El r¨¦gimen cubano pone sitio al funeral de Orlando Zapata
La polic¨ªa cubana toma el pueblo donde fue enterrado el prisionero pol¨ªtico.- La muerte del disidente marca un antes y un despu¨¦s para Gobierno y oposici¨®n
No hubo incidentes graves en el funeral del prisionero de conciencia cubano Orlando Zapata Tamayo en la localidad oriental cubana de Banes. No pod¨ªa ser de otro modo: el municipio, situado a 830 kil¨®metros de La Habana, fue tomado por la polic¨ªa. Todos los accesos fueron controlados, no se permiti¨® la entrada a la ciudad de opositores ni de curiosos. Seg¨²n fuentes de la disidencia, "el operativo fue espectacular": m¨¢s de un millar de agentes, entre uniformados y polic¨ªas de civil, adem¨¢s de mandos de alta graduaci¨®n que viajaron desde la capital, vigilaron de cerca todos los movimientos de esta humilde poblaci¨®n de 35.000 habitantes, cuna del dictador Fulgencio Batista.
"Desde el mi¨¦rcoles Banes vivi¨® un verdadero estado de sitio". As¨ª lo ha descrito Berta Soler, una de las Damas de Blanco que pudo llegar hasta el lugar desde La Habana. Poco despu¨¦s del funeral, la madre del opositor, Reina Luisa Tamayo, declar¨® que hasta el ¨²ltimo instante el cortejo f¨²nebre sufri¨® presiones. La familia pretendi¨® llevar a hombros el cuerpo al camposanto, pero las autoridades no lo permitieron. Tuvo que ir en coche f¨²nebre, acompa?ado de decenas de familiares, amigos y un pu?ado de opositores que hab¨ªan podido entrar en Banes el d¨ªa anterior.
El mi¨¦rcoles ya hubo tensiones considerables con la familia. Los restos del opositor fueron trasladados desde La Habana en una caravana escoltada por seis coches de la polic¨ªa. Un trayecto de m¨¢s de 12 horas. Al llegar, la polic¨ªa intent¨® que el entierro se realizara de inmediato, pero los familiares se plantaron. Finalmente, a rega?adientes, el Gobierno acept¨® que el entierro se celebrase a las siete de la ma?ana.
Tensi¨®n y dolor
La tensi¨®n y el dolor eran grandes. Algunos medios de prensa se empe?aron en que la madre destrozada repitiera una y otra vez qu¨¦ sent¨ªa por la muerte de su hijo. En un hecho inusual, Ra¨²l Castro lament¨® la v¨ªspera la muerte de Zapata despu¨¦s de 85 d¨ªas de huelga de hambre, si bien neg¨® la pr¨¢ctica de torturas en Cuba ("s¨®lo las hay en la base de Guant¨¢namo", dijo) y responsabiliz¨® a Estados Unidos de lo sucedido.
"Esta madre no admite ning¨²n mensaje de condolencias de Ra¨²l Castro, ellos me mataron a mi hijo" , dijo Reina Luisa, como no pod¨ªa ser de otro modo. Banes es tierra castigada por los huracanes y la pol¨ªtica, dijo alguien. De aqu¨ª era Fulgencio Batista, el dictador contra quien se levantaron en armas Fidel y Ra¨²l Castro hace m¨¢s de medio siglo, y por este territorio entr¨® hace dos a?os el hurac¨¢n Ike, dejando da?os en m¨¢s del 70 % de las viviendas. Ahora, seg¨²n la disidencia, el pueblo vuelve a ser parte de la historia de Cuba, pues la muerte del opositor marca "un antes y un despu¨¦s para la disidencia y el Gobierno".
As¨ª lo creen opositores de l¨ªnea dura, socialdem¨®cratas y activistas de derechos humanos como Elizardo S¨¢nchez. "Esto es un parteaguas [punto de inflexi¨®n], el Gobierno ha sacado mal las cuentas y la cosa se le va a poner de color de hormiga", opina. S¨¢nchez se refiere a la repercusi¨®n internacional y a que quienes apoyan a Cuba "ahora deber¨¢n reevaluar su pol¨ªtica". Tambi¨¦n para el movimiento opositor lo sucedido es muy relevante, opina el activista: "La muerte de Zapata ha servido para unir a la disidencia como nunca antes y para que todos nos movilicemos en torno a una agenda com¨²n". ?sta no es otra que "la libertad de los presos y el respeto a los derechos humanos".
Disidentes unidos
Es evidente que disidentes de todas las tendencias han puesto de lado sus diferencias y han unido su voz estos d¨ªas. "Esto les da un nuevo aire", constata un diplom¨¢tico europeo, que dice que por primera vez ha visto trabajar "codo con codo" a blogueros como Yoani S¨¢nchez y a disidentes "de la vieja guardia" como Marta Beatriz Roque o el propio S¨¢nchez.
En la isla existen alrededor de 200 presos pol¨ªticos; de ellos, 65 son considerados por Amnist¨ªa Internacional prisioneros de conciencia. Para el Gobierno cubano no existe esta categor¨ªa, todos son "mercenarios" al servicio de Washington. Sin duda, alrededor de ellos se centrar¨¢ en los pr¨®ximos meses la atenci¨®n de la comunidad internacional. Dentro de la isla es otra cosa: los medios oficiales ni siquiera han publicado la noticia de la muerte de Zapata, ni las condolencias de Ra¨²l Castro, ni tampoco nada sobre la necesidad urgente de reformas.
S¨®lo la Embajada de Cuba en Madrid ha dado una versi¨®n oficial, seg¨²n la cual al prisionero "se le garantizaron todos los medicamentos y tratamientos necesarios hasta su fallecimiento". Para el Gobierno cubano, Zapata era un simple "delincuente com¨²n".
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