Mercenarios israel¨ªes, ultrasonidos y suicidios fingidos
El presidente depuesto de Honduras, Manuel Zelaya, denuncia ser v¨ªctima de cuatro planes del Gobierno golpista para acabar con su vida
Manuel Zelaya est¨¢ empezando a hacer declaraciones verdaderamente extra?as. Su tercer d¨ªa de encierro en la embajada de Brasil en Honduras se lo pas¨® colgado al tel¨¦fono, hablando con unos y con otros, a pesar de que -seg¨²n ¨¦l mismo declar¨®- el gobierno golpista le anda interceptando las comunicaciones. Pero no s¨®lo eso. Zelaya denunci¨® ser v¨ªctima de cuatro planes muy sofisticados del Gobierno de Roberto Micheletti para quebrarle el juicio e incluso la vida.
"Lo advierto ante la comunidad internacional, yo, Manuel Zelaya Rosales, el hijo de Hortensia y Jos¨¦ Manuel, no se suicida". As¨ª, con esta solemne declaraci¨®n, el presidente depuesto de Honduras denunciaba ante el mundo que el Gobierno golpista de Roberto Micheletti dispon¨ªa de un plan muy sofisticado para asaltar la embajada brasile?a, matarlo y hacer que pareciera un suicidio. "Hasta tienen ya a los forenses dispuestos para certificar que yo me quit¨¦ la vida".
Desbaratado ese plan, Zelaya sigui¨® ayer denunciando otras diabluras de Micheletti. Dijo que, a trav¨¦s de los edificios anexos a la legaci¨®n diplom¨¢tica, los polic¨ªas y los militares hab¨ªan introducido "gases y productos qu¨ªmicos", que "un grupo de mercenarios israelitas" hab¨ªan colocado aparatos para interferir en las comunicaciones y, no contento con eso, denunci¨® la instalaci¨®n de "aparatos electr¨®nicos que emiten radiaciones de alta frecuencia que afectan al cerebro humano...". Tambi¨¦n declar¨® que la represi¨®n policial desemboc¨® en centenares de detenidos, decenas de heridos y al menos 10 muertos... [no hay constancia de que las cifras sean tan altas].
Est¨¢ fuera de toda duda que Roberto Micheletti accedi¨® al gobierno porque un comando del Ej¨¦rcito secuestr¨® a Manuel Zelaya cuando dorm¨ªa en su casa, lo sac¨® del pa¨ªs a punta de pistola y en pijama, y finalmente lo abandon¨® en Costa Rica. Eso convierte a Micheletti en un golpista y en un presidente ileg¨ªtimo, cuestionado por toda la comunidad internacional con una unanimidad nunca antes vista. Pero de ah¨ª a que tenga la capacidad en s¨®lo dos d¨ªas -no hay que olvidar que Zelaya se col¨® por sorpresa en Honduras el lunes a media ma?ana- de organizar tan sofisticadas operaciones en un pa¨ªs cuyos soldados desfilan con palos de escoba, parece un exceso.
Lo cierto es que, como admite el propio Zelaya en su recital de entrevistas, se encuentra "sumamente estresado". Motivos tiene. Aunque si quiere mantener la dignidad de un cargo que le usurparon los golpistas aquel aciago domingo de hace tres meses, tendr¨ªa que procurar ajustar sus declaraciones a los agravios probados, que no son pocos. Sobre todo por respeto a sus seguidores. Ellos s¨ª que saben -lo comprueban d¨ªa a d¨ªa- que los golpes reales de los feroces antidisturbios duelen mucho m¨¢s que los ultrasonidos imaginarios.
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