La izquierda trata de resucitar en las regionales de Italia
Los sondeos auguran una victoria por la m¨ªnima de la oposici¨®n
La victoria socialista en la primera vuelta de las regionales francesas ha devuelto la esperanza perdida al centro izquierda italiano. En plena traves¨ªa del desierto, y a falta de proyecto e ideas claras, el Partido Dem¨®crata de Pierluigi Bersani espera que el viento del norte, sumado a los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n, el caos de las listas irregulares y la creciente divisi¨®n de la derecha, le impulse a la victoria en las regionales del 28 y 29 de marzo.
Los sondeos apuntan una mejor¨ªa del PD y un probable castigo al sistema de poder del centro derecha. Berlusconi prev¨¦ que puede perder cuatro puntos respecto al 35% de las ¨²ltimas europeas; el PD no parece en disposici¨®n de superar el 28%. Pero el resultado se medir¨¢ no tanto por los votos como por los ¨¦xitos regi¨®n a regi¨®n.
44 millones de italianos deben renovar 13 gobiernos regionales, 11 provinciales y un millar de municipios, y la batalla se anuncia apretada. Las ¨²ltimas encuestas vaticinan que el centro izquierda vencer¨¢ en siete regiones, y la coalici¨®n que encabeza el primer ministro, Silvio Berlusconi, en seis.
Hace cinco a?os, la victoria de la Unione liderada por Romano Prodi fue hist¨®rica: 11 a 2 (todas las regiones en liza menos V¨¦neto y Lombard¨ªa). Despu¨¦s de eso, la izquierda gan¨® las generales, pero cay¨® el Gobierno, Berlusconi arras¨® en las generales del 2008 y hoy Bersani es el tercer l¨ªder que ha elegido el PD en 18 meses. Realista y tranquilo, ha declarado que una victoria por la m¨ªnima ser¨ªa un buen resultado.
La derecha conf¨ªa en el pr¨®spero norte del pa¨ªs, donde la Liga, el partido m¨¢s antiguo y el mejor organizado, impone ley, orden y xenofobia. El aliado padano, que liderar¨¢ a la coalici¨®n en Piamonte por primera vez, podr¨ªa limitar los da?os de imagen causados por la chapuza de las listas y el decretazo que trat¨®, sin ¨¦xito, de resolverla. Para intentar conquistar las regiones rojas, Berlusconi ha elegido a cuatro "mujeres agradables y buenas": Renata Polverini (Lazio), Monica Faenzi (Toscana), Fiammetta Modena (Umbria) y Anna Maria Bernini (Emilia Roma?a).
Todo indica que la abstenci¨®n crecer¨¢, sobre todo entre los j¨®venes. Seguramente, menos que en Francia, ya que Italia es el pueblo europeo que m¨¢s vota (el 71% en las ¨²ltimas regionales). Berlusconi, temiendo la desafecci¨®n, ha llamado a "los moderados a acudir en masa" a las urnas, contra "los jueces comunistas y el estado de polic¨ªa fiscal que quiere imponer la izquierda". El s¨¢bado presidir¨¢ una manifestaci¨®n en Roma por "el derecho al voto y a la intimidad".
Esta vez, la justicia y el conflicto de intereses son el ¨²nico tema de una campa?a muy tensa en la que nadie habla de los problemas de los ciudadanos y que ser¨¢ recordada por el in¨¦dito veto gubernamental a los programas de informaci¨®n pol¨ªtica en televisi¨®n.
La censura y el abuso de poder est¨¢n en el centro de la investigaci¨®n de la fiscal¨ªa de Trani, ciudad de la Puglia, que de forma casual capt¨® y grab¨®, mientras indagaba, un fraude de tarjetas de cr¨¦dito, unas comprometedoras conversaciones del primer ministro. Los fiscales pincharon 18 llamadas de Berlusconi a un consejero de la agencia reguladora de las comunicaciones, la Agcom, y a algunos jefes de la RAI, en las que les exig¨ªa, entre insultos y amenazas, cerrar el programa Anno Zero y vetar a Eugenio Scalfari y Ezio Mauro (fundador y director de La Repubblica).
El comentario de Mauro Masi, director de la RAI, tras o¨ªr las peticiones del primer ministro, fue memorable: "Esto no pasa ni en Zimbabwe", dijo. Los fiscales han declarado al primer ministro sospechoso de concusi¨®n (obtenci¨®n de beneficio mediante abuso del cargo) y amenazas.
Entretanto, su aliado-tibur¨®n, Gianfranco Fini, ha creado una corriente dentro del partido, llamada Generaci¨®n Italia. La sensaci¨®n de crep¨²sculo y de desbandada en la llamada "mayor¨ªa de pl¨¢stico" es notoria. Berlusconi lo sabe bien, y ayer dijo: "Los jueces me impiden hablar de mis ¨¦xitos y condicionan el voto".
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