Colombia ultima un acuerdo para aumentar las operaciones militares de EE UU en su territorio
El pacto permite el traslado de las operaciones contra el narcotr¨¢fico que los estadounidenses hac¨ªan desde la base ecuatoriana de Manta
El Gobierno del presidente ?lvaro Uribe justific¨® este jueves por todos los frentes el acuerdo que negocia con EE UU para ampliar la presencia de militares y contratistas estadounidenses en el pa¨ªs. El pacto permite a Washington trasladar al territorio colombiano las operaciones de su base de Manta, en Ecuador. El uso de parte de estas instalaciones, cedido por Quito a EE UU hace diez a?os, caduca en noviembre de este a?o y el presidente Rafael Correa hace ya tiempo que avis¨® a la Casa Blanca que no iba a renovar la concesi¨®n.
Los estadounidenses ya han comenzado a salir de Manta y han prometido que para mediados de septiembre ya no habr¨¢ ni uno solo de sus efectivos. Este puesto de operaciones en Ecuador conformaba, junto a los de El Salvador y Curazao, una especia de trampa casi invisible ideada por Washington para cazar los vuelos de los narcotraficantes. En Manta, Estados Unidos pod¨ªa tener hasta ocho aviones para el rastreo de naves y submarinos del narcotr¨¢fico. Las naves cubr¨ªan un ¨¢rea de 6.400 kil¨®metros sobre el Pac¨ªfico, desde Per¨² hasta Centroam¨¦rica. Hasta octubre se hab¨ªan decomisado unas 1.617 toneladas de drogas en operaciones en este tri¨¢ngulo, seg¨²n cifras oficiales estadounidenses.
El nuevo acuerdo de cooperaci¨®n militar entre EE UU y Colombia prev¨¦, seg¨²n la prensa colombiana, que los estadounidenses utilicen las bases de Malambo, en la regi¨®n Atl¨¢ntico, Palanquero (Cundinamarca) y Apiay (Meta) para operaciones contra el narcotr¨¢fico. A?adido a esto, Bogot¨¢ querr¨ªa que Washington tambi¨¦n aumente su personal en las bases de Larandia (Caquet¨¢) y Tolemaida (Tolima). Con este despliegue, Bogot¨¢ pretende que dar tanto peso a las operaciones orientadas a la lucha contra la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) como a las que efect¨²an contra el narcotr¨¢fico. La de Apiay, por ejemplo, ser¨ªa la punta de lanza para intensificar la lucha contra el frente oriental de los guerrilleros.
Uribe quiere garantizar con este acuerdo que su pa¨ªs estar¨¢ m¨¢s que presente en los planes de asistencia de Washington, sobre todo con vistas a la futura renegociaci¨®n del Plan Colombia (el pacto de ayuda militar suscrito en 1999). El presidente tambi¨¦n quiere que el servicio secreto colombiano se beneficie de los datos en tiempo real que los aviones esp¨ªas estadounidenses pueden brindarle. A cuantos m¨¢s vuelos y m¨¢s regiones vigiladas, m¨¢s informaci¨®n. A?adido a esto, Colombia prev¨¦ quedarse con todo lo que EE UU construya en esas bases a lo largo de los pr¨®ximos a?os, seg¨²n indica el diario El Tiempo.
El acuerdo ha suscitado un arduo debate pol¨ªtico en Bogot¨¢. La oposici¨®n teme que haya una verdadera concesi¨®n de soberan¨ªa hacia los militares estadounidenses. Sin embargo, el Gobierno ha asegurado que el control de todas las operaciones las seguir¨¢n teniendo las autoridades del pa¨ªs y que el n¨²mero de efectivos estadounidenses en territorio colombiano se mantendr¨¢ en un m¨¢ximo de 800 militares y 600 civiles, cifras ya pactadas en el Plan Colombia. El senador Jorge Enrique Robledo, del izquierdista Polo Democr¨¢tico Alternativo, advirti¨® de que el pacto "viola de manera flagrante la soberan¨ªa y la autodeterminaci¨®n nacional, convierte a los colombianos en peones en la estrategia militar de la Casa Blanca por el control del mundo, constituye una acci¨®n hostil con las pa¨ªses vecinos y es contraria a la Constituci¨®n".
"El objetivo es la lucha y el fin del narcotr¨¢fico y el terrorismo", se?al¨® el canciller, al explicar que la cooperaci¨®n con Washington se remonta a 50 a?os y que el nuevo esquema respetar¨¢ los acuerdos vigentes, basados "en la neutralidad y el respeto a la soberan¨ªa", aclar¨® el ministro de Exteriores colombiano Jaime Berm¨²dez. "No se permite la creaci¨®n de una base militar estadounidense, no se afectar¨¢ a terceros Estados", detall¨® Berm¨²dez, quien agreg¨® que tendr¨ªa una vigencia de diez a?os y supondr¨ªa inversiones en infraestructuras por parte de EE UU por 5.000 millones de d¨®lares. El alcance "es exclusivamente para Colombia, no deber¨ªa afectar la relaci¨®n con los pa¨ªses vecinos ni con un tercer pa¨ªs, sino al contrario porque en la medida en que Colombia acabe con el narcotr¨¢fico y el terrorismo, se va a beneficiar a la regi¨®n", a?adi¨®.
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