"Hay momentos en la historia en que tiene que haber m¨¢rtires"
"Si muero, que el mundo se percate de que el Gobierno deja morir a sus opositores y que lo que le ocurri¨® con Orlando no es un caso aislado"
El psic¨®logo y periodista disidente Guillermo Fari?as tiene 48 a?os y 23 huelgas de hambre a sus espaldas. Desde que entreg¨® el carn¨¦ de la Uni¨®n de J¨®venes Comunistas, en 1989, en protesta por el fusilamiento del general Arnaldo Ochoa, entr¨® en la oposici¨®n y desde entonces ha pasado 11 a?os y medio en la c¨¢rcel. Es considerado un duro. Su ¨²ltima huelga de hambre, en 2006, para pedir acceso libre a Internet para todos los cubanos, dur¨® meses y tuvo que ser operado en varias ocasiones para salvarle la vida. Le quedaron numerosas secuelas y su familia teme que en esta ocasi¨®n pueda producirse un desenlace fatal con bastante celeridad.
En su casa de Santa Clara, acompa?ado de una veintena de opositores, Fari?as recibe a EL PA?S cuando lleva siete d¨ªas sin ingerir alimentos ni agua. Est¨¢ extremadamente d¨¦bil, aunque consciente, y todav¨ªa puede caminar. Tiene la mirada iluminada, y dice -asusta- que quiere morir para convertirse en un "m¨¢rtir" y tomar el relevo de Orlando Zapata . Ve su cuerpo como un instrumento m¨¢s "para alcanzar la libertad de Cuba". Su madre, Alicia Hern¨¢ndez, y su esposa, Clara, se oponen radicalmente a esta protesta, aunque respetan su decisi¨®n. Es visitado a diario por dos m¨¦dicos, uno disidente y otro del Estado, que siguen constantemente su evoluci¨®n.
Pregunta. ?Qu¨¦ objetivos persigue con esta huelga?
Respuesta. Lo primero, que el Gobierno pague un alto costo pol¨ªtico por el asesinato de Orlando Zapata Tamayo. En segundo lugar, si las autoridades no son crueles e inhumanas, que liberen de inmediato a los presos pol¨ªticos que est¨¢n enfermos y pronto pudieran convertirse en otros Zapata. El tercer objetivo es, si muero, que el mundo se percate de que el Gobierno deja morir a sus opositores y que lo que le ocurri¨® con Orlando no es un caso aislado.
P. Pero ?cu¨¢l es su petici¨®n concreta?
R. Que el Gobierno libere a esos 26 presos pol¨ªticos que est¨¢n enfermos, y que hasta los propios servicios m¨¦dicos del Ministerio del Interior consideran que deben ser puestos en libertad, pues no van a sobrevivir en prisi¨®n.
P. ?Y si no los excarcelan?
R. Seguir¨¦ hasta las ¨²ltimas consecuencias...
P. ?Usted quiere morirse?
R. (Silencio)... S¨ª, me quiero morir. Ya es hora de que el mundo se percate de que este Gobierno es cruel, y hay momentos en la historia de los pa¨ªses en que tiene que haber m¨¢rtires...
P. ?Usted quiere convertirse en m¨¢rtir conscientemente?
R. Hasta los psic¨®logos del Ministerio del Interior dicen que es mi perfil: yo tengo alta vocaci¨®n de m¨¢rtir... Orlando Zapata fue el primer eslab¨®n en la intensificaci¨®n de la lucha por la libertad de Cuba. Yo fui el que agarr¨¦ el bast¨®n de su relevo, y cuando yo me muera otro lo va a tomar.
P. ?Est¨¢ seguro? ?Cree que esto va a suponer un revulsivo para un cambio en su pa¨ªs?
R. Yo soy pesimista. Pienso que el Gobierno no va a cambiar. No tengo esperanza. El Gobierno cubano est¨¢ aferrado, est¨¢ en un momento muy dif¨ªcil, y no van a cambiar hasta que estemos 50 opositores en huelga de hambre, eso s¨ª ser¨ªa un problema a nivel de toda la sociedad.
P. Su padre combati¨® con el Che Guevara en Congo. Su madre siempre fue revolucionaria. Usted mismo fue militar y estudi¨® en la Uni¨®n Sovi¨¦tica ?C¨®mo lleg¨® a la disidencia?
R. Fue un proceso largo. El primer desencuentro fueron los sucesos de la Embajada de Per¨², en 1980. A m¨ª me toc¨® mantener el orden. Eran decenas de miles de personas que se quer¨ªan marchar. En la URSS me di cuenta de muchas perversiones de aquel r¨¦gimen al que en teor¨ªa nos deb¨ªamos parecer. En 1989, con el fusilamiento de Ochoa, romp¨ª del todo. Desde entonces no me he callado y no me voy a callar hasta que muera.
P. ?Qu¨¦ pasar¨¢ ahora?
R. Yo ya me siento muy d¨¦bil, tengo dolores de cabeza y me empiezo a deshidratar. Llegar¨¢ un momento en que colapsar¨¦ y perder¨¦ la conciencia. Entonces mi familia decidir¨¢ [la madre y la esposa dicen que en ese momento lo ingresar¨¢n en el hospital y lo alimentaran por v¨ªa parenteral].
P. Y cuando despierte en el hospital...
R. Si me ponen en un cub¨ªculo cerrado, donde no pueda recibir visitas de mis hermanos de lucha, pedir¨¦ que me retiren la alimentaci¨®n parenteral. Si me ponen en un lugar en que pueda recibir la visita de mis compa?eros, aunque sea a trav¨¦s de los cristales, en la sala de terapia intensiva, durante los horarios reglamentarios de visita, permitir¨¦ la alimentaci¨®n parenteral, aunque no voy a comer ni beber. En ese caso puedo vivir hasta que Dios quiera.
P. ?Qu¨¦ cree que piensa de esto su mujer, su hija, su madre?
R. Bueno, cuando tom¨¦ la decisi¨®n de entrar en huelga de hambre mi madre estuvo 16 horas sin hablarme. Ahora, aunque se oponen, respetan mi decisi¨®n. Pero yo les digo que para hacer patria la familia tiene que sufrir. Supongo que la madre de Mart¨ª haya sufrido, y tambi¨¦n la de Antonio Maceo [dos pr¨®ceres de la independencia de Cuba].
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