, que naci¨® de una revoluci¨®n contra un imperio basada en la idea de la igualdad sustancial de todos los seres humanos. Idea materializada nuevamente con la elecci¨®n de alguien como ¨¦l, mestizo y llamado Barak Hussein Obama, como presidente.
El 11-S y los d¨ªas que siguieron todos nos sentimos neoyorquinos. Luego Estados Unidos se extravi¨®, se hizo irreconocible, se convirti¨® en una potencia que recortaba derechos y libertades en el interior y se comportaba agresiva y autoritariamente en el exterior. Pues bien, Obama sigui¨® este jueves intentando recuperar el gran capital de simpat¨ªa que su pa¨ªs recibi¨® el 11-S. Y lo hizo ante el p¨²blico m¨¢s dif¨ªcil: un mundo ¨¢rabe y musulm¨¢n receloso no s¨®lo por las pol¨ªticas de Bush sino por d¨¦cadas de doble rasero norteamericano. Y tal vez, como observaron tres de los participantes en el encuentro en la embajada de Estados Unidos en Madrid, consigui¨® su mayor punto de credibilidad cuando dijo: "La situaci¨®n del pueblo palestino es intolerable".
Lo es. El dolor de los palestinos abrasa los corazones de la umma. ?sta ya sabe ahora c¨®mo piensa y qu¨¦ siente el nuevo titular de la Casa Blanca. Alguien que no se mostr¨® en El Cairo d¨¦bil y acomplejado, como denunciaba el radiopredicador. En absoluto. Obama tambi¨¦n cant¨® las verdades del barquero que la ocasi¨®n precisaba: el terrorismo yihadista mata m¨¢s musulmanes que occidentales, el Holocausto existi¨® y fue el mayor espanto del siglo XX, la violencia de Ham¨¢s no lleva a ninguna parte y, aunque haya pa¨ªses en la zona con armas nucleares, Ir¨¢n no debe hacerse con la suya.
El amigo americano ha vuelto a la escena global. El discurso de Obama ha sido su "Ich bin ein Berliner" para el mundo isl¨¢mico. Y ha sido todo un placer seguirlo y comentarlo en la embajada de EE UU en Madrid, un pa¨ªs identificado de nuevo con personajes positivos como Jefferson, Lincoln, Roosevelt y Kennedy. A trav¨¦s de Obama, ese pa¨ªs nos env¨ªa de nuevo este mensaje: "Debemos escoger el camino correcto, no el camino f¨¢cil".
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