Las bombas caseras de los talibanes retrasan el avance aliado en Afganist¨¢n
Los combates se recrudecen en Marjah, ciudad clave para el ¨¦xito de la ofensiva
La ofensiva en el sur de Afganist¨¢n es un ¨¦xito aunque su avance es lento con el fin de evitar bajas y p¨¦rdidas de vidas civiles, seg¨²n el balance que han hecho hoy los responsables militares afganos y norteamericanos. Los combates, aunque espor¨¢dicos, se han recrudecido hoy en la ciudad de Marjah, pero las fuerzas asaltantes conf¨ªan en conseguir el control total de esa poblaci¨®n de forma inminente.
El control de Marjah es esencial para que la estrategia puesta en marcha con esta ofensiva -el establecimiento all¨ª de una autoridad representante del Gobierno de Kabul- pueda tener ¨¦xito. Pero ese control no es f¨¢cil porque la ciudad, a la que nunca hab¨ªan accedido las fuerzas de la OTAN, hab¨ªa sido convertida por los talibanes en un fort¨ªn que no es ahora f¨¢cil de derribar.
Marjah, seg¨²n los mandos militares sobre el terreno, est¨¢ plagada de minas y bombas-trampa que hacen muy peligrosos los movimientos. El corresponsal de The New York Times que informa desde all¨ª cuenta que los marines necesitaron nueve horas para ganar poco m¨¢s de kil¨®metro y medio de territorio.
A esa amenaza se suma la de los francotiradores, que hoy han aparecido con m¨¢s frecuencia e insistencia, especialmente en el sur de la ciudad, donde los norteamericanos sospechan que pueden haberse hecho fuertes algunos cientos de talibanes que esperan la oportunidad de contraatacar.
Avance favorable
El saldo de la operaci¨®n que empez¨® poco antes del amanecer del s¨¢bado y en la que intervienen alrededor de 15.000 soldados parece, no obstante, favorable. "La situaci¨®n por el momento es tal y como el Gobierno lo hab¨ªa previsto. Las fuerzas mantienen su avance desde los puntos que van capturando", ha dicho hoy en una conferencia de prensa el gobernador de la provincia de Helmand, a la que pertenece Marjah, Gulab Mangal.
Un diagn¨®stico similar ofrecieron las autoridades militares. "No estamos haciendo frente a ninguna amenaza en estos momentos, excepto en el sur de Marjah, donde hay una peque?a resistencia pero no suficiente como para constituir un obst¨¢culo para nuestras fuerzas", ha dicho el jefe del Ej¨¦rcito afgano en Helmand, el general Sher Mohamed Zazai.
Este hecho, que sean los propios afganos los que eval¨²an los acontecimientos militares y no los norteamericanos, es en s¨ª mismo un gran logro de esta ofensiva. El jefe de las fuerzas de la OTAN en Afganist¨¢n, general Stanley McChrystal, ha participado en la conferencia de prensa en Kabul y confirmado que el avance era lento por la voluntad de hacerlo de forma prudente y meticulosa, pero la voz cantante la tuvieron los responsables afganos.
Estreno de estrategia
Ese es el eje de la estrategia que el presidente Barack Obama anunci¨® en noviembre y que ha sido estrenada con esta ofensiva: conseguir que los afganos resuelvan el conflicto entre los afganos, de forma que Estados Unidos pueda limitarse a actuar contra Al Qaeda y empezar a retirarse el a?o que viene.
Eso exige, no s¨®lo vencer en Marjah, sino convencer a sus habitantes. Los representantes de Kabul tienen que ganarse las simpat¨ªas y la confianza de una poblaci¨®n que no ha conocido m¨¢s autoridad que la de los talibanes y que parte de una sospecha hist¨®rica y bien fundada hacia el Gobierno central.
No ayudan a esa labor sucesos como la muerte accidental de 12 civiles ocurrida el domingo. El ministro de Defensa afgano, general Abdul Rahim Wardak, ha confirmado hoy que, como es obvio, "el objetivo de esta ofensiva no es matar civiles sino preparar la restauraci¨®n pac¨ªfica del control del Gobierno sobre Marjah".
Pero otro error como ese -por lo dem¨¢s, no f¨¢ciles de evitar- podr¨ªa dar al traste con ese prop¨®sito. Los norteamericanos van a evitar el m¨¢ximo el uso de cohetes hasta que no se hayan investigado las causas por las que equivoc¨® su objetivo el que mat¨® a una familia entera en su propia vivienda. Pero eso har¨¢ m¨¢s dif¨ªcil y m¨¢s arriesgado el avance para los propios soldados, que tienen que caminar por calles que no conocen y ser capaces de distinguir en fracciones de segundos si el afgano con el que se cruzan es amigo o enemigo.
Marjah es una localidad de m¨¢s de 80.000 habitantes rodeada de otras poblaciones menores en lo que constituye uno de los principales n¨²cleos comerciales del sur del pa¨ªs. Los 5.000 marines que llevan el peso principal de la operaci¨®n llegaron a Afganist¨¢n hace apenas un mes. El potencial de errores que conduzcan a situaciones de violencia es muy alto. Los talibanes pueden no haber huido tan lejos como se dice oficialmente. La consolidaci¨®n de las posiciones para conseguir una m¨ªnima normalizaci¨®n de la actividad ciudadana puede resultar m¨¢s costosa de lo que estos primeros tres d¨ªas de ofensiva han hecho creer.
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