La regi¨®n desaprueba el golpe en Honduras

El golpe de Estado en Honduras merece un lugar destacado en el Latinobar¨®metro de 2009. La encuesta indica que un 58% de los hondure?os se declara en contra del derrocamiento, el pasado junio, del presidente Manuel Zelaya. Este dato, sin embargo, contrasta con este otro: el 48% de los mismos encuestados est¨¢ a favor de que los militares expulsen al presidente si viola la Constituci¨®n, que es la acusaci¨®n que llev¨® al derrocamiento de Zelaya. Y s¨®lo el 18% tiene una opini¨®n favorable del presidente venezolano Hugo Ch¨¢vez, valedor de Zelaya.

El rechazo al golpe aumenta a nivel regional. El 76% de los latinoamericanos desaprueban la expulsi¨®n, mientras un 24% lo apoya.

El informe destaca que ni el rechazo internacional a la destituci¨®n de Zelaya ni las sanciones tuvieron efecto alguno en el poder pol¨ªtico local, ni minaron la solidez de la oposici¨®n al mandatario. "No hay que subestimar la voluntad de los pueblos, porque, a fin de cuentas, no hay golpes de Estado que no cuenten con el apoyo de la poblaci¨®n", dicen los analistas, que recuerdan que Zelaya lleg¨® a la presidencia con un respaldo de apenas el 25% del electorado total -en Honduras no hay segunda vuelta-, y quiso impulsar reformas "que iban m¨¢s all¨¢ de las mayor¨ªas que lo apoyaban". "Esto no justifica de ninguna manera el golpe de Estado", se?alan los expertos, "pero lo explica plenamente".

Y esto lleva a la ra¨ªz del problema: el "golpe civil" hondure?o (que saca por las armas a un presidente, sin que los militares tomen el poder) revela no s¨®lo las carencias del sistema electoral, sino tambi¨¦n la falta de mecanismos para solucionar los conflictos. A pesar de ello, cuando se les pide que califiquen su democracia del 1 (pa¨ªs no democr¨¢tico) al 10 (totalmente democr¨¢tico), los hondure?os se dan un 6,2 (pero el resto de los latinoamericanos les otorga un 5,2).

La gesti¨®n de la crisis ha disgustado a la mayor¨ªa de los hondure?os (un 65% rechaza la labor del presidente interino, Roberto Micheletti, y un 48% la de Zelaya, ambos del Partido Liberal). El triunfo del opositor Porfirio Lobo, del Partido Nacional, en las elecciones del pasado 29 de noviembre podr¨ªa ser, en este sentido, una se?al de castigo. Sin embargo, se?ala el Latinobar¨®metro, las elecciones no bastan para garantizar la estabilidad. Es necesario un sistema pol¨ªtico de representaci¨®n que permita la gobernabilidad y la articulaci¨®n de mayor¨ªas.

En conjunto, un 62% de los latinoamericanos considera improbable que en sus pa¨ªses pueda haber un golpe de Estado, y s¨®lo el 21% lo cree probable.