EE UU admite su cuota de responsabilidad por la violencia en M¨¦xico
La secretaria de Estado, Hillary Clinton, viaja al pa¨ªs para buscar una respuesta com¨²n al narcotr¨¢fico
Hillary Clinton admiti¨® este martes en M¨¦xico que la lucha contra el narcotr¨¢fico necesita ya de resultados tangibles. "Aceptamos", dijo la secretaria de Estado norteamericana, "nuestra cuota de responsabilidad. Sabemos que la demanda de drogas es el principal combustible de este comercio. Y que armas vendidas en EE UU se est¨¢n utilizando para matar a personas aqu¨ª. Pero ya no se trata de reuniones, se trata de resultados. Los necesitamos ya". Clinton se comprometi¨® a trabajar codo con codo con M¨¦xico para atacar la capacidad log¨ªstica y financiera de los carteles de la droga.
Hillary Clinton no pudo escoger peor d¨ªa para llegar a M¨¦xico. Los peri¨®dicos de del d¨ªa recog¨ªan en portada dos fotograf¨ªas de un joven vestido con una sudadera marr¨®n. La primera fue tomada a las tres de la tarde del domingo, en Santa Catarina (Nuevo Le¨®n), justo en el momento en que agentes de la Marina mexicana lo deten¨ªan acusado de distribuir peque?as dosis de droga. La segunda fotograf¨ªa est¨¢ tomada al amanecer del lunes. Se trata del mismo muchacho, pero ya aparece muerto, con las manos esposadas a la espalda y evidentes signos de tortura. La secretaria de Estado norteamericana lleg¨® a la ciudad de M¨¦xico con el mismo objetivo de su visita de hace un a?o justo: afinar la colaboraci¨®n entre los dos pa¨ªses para hacer efectiva la lucha contra el narcotr¨¢fico a ambos lados de la frontera. Pero la situaci¨®n ha cambiado. A peor. En todos los aspectos.
Cuando Hillary Clinton lleg¨®, el 26 de marzo de 2009 , tra¨ªa un mandato muy claro del presidente Barack Obama: echarle yodo a las heridas que hab¨ªan provocado aqu¨ª las declaraciones de responsables pol¨ªticos y militares estadounidenses que dibujaban a M¨¦xico como un "Estado fallido", comparable incluso con Afganist¨¢n. Clinton logr¨® su objetivo. Llam¨® valiente al presidente Felipe Calder¨®n, admiti¨® la responsabilidad de su pa¨ªs en el tr¨¢fico de armas hacia el sur, prometi¨® la creaci¨®n de una comisi¨®n binacional para trabajar codo con codo y hasta se postr¨® ante la Virgen de Guadalupe. Pero ni las oraciones ni las promesas surtieron efecto. Decenas de personas -la mayor¨ªa de ellas j¨®venes?siguen muriendo en las calles de M¨¦xico. Muchas caen por los disparos de los sicarios a sueldo de los distintos c¨¢rteles. Pero otras muchas bajo el fuego cruzado con polic¨ªas y militares. Algunas de ellas, claramente relacionadas con el mal. Pero otras, cada vez m¨¢s, personas inocentes.
De hecho, durante las ¨²ltimas horas, los mexicanos han recibido muchas y muy dolorosas constataciones de que la teor¨ªa oficial de que los 18.000 muertos del narcotr¨¢fico est¨¢n ligados al crimen no es del todo cierta. Desde el viernes hasta el domingo, diez personas inocentes murieron v¨ªctimas del fuego cruzado. Entre ellas, dos ni?os de 7 y 10 a?os, una anciana y dos brillantes alumnos del Tecnol¨®gico de Monterrey. Todo esto sin contar el asesinato, a las dos de la tarde del pasado d¨ªa 13, de una joven pareja de estadounidenses que circulaba con su hija peque?a por las calles de Ciudad Ju¨¢rez. Otra teor¨ªa oficial que se viene abajo es que las balaceras s¨®lo se producen en media docena de los 32 Estados de la Rep¨²blica. La lista de ciudades visitadas por el horror del narcotr¨¢fico es cada vez m¨¢s larga. Ya los c¨¢rteles no luchan s¨®lo por las rutas hacia Estados Unidos, sino por hacerse con cada una de las plazas para distribuir su mercanc¨ªa.
Preocupaci¨®n en EE UU
Este panorama ha provocado que, tal como hace un a?o, responsables pol¨ªticos estadounidenses hayan vuelto sus ojos hacia el vecino del sur para manifestar su preocupaci¨®n. Desde el presidente Obama, que se declar¨® "indignado" por el asesinato de su joven pareja de compatriotas, a la secretaria de Seguridad Interna, Janet Napolitano, que cuestion¨® la presencia del Ej¨¦rcito en las calles de M¨¦xico, pasando por el ex zar antidrogas de Estados Unidos, Barry McCaffrey, quien acaba de declarar tajante: "Ciudad Ju¨¢rez es ya inmensamente m¨¢s peligrosa que Bagdad o Kabul". En lo que s¨ª coinciden ya representantes de los dos lados de la frontera es que la colaboraci¨®n es vital. Pero, ?de qu¨¦ forma?
Esa es la cuesti¨®n que durante este martes intentaron despejar los m¨¢s altos representantes de M¨¦xico y Estados Unidos. Hillary Clinton se hizo acompa?ar por el secretario de Defensa, Robert Gates; la de Seguridad Interior, Janet Napolitano; el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, Michael Mullen; el director nacional de Inteligencia, Dennis Blair, y el titular de la Administraci¨®n Federal Antidrogas (DEA) , Michelle Leonhart. La representaci¨®n mexicana estaba encabezada por la titular de Exteriores, Patricia Espinosa.
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