Calder¨®n anuncia un plan social contra el narcotr¨¢fico en Ciudad Ju¨¢rez
El Gobierno mexicano invertir¨¢ 200 millones de euros en salud y educaci¨®n
El presidente de M¨¦xico, Felipe Calder¨®n, entr¨® en la zona cero. En una apuesta que podr¨ªa marcar su sexenio, viaj¨® el jueves a Ciudad Ju¨¢rez e ingres¨® en un terreno que quiere reconquistar de las garras del narcotr¨¢fico. Para lograrlo, ha presentado un plan de inversi¨®n en sanidad, educaci¨®n y ayuda sociales equivalente a 200 millones de euros. Tambi¨¦n ha quedado en regresar la pr¨®xima semana a esa poblaci¨®n fronteriza con EE UU y se ha comprometido a escuchar a la sociedad que durante su primera visita de este a?o le ha gritado cara a cara "llega dos a?os tarde" o "nosotros no pedimos esta guerra".
Incubada durante a?os (tan s¨®lo en 2009 hubo m¨¢s de 2.600 asesinatos) la crisis de seguridad de Ju¨¢rez deton¨® el ¨²ltimo d¨ªa de enero, con el asesinato de 15 personas en una modesta colonia llamada Villas de Salv¨¢rcar. La mayor¨ªa de las v¨ªctimas eran j¨®venes con buenos expedientes escolares. El presidente estaba en visita oficial en Jap¨®n, y en vez de enviar condolencias, explic¨® que era pronto para saber si se trataba de un pleito entre pandilleros. En un hecho extraordinario, Calder¨®n se reuni¨® el jueves con algunos de los deudos para retractarse. "Les dije a aquellos padres que les ofrec¨ªa la m¨¢s sentida de las disculpas si cualquiera de esas palabras les hubiera ofendido", revel¨® el propio mandatario durante un encuentro con representantes de la comunidad juarense. En el auditorio, Luz Mar¨ªa D¨¢vila, que perdi¨® a sus dos hijos en la matanza, le espet¨®:
"Yo no le puedo dar la mano y decirle bienvenido, porque no es bienvenido. P¨®ngase en mi lugar. Si hubieran sido sus hijos usted buscar¨ªa al culpable debajo de las piedras. Como yo no tengo recursos, no los puedo buscar".
La intervenci¨®n de D¨¢vila no fue el ¨²nico momento tenso. Junto con la mitad de sus ministros, Calder¨®n lleg¨® tarde a la reuni¨®n, pues se hab¨ªa demorado con las familias. Al disculparse por la tardanza, uno de los participantes lo corrigi¨®: en realidad llega un par de a?os tarde, le dijo. El presidente adem¨¢s escuch¨® los reclamos por la conducta del Ej¨¦rcito, que tiene desplegados 7.000 efectivos.
El Gobierno present¨® un plan de cuatro ejes para recuperar Ju¨¢rez: salud (extender la cobertura, crear diez nuevas cl¨ªnicas o reforzar la atenci¨®n de adicciones), educaci¨®n (ampliaci¨®n de jornada escolar en 89 centros, y becas y est¨ªmulos para evitar la deserci¨®n), y ayuda social (apoyos a peque?as y medianas empresas, desempleados, guarder¨ªas, etc). El cuarto eje es el reforzamiento de la estrategia policial. Calder¨®n reconoci¨® que en el pasado su Gobierno no ha sabido escuchar a los juarenses, a los que pidi¨® sumarse a su propuesta. Al final, el presidente logr¨® m¨¢s que el gobernador y el alcalde, cuyas intervenciones fueron abucheadas.
La tormenta perfecta
Campos El¨ªseos es una avenida amplia, con abundantes ¨¢rboles peque?os. Hace honor a su nombre. O al menos, lo intenta. Las residencias que se levantan a cada lado de la calle est¨¢n rodeadas de cercos electrificados. Es la zona exclusiva de Ciudad Ju¨¢rez, los barrios donde el polvo no se pega en los zapatos ni en la piel, donde el terremoto de violencia parece no haber dejado escombros. Pero es un espejismo. "Muchas de esas casas est¨¢n en venta, en renta o vac¨ªas. Todo el que puede vive al otro lado de la frontera, en El Paso", explica un juarense.
Es el abandono nice. Discreto en la forma, igual en el fondo a la estridencia de la avenida Lincoln, donde bares y restaurantes cerrados muestran sus heridas. Fachadas de vidrios rotos, muros pintarrajeados, basura acumul¨¢ndose... e historias que se tocan: al due?o de ese bar lo mataron aqu¨ª mismo, aquel restaurante cerr¨® luego de una matanza, el otro establecimiento lo quemaron porque no pag¨® la extorsi¨®n, la que pr¨¢cticamente todos pagan.
Un ayudante del alcalde ha bautizado a la situaci¨®n actual de Ciudad Ju¨¢rez como "la tormenta perfecta". Han colisionado los efectos de varias crisis: la econ¨®mica (el 55% de las f¨¢bricas juarenses surten a la industria internacional del autom¨®vil); la migratoria (miles de deportados son abducidos por las tres pandillas que asuelan la poblaci¨®n: los Artistas Asesinos, los Mexicles y los Aztecas); la disputa de dos carteles por el control del paso de la coca¨ªna; la sacudida que el Gobierno federal ha provocado con la guerra antinarco a la normal convivencia con el crimen que priv¨® ah¨ª durante d¨¦cadas; las p¨¦rdidas de los narcotraficantes con el auge de las drogas de dise?o; pero sobre todo, la crisis social: durante a?os, decenas de miles de ni?os fueron dejados a su suerte mientras sus padres trabajaban en las f¨¢bricas. Crecieron en la calle y ah¨ª siguen, ahora a merced del narco, que les ofrece una vida, corta y violenta quiz¨¢, pero una vida, a ellos a quienes nadie nunca ha ofrecido nada.
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