El terrorista de Lockerbie es acogido como un h¨¦roe en Libia
Dura condena de EE UU y Reino Unido al recibimiento de Al Megrahi en Tr¨ªpoli
La jubilosa recepci¨®n dispensada en Tr¨ªpoli al ¨²nico acusado por el atentado de Lockerbie, tras su puesta en libertad de una c¨¢rcel escocesa por motivos humanitarios, ha generado una en¨¦rgica condena por parte del Gobierno estadounidense, erigido en portavoz de la indignaci¨®n de los familiares de las v¨ªctimas, pero tambi¨¦n del de Reino Unido, cuyo papel en el desenlace del caso sigue suscitando tantos interrogantes como cr¨ªticas.
El ministro de Exteriores brit¨¢nico, David Milliband, se apresuraba el jueves en calificar de "penosas y escandalosas" las im¨¢genes del libio Abdelbaset Al¨ª Mohamed Al Megrahi, de 57 a?os, al ser recibido en su tierra como si se tratara de una estrella del rock y no de un hombre que acaba de ver conmutada su condena a cadena perpetua como autor de la explosi¨®n de un avi¨®n de la Pan Am en 1998, con un balance de 270 muertos.
Su condici¨®n de moribundo al que apenas restan tres meses de vida, seg¨²n los informes m¨¦dicos independientes, condujo al Gobierno aut¨®nomo escoc¨¦s, en cuyo territorio cumpl¨ªa la pena, a la decisi¨®n "compasiva" de autorizar el jueves la puesta en libertad del reo para que pase sus ¨²ltimos d¨ªas rodeado de su familia. "El recibimiento como h¨¦roe de un asesinato masivo resulta enormemente inquietante", subray¨® Milliband, cuyo mutismo de los ¨²ltimos d¨ªas hab¨ªa sido interpretado como un consentimiento expl¨ªcito de la liberaci¨®n de Al Megrahi.
Aunque las cuestiones diplom¨¢ticas bilaterales competen en Reino Unido al Gobierno de Londres, correspond¨ªa a la justicia escocesa determinar la suerte del prisionero libio, afectado de un c¨¢ncer de pr¨®stata terminal. Desde su condena a la pena m¨¢xima (2001), con un m¨ªnimo cumplimiento de 27 a?os, Al Megrahi ha permanecido encarcelado en territorio escoc¨¦s, primero en una c¨¢rcel de m¨¢xima seguridad de Glasgow y, durante los ¨²ltimos cuatro a?os, en la prisi¨®n de Greenock. Los observadores consideran, sin embargo, m¨¢s que improbable que el Ejecutivo de Escocia permitiera el traslado incondicional del prisionero a Libia, en un abierto desaf¨ªo a las presiones de la Administraci¨®n Obama, sin un pacto previo con Downing Street. Hasta la fecha, el primer ministro brit¨¢nico, Gordon Brown, no ha pronunciado una sola palabra sobre el caso.
En el ¨¢nimo de aquellos que perdieron a sus allegados en el accidente, sobre todo los de las 189 v¨ªctimas americanas, pesa la convicci¨®n de que la pol¨ªtica y los negocios primaron sobre las motivaciones humanitarias. Desde la normalizaci¨®n de relaciones de Reino Unido y Libia (avalada por dos visitas del anterior jefe de Gobierno, Tony Blair, a Gaddafi y por la entrevista de Brown con el l¨ªder libio al margen de la reciente cumbre del G 8 en Italia) las principales compa?¨ªas petroleras y de gas brit¨¢nicas han incrementado ostensiblemente sus inversiones en el pa¨ªs africano, otrora considerado un paria en la escena internacional.
En un esfuerzo por neutralizar tales acusaciones (que los intereses financieros priman ante todo) el Foreign Office revel¨® ayer que est¨¢ reconsiderando la visita a Libia del duque de York, el segundo hijo de Isabel II y emisario de la familia real para asuntos econ¨®micos, prevista para el pr¨®ximo septiembre.
El Gobierno independentista escoc¨¦s fue el que tom¨® finalmente la decisi¨®n de liberar al libio ?un gesto humanitario considerado valiente por algunos y reprochable por la mayor¨ªa? pero a la postre ser¨¢ Brown quien apechugue con las consecuencias. En sus c¨¢lculos no figuraba que el r¨¦gimen libio concentrara a centenares de personas, portando la bandera nacional, para acoger la llegada de Al Megrahi. Aunque ¨¦se fuera el "perfil bajo" concebido por el coronel Gaddafi para recibir al prisionero: declin¨® comparecer ¨¦l mismo en el aeropuerto de Tr¨ªpoli, enviando en su lugar a su hijo Seif al Islam con un mensaje de agradecimiento por la comprensi¨®n de los escoceses ante "una situaci¨®n humana especial".
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