El buen juez por su casa empieza: Los Salarios del Supremo en M¨¦xico
Dec¨ªa Quino (v¨ªa Mafalda) que "lo urgente no deja tiempo para lo importante" y esto dif¨ªcilmente podr¨ªa ser m¨¢s valido hoy en M¨¦xico; entre la crisis econ¨®mica, el narcotr¨¢fico, la influenza y las inminentes elecciones dif¨ªcilmente hemos tenido tiempo para algo m¨¢s.
Sin embargo, lo urgente ha hecho que pasen de largo o con muy poca atenci¨®n temas muy relevantes, as¨ª por ejemplo hace un par de meses se aprob¨® en M¨¦xico la Ley de Salarios M¨¢ximos, y a¨²n cuando en su momento se discuti¨® mucho, algunas de sus aristas m¨¢s interesantes fueron dejadas de lado ante problem¨¢ticas m¨¢s urgentes.
La sola existencia de esta ley habla de un problema muy espec¨ªfico: el abuso que un gran n¨²mero de servidores p¨²blicos hizo de salarios y prerrogativas, muchas de las cuales eran propuestas y aprobadas por ellos mismos.
Muy conocido es el caso protagonizado en 1997 por el entonces novel gobernador de Quer¨¦taro Ignacio Loyola, quien bajo el argumento de que su responsabilidad era la m¨¢s alta del estado propuso pagarse un salario igual al del empresario mejor pagado del estado, alrededor de 300 mil pesos netos al mes, el equivalente a mas de 600 mil d¨®lares brutos al a?o al tipo de cambio de entonces. Tal vez deber¨ªamos estar agradecidos de que el se?or Loyola era gobernador de Quer¨¦taro y no del estado de Washington, lo que le habr¨ªa posibilitado demandar ingresos similares a los Bill Gates.
Pero lo que aceler¨® la discusi¨®n y la aprobaci¨®n de la ley no fueron eventos como los del gobernador Loyola (aunque la indignaci¨®n que causaron si abon¨® el terreno en ese sentido) sino la decisi¨®n de los consejeros del Instituto Federal Electoral, IFE, de homologar sus salarios (como lo marca su propia ley) a los de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Naci¨®n (el supremo en Espa?a).
?Por qu¨¦ el enojo? Un ministro de la Corte gana 251 mil pesos netos al mes, esto equivale a un salario bruto anual (incluyendo aguinaldo) cercano a los 350 mil d¨®lares. (En M¨¦xico los salarios t¨ªpicamente se calculan netos de impuestos y de manera mensual mientras que en otros pa¨ªses, como Estados Unidos, se calculan brutos anuales).
El desempe?o del IFE y sus miembros hab¨ªan sido muy cuestionados a partir de las elecciones federales de 2006, la substituci¨®n de la mayor¨ªa de ellos permit¨ªa augurar un cambio de actitud y un desempe?o m¨¢s adecuado. Por ello sorprendi¨® cuando en una de las primeras medidas relevantes decidieron aumentarse el sueldo.
La falta de sensibilidad pol¨ªtica de los miembros del IFE reabri¨® el debate sobre los topes salariales a los servidores p¨²blicos, oblig¨® al IFE a recular en la medida adoptada y finalmente llev¨® a la aprobaci¨®n de la Ley de Salarios M¨¢ximos.
Pero si bien esto es un paso muy relevante, perdido en la discusi¨®n est¨¢ el hecho de que el abusivo salario que se quer¨ªan asignar los miembros del IFE no era una cifra arbitraria sino la que se pagan los ministros de la Corte.
Los aspectos jur¨ªdicos, financieros y ¨¦ticos de esto son muy interesantes. Como se sabe, las leyes no son de aplicaci¨®n retroactiva, por lo tanto a pesar de la ley los ministros de la Corte siguen ganando el equivalente a 350 mil d¨®lares brutos al a?o, y si bien en su momento los consejeros del IFE fueron duramente cuestionados nadie parece haber hecho extensiva dicha cr¨ªtica a los miembros del m¨¢ximo ¨®rgano de justicia en M¨¦xico.
Esto no deja de ser un tanto inusual. S¨®lo para efectos comparativos baste decir que en Estados Unidos los ministros de la Corte ganan 208 mil d¨®lares anuales, es decir 40% menos que los mexicanos. Pero si corregimos lo que los economistas llamamos el poder de paridad de compra (es decir el costo de la vida, el cual por supuesto es mayor en Washington DC que en la Ciudad de M¨¦xico) entonces el salario de los ministros mexicanos ser¨ªa equivalente a ?527 mil d¨®lares! 2.5 veces el de sus hom¨®logos del norte.
Estos son niveles salariales claramente excesivos, resulta curioso que en el debate se cuestionara a los consejeros del IFE pero no a los ministros de la Corte; tal vez no hubo pol¨ªtico o analista que quisiera enemistarse con los miembros del supremo.
El fondo del asunto es qu¨¦ tipo de justicia podemos esperar de un grupo de ministros que claramente se asignaron un trato preferencial e inequitativo con relaci¨®n a las condiciones sociales y laborales del pa¨ªs. Uno quisiera pensar que el m¨¢ximo tribunal est¨¢ formado por personas que velan por el bien com¨²n con un gran sentido de equidad y justicia social, pero la magnitud de los salarios que se han asignado no parece apuntar en tal direcci¨®n. Y eso sin hablar de las prestaciones que tambi¨¦n se han asignado, varias de las cuales se les siguen dando incluso tras su retiro.
Como dec¨ªa al principio, la urgencia de los problemas que enfrenta M¨¦xico hoy en d¨ªa no nos permite ocuparnos de temas como el aqu¨ª rese?ado, pero tal vez deber¨ªamos hacerlo, o mejor a¨²n tal vez deber¨ªa haber una autocorrecci¨®n por parte de la misma Corte; ser¨ªa lo correcto y ser¨ªa bien recibido, no hay que olvidar que como dice el dicho "el buen juez por su casa empieza."
* El autor es economista por la Universidad de Nueva York, trabaja en la banca privada y durante tres a?os fue el encargado de las finanzas del gobierno del Distrito Federal (2003-2006).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.