Medio siglo por la democracia y los derechos humanos
El 18 de agosto de 1959, en una reuni¨®n de ministros de Relaciones Exteriores de las Am¨¦ricas en Santiago de Chile, se cre¨® la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). En el acta de creaci¨®n se afirm¨® que "la armon¨ªa de las Rep¨²blicas Americanas s¨®lo puede ser efectiva en tanto el respeto de los derechos humanos y de las libertades fundamentales y el ejercicio de la democracia representativa sean una realidad en el ¨¢mbito interno de cada una de ellas".
Durante medio siglo, la defensa de los derechos humanos y del sistema democr¨¢tico han sido el eje central del trabajo de la CIDH. Durante las primeras d¨¦cadas, cuando gran parte de los pa¨ªses de la regi¨®n estaban gobernados por dictaduras militares o Gobiernos autoritarios, la comisi¨®n fue la ¨²nica alternativa para miles de personas que buscaban respuestas a las desapariciones, asesinatos y torturas de sus familiares y amigos. Por ejemplo, la visita a Argentina en 1979 permiti¨® poner freno a las graves violaciones a los derechos humanos y oblig¨® a la dictadura a responder a las denuncias de la comisi¨®n ante el mundo entero. En la d¨¦cada de los noventa, la visita a Per¨² durante el Gobierno autoritario de Fujimori-Montesinos facilit¨® el camino para la transici¨®n a la democracia.
El aporte m¨¢s importante que ha dado la CIDH a la regi¨®n ha sido precisamente el fortalecimiento del sistema democr¨¢tico, promoviendo dos pilares centrales del Estado de derecho: justicia y libertad de expresi¨®n. En el primer caso, principalmente mediante el reconocimiento de que hoy en d¨ªa las leyes de amnist¨ªa por violaciones de los derechos humanos son inaceptables. Las decisiones de la comisi¨®n en casos contra Argentina, Uruguay, El Salvador, Chile y Per¨² abrieron una puerta que ha permitido sentar en el banquillo de los acusados a los responsables de los golpes de Estado y del asesinato y desaparici¨®n de miles de personas. En el segundo caso, la derogaci¨®n de las leyes que sancionan la cr¨ªtica a funcionarios p¨²blicos -desacato- conjuntamente con la sanci¨®n de leyes de acceso a la informaci¨®n est¨¢n consolidando la democracia, al permitir la cr¨ªtica de las autoridades sin riesgo de represalias y la transparencia del accionar de los gobernantes.
Asimismo, la continuidad de Gobiernos democr¨¢ticos permiti¨® lograr importantes avances, como la modificaci¨®n de Constituciones para evitar la censura previa, la sanci¨®n de leyes sobre justicia militar y violencia dom¨¦stica, la entrega de tierras a pueblos ind¨ªgenas, y la reapertura de casos para terminar con la impunidad por la brutalidad policial. Indudablemente, en las pr¨®ximas d¨¦cadas la comisi¨®n deber¨¢ responder a¨²n a m¨¢s desaf¨ªos, como son la pobreza, la contaminaci¨®n y el impacto del calentamiento global sobre la vida y salud de las personas, entre otros.
Para los pr¨®ximos 50 a?os, la comisi¨®n debe prepararse para responder tanto a estos nuevos desaf¨ªos como a aquellos que fueron el eje central del trabajo de la comisi¨®n durante sus primeros a?os. La lecci¨®n principal del a?o del cincuentenario es que nuestros sistemas democr¨¢ticos a¨²n necesitan fortalecerse. Honduras es un llamado de atenci¨®n que no podemos ignorar. La democracia y los derechos pol¨ªticos contin¨²an siendo un aspecto central en la defensa de los derechos humanos.
Al celebrar este 10 de diciembre el D¨ªa de los Derechos Humanos, est¨¢ claro que se han logrado avances significativos. Pero la naturaleza progresista de los derechos humanos nos obliga a renovar el esp¨ªritu existente en Santiago de Chile hace 50 a?os para continuar fortaleciendo nuestras democracias y, como dice la Convenci¨®n Americana de Derechos Humanos, realizar el ideal del ser humano libre, exento del temor y de la miseria.
Santiago A. Canton es secretario ejecutivo de la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
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