Insulza pedir¨¢ la suspensi¨®n de Honduras en la OEA
El secretario general de la OEA no logra desbloquear la crisis en su viaje a Tegucigalpa para restituir al presidente Zelaya.- Este s¨¢bado concluye el plazo del ultim¨¢tum lanzado por el organismo al nuevo Gobierno de Micheletti
Si en alg¨²n momento hubo alguna esperanza de que los golpistas hondure?os reconsiderasen su actitud, ya no la hay. Despu¨¦s de emplear toda la jornada del viernes en reunirse con las fuerzas vivas de Honduras, Jos¨¦ Miguel Insulza, secretario general de la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA), fue rotundo: "Mi conclusi¨®n es que la ruptura del orden constitucional persiste y que los que hicieron esto no tienen por el momento ninguna intenci¨®n de revertir la situaci¨®n".
As¨ª pues, Insulza informar¨¢ hoy s¨¢bado de sus gestiones a la Asamblea General, y ser¨¢ esta la que con toda seguridad tome la decisi¨®n de sancionar a Honduras. El secretario general de la OEA explic¨® al final del d¨ªa por qu¨¦ vino a Tegucigalpa: "Se trataba de hacer todos los intentos. Y s¨ª, tal vez el informe se pod¨ªa haber hecho sin necesidad de venir, pero yo prefer¨ª venir ac¨¢ para decirles: Miren, nosotros consideramos que aqu¨ª hubo un golpe de Estado, una ruptura grave de la institucionalidad democr¨¢tica de Honduras, y nosotros queremos pedir que esa situaci¨®n sea revertida por quienes han tomado el poder". Pero no funcion¨®. "Lamento decir que de mi gesti¨®n no se desprende que haya disposici¨®n para hacer esto. Al contrario. He recibido una cantidad de documentos mostrando de qu¨¦ manera habr¨ªa cargos pendientes contra el presidente Zelaya... Me llevo todos esos documentos, pero el resultado claro es que la ruptura del orden constitucional persiste y los que hicieron esto no tienen por el momento ninguna intenci¨®n por revertir la situaci¨®n".
A excepci¨®n del nuevo Gobierno surgido del golpe, al que l¨®gicamente la OEA no reconoce, su secretario general se reuni¨® con todo el mundo. Con los candidatos y los dirigentes de los partidos, con los jueces, con los fiscales, con las organizaciones sociales... Hasta con el cardenal y con el embajador de Estados Unidos. Pero despu¨¦s de un d¨ªa entero sin levantarse del sill¨®n, Insulza se dirigi¨® al aeropuerto de Toncont¨ªn con las manos vac¨ªas. Antes de partir, no obstante, compareci¨® ante la prensa. Los periodistas intentaron saber si a¨²n hay alguna posibilidad de encontrar una soluci¨®n. Uno pregunt¨® si tal vez dando un poco m¨¢s de plazo...: "Yo no he encontrado ning¨²n indicio que haga suponer que las cosas puedan cambiar en 48 o 72 horas". Otro quiso saber si tal vez un adelanto de las elecciones podr¨ªa ser suficiente para volver a la normalidad. La respuesta tambi¨¦n fue negativa: "Si hay elecciones, el Gobierno no ser¨ªa reconocido, la suspensi¨®n en la carta democr¨¢tica interamericana es al Estado. La carta habla de los Estados, no de los gobiernos". Hasta hubo otro que insinu¨® que tal vez una acci¨®n m¨¢s contundente...: "Si usted me pregunta", contest¨® Jos¨¦ Miguel Insulza, "si alg¨²n poder externo vendr¨ªa a cambiar las cosas, le digo que no. Eso no lo hacemos nosotros. Y las veces que se hizo, en el periodo de la guerra fr¨ªa, fue una tr¨¢gica experiencia y no lo volver¨ªamos a hacer. Adem¨¢s, la OEA no es un poder omn¨ªmodo. Tiene las atribuciones que tiene, y entre ellas no est¨¢ la de actuar f¨ªsicamente contra un Gobierno de facto".
El secretario general de la OEA fue muy claro al establecer un diagn¨®stico: "Lo que ha pasado en Honduras es un muy mal ejemplo para la regi¨®n. La idea del golpe, de un grupo de militares que expulsa por la fuerza a un presidente, era ya una cosa muy poco frecuente. Se hab¨ªa dado ¨²nicamente dos veces en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas (en el primer Gobierno del presidente Aristide en Hait¨ª y el intento frustrado de golpe contra Hugo Ch¨¢vez en 2002). Nos hab¨ªamos acostumbrado a pensar que esto ya no volver¨ªa a pasar. Pero ha vuelto a ocurrir algo que cre¨ªamos que era del pasado y que no ocurrir¨ªa nunca m¨¢s. Es un golpe de realidad tal vez, pero es muy lamentable, muy negativo".
Ya casi al final, un periodista hondure?o sugiri¨® -en consonancia con la teor¨ªa del nuevo poder- que tal vez lo que pas¨® aqu¨ª no fue un golpe de Estado. El secretario general de la OEA casi le quit¨® la palabra: "Pero bueno, yo no s¨¦ c¨®mo ustedes llaman cuando un grupo militar mandado por militares va en un operativo militar, saca a un presidente, lo carga en un avi¨®n militar y lo lleva a otro pa¨ªs. Esto es un golpe militar. ?Que el Gobierno no es militar? Pues probablemente. Est¨¢ configurado por civiles, pero que han llegado al poder sobre la base de un golpe militar".
Una vez que se march¨® Insulza, por Tegucigalpa circularon rumores de que el presidente Zelaya ya se encontraba en el pa¨ªs, tal vez acogido en la base norteamericana. Pero nadie pudo confirmar tal extremo. Ni siquiera se sabe si finalmente el presidente depuesto mantiene su idea de regresar a Honduras acompa?ado por los mandatarios de Ecuador, Rafael Correa, y Argentina, Cristina Fern¨¢ndez.
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