Clinton defrauda a los l¨ªderes ¨¢rabes por su posici¨®n sobre las colonias jud¨ªas en Cisjordania
La secretaria de Estado dice que es "preferible" que termine la actividad en las colonias jud¨ªas
Se empe?a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, en complacer los o¨ªdos de todos sus interlocutores en Oriente Pr¨®ximo. Pero esta misi¨®n se da de bruces con una realidad tozuda. D¨ªas despu¨¦s de asegurar en Jerusal¨¦n que las ofertas de Israel sobre una eventual contenci¨®n de la construcci¨®n en las colonias de la Cisjordania ocupada "no ten¨ªan precedentes" -aunque la edificaci¨®n no se ha detenido todav¨ªa un ¨¢pice-, Clinton ha afirmado en El Cairo que Washington desea ver que esa construcci¨®n se detiene "para siempre". La de cal y la de arena, sin embargo, no es suficiente para relanzar, un proceso de paz que tropieza con la intransigencia del primer ministro Benjam¨ªn Netanyahu. Los l¨ªderes ¨¢rabes comienzan, una vez m¨¢s, a impacientarse.
El jefe de los negociadores palestinos, Saeb Erekat, asegur¨® en Ramala: "Puede ser el momento en que el presidente Mahmud Abbas tenga que decir la verdad, que con la continuidad de la actividad en los asentamientos, la soluci¨®n de los dos Estados ya no es una opci¨®n". Abbas se muestra, de momento, inflexible. Si no se detiene la construcci¨®n en las colonias jud¨ªas no reanudar¨¢ el proceso de paz. "No son condiciones que nosotros exigimos, son obligaciones recogidas en la Hoja de Ruta", reitera el negociador palestino. Hasta la fecha, a ras de suelo, nada ha cambiado. La edificaci¨®n en las colonias -m¨¢s de 3.000 casas en marcha- navega viento en popa; familias enteras de decenas de palestinos son expulsadas de sus viviendas -el martes se confisco otra m¨¢s- y las demoliciones en Jerusal¨¦n Este prosiguen sin prisa pero sin pausa.
Los llamamientos a frenar las pol¨ªticas de Netanyahu, que insiste en comenzar a negociar sin condiciones, aunque comenzando el proceso desde cero, se multiplican. Sin resultado. Egipto pide detener "las medidas racistas" en Jerusal¨¦n Este; el secretario del Foreign Office brit¨¢nico, David Miliband, advert¨ªa el martes que "los asentamientos son ilegales y un obst¨¢culo para la paz"; y Amer Musa, secretario general de la Liga ?rabe, sentenciaba el lunes: "Todos nosotros, incluidos Arabia Saud¨ª y Egipto, estamos profundamente decepcionados por el hecho de que Israel puede eludirlo todo sin que se produzca una posici¨®n firme de que eso no puede hacerse. Un nuevo fracaso planea en la atm¨®sfera".
Clinton intent¨® apaciguar los encrespados ¨¢nimos ¨¢rabes. "No aceptamos", afirm¨®, "la legitimidad de la actividad en los asentamientos. Poner fin a esa actividad en la actualidad y en el futuro ser¨ªa preferible". No parece que s¨®lo con enunciar esa preferencia vaya a ser suficiente para doblegar al derechista Netanyahu, cuyo Ejecutivo depende, adem¨¢s, de partidos pol¨ªticos fundamentalistas o ultraderechistas. Sea como fuere, la Administraci¨®n de Estados Unidos ha variado ostensiblemente sus demandas. Hasta hace s¨®lo unas semanas, el emisario de la Casa Blanca para Oriente Pr¨®ximo, George Mitchell, reiteraba una y otra vez que la edificaci¨®n en las colonias deb¨ªa frenarse en seco, sin excepciones. Ahora no lo exigen.
Erekat, como el resto de jerifaltes de la Autoridad Nacional Palestina, echa humo. Y amenazan -pese a que estas amenazas acostumbran a caer en saco roto, dada la debilidad pol¨ªtica de Abbas y de su partido, Al Fatah- con renunciar al Estado palestino y reclamar la creaci¨®n de un solo Estado "donde jud¨ªos, musulmanes y cristianos puedan vivir como iguales". Una propuesta que es anatema para Israel. Erekat rebati¨® la tesis de Netanyahu, que proclama su deseo de reemprender las negociaciones sin condiciones, y apunt¨® que el jefe del Gobierno israel¨ª intenta determinar el resultado de la negociaci¨®n antes de empezar. "Jerusal¨¦n ser¨¢ la capital eterna y unida de Israel; el asunto de los refugiados no ser¨¢ discutido; nuestro Estado ser¨¢ desmilitarizado; hemos de reconocer a Israel como Estado jud¨ªo; las fronteras no ser¨¢n las previas a la guerra de 1967; los cielos estar¨¢n bajo control israel¨ª... Esto no es negociaci¨®n, esto es una imposici¨®n", lament¨® Erekat.
Coincide Erekat con el rabino Henry Siegman, ex director del Congreso Jud¨ªo Americano, que recientemente escrib¨ªa sobre la pregonada cantinela de que Israel no puede negociar porque no encuentra un socio dispuesto en el lado palestino. "Una y otra vez, cuando se presenta la ocasi¨®n de elegir entre la paz y la confiscaci¨®n de tierras palestinas, los gobiernos israel¨ªes han escogido la tierra sobre la paz". Y se preguntaba Siegman: "?Debe Estados Unidos y la comunidad internacional permitir a Israel que contin¨²e su empresa en los asentamientos hasta el punto en que la situaci¨®n sea irreversible?". Muchos piensan que ya lo es.
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