El capell¨¢n de los ricos
Los Legionarios de Cristo han reconocido los cr¨ªmenes de su fundador, Marcial Maciel, pero con ello ?alcanzan la salvaci¨®n?
Con m¨¢s de una d¨¦cada de retraso, lleg¨® la disculpa de la orden de los Legionarios de Cristo a los mexicanos, tras admitir que su fundador Marcial Maciel s¨ª era lo que por a?os se denunci¨® -un pederasta? y, todav¨ªa peor, que vivi¨® una triple vida como sacerdote cat¨®lico y pol¨ªgamo. "Estamos profundamente consternados y tenemos que reconocer que son ciertas las acusaciones contra el padre Maciel", dijeron en un comunicado hace unos d¨ªas, "por lo que no podemos mirar a su persona como modelo de vida cristiana sacerdotal". Ya. La orden crem¨® su memoria en le?a verde y, ?todo se acab¨®? No es f¨¢cil borrar un largo t¨²nel negro donde la defensa de Maciel tom¨® formas amenazantes, atac¨® los principios de libertad y provoc¨® la furia de las clases m¨¢s poderosas del pa¨ªs para defender a un sujeto del cual, ahora, se defienden con el silencio.
Durante lustros, el padre Maciel fue construyendo un imperio y un escudo protector. La clase m¨¢s rica del pa¨ªs le entreg¨® a sus hijos para que los educara y formara; algunos de ellos tomaron el camino del celibato, hubo familias que vieron con dolor c¨®mo sus hijos e hijas se iban con Maciel al seminario, y pol¨ªticos que lo buscaban por favores. Maciel no dispon¨ªa de la gracia de Dios, pero s¨ª la de su representante en la Tierra, el papa Juan Pablo II, que al darle acceso privilegiado a El Vaticano le entreg¨® un poder que us¨® muy bien en M¨¦xico.
Maciel ten¨ªa defensores de varios calibres, algunos m¨¢s belicosos que otros, que lo ve¨ªan como su gu¨ªa moral y salvador. No hab¨ªa lugar para detractores, a quienes trataban con peroratas y sobre quienes movilizaban todas las fuerzas del poder a su alcance para acallarlos. As¨ª lo hicieron, en el caso m¨¢s c¨¦lebre, con un novel canal de televisi¨®n que difundi¨® los testimonios de personas que en su ni?ez dijeron haber sido abusados sexualmente por Maciel. Buscaron desacreditarlos y al canal lo asesinaron con un boicot publicitario. Los Legionarios de Cristo movieron a miembros del gabinete del entonces presidente Ernesto Zedillo para amenazar al due?o del canal, y varias de las empresas m¨¢s grandes de M¨¦xico dijeron que si hab¨ªa programa habr¨ªa represalias, que cumplieron.
Hoy, los protagonistas de aquella demostraci¨®n de fuerza en 1997, de censura y represi¨®n, est¨¢n callados, como si buscaran que el tiempo borre la memoria. Quienes agred¨ªan en correos electr¨®nicos cada vez que el prestigio de Maciel quedaba en entredicho, tambi¨¦n est¨¢n en silencio. Los pol¨ªticos que lo procuraban, que se desviv¨ªan para que Maciel les abriera las puertas de El Vaticano para sus fines terrenales, como sucedi¨® con la esposa del ex presidente Vicente Fox, Marta Sahag¨²n, que lo cultiv¨® para que le anularan su matrimonio y pudiera casarse por la Iglesia, tocaron la retirada. ?Hipocres¨ªa? ?Verg¨¹enza? ?Indignaci¨®n? ?O, simplemente, control de da?os?
Maciel era de los suyos. El padre defenestrado nunca tuvo prurito en estirar la mano y pedir dinero. Lo hizo durante d¨¦cadas en el mejor esp¨ªritu de la escuela de un sistema pol¨ªtico que operaba con trueques y privilegios. Maciel era un hombre muy poderoso. Fund¨® los Legionarios de Cristo en el s¨®tano de su casa en la ciudad de M¨¦xico en 1941, desde donde empez¨® a construir un imperio. Desde la V¨ªa Aurelia, una de las calles m¨¢s viejas de Roma, levant¨® una orden que hoy tiene 800 sacerdotes en 18 pa¨ªses, 145 colegios, 21 institutos superiores y nueve universidades. Con una membres¨ªa calculada en 70 mil personas. Sus bienes se estiman en 28,000 millones de d¨®lares, y tiene un movimiento laico, Regnum Christi, con m¨¢s de 70 mil afiliados en el mundo.
El principio del largo fin comenz¨® cuando en New Haven, Connecticut, los grupos econ¨®micos dominantes en la regi¨®n, molestos porque los Legionarios de Cristo compraron las publicaciones cat¨®licas The National Catholic Reporter y Twin Circle en 1995, estimularon la circulaci¨®n de rumores de antiguos alumnos del noviciado sobre la pederastia de su fundador. Esos murmullos terminaron como reportaje en febrero de 1997 en la primera plana del peri¨®dico Hartford Courant. Meses despu¨¦s, un peri¨®dico mexicano, La Jornada, public¨® los testimonios de los sacerdotes y ex religiosos que hab¨ªan denunciado al diario estadounidense los abusos sexuales contra ellos cometidos por el padre Maciel, y poco despu¨¦s aparecieron en la televisi¨®n mexicana, en CNI Canal 40.
Maciel denunci¨® que los "conspiradores" quer¨ªan minar su liderazgo, y durante un largo tiempo consigui¨® neutralizar las denuncias, ayudado por la negaci¨®n de las ¨¦lites -que le hab¨ªan dado todo- de una realidad que cada d¨ªa era m¨¢s evidente. Las luchas pol¨ªticas dentro de la Iglesia cat¨®lica en Estados Unidos hicieron estallar los esc¨¢ndalos de pedofilia entre sacerdotes norteamericanos, con lo cual se fue abriendo brecha all¨¢, y en M¨¦xico con Maciel. Su protector, Juan Pablo II ya no pudo seguir defendi¨¦ndolo, y el cardenal Joseph Ratzinger lo investig¨®. Al asumir el papado como Benedicto XVI, lo forz¨® a retirarse del ministerio.
Maciel muri¨® a principios de 2008 a los 87 a?os, pero no fue sino hasta la semana pasada, en medio de toda una crisis de la Iglesia cat¨®lica por sus sacerdotes ped¨®filos y llamados por la renuncia de Benedicto XVI, que los Legionarios de Cristo decidieron cortar con su fundador. Se dicen sorprendidos por lo que encontr¨® la investigaci¨®n vaticana sobre ¨¦l, pero en realidad sus directores sab¨ªan cuando menos hace un a?o que Maciel no era la persona que la mayor¨ªa cre¨ªa, sino un pecador obsesivo. ?Por qu¨¦ callaron durante este tiempo? Tambi¨¦n ellos han traicionado a los miles que les siguieron. Quiz¨¢s, como Maciel en su momento y las ¨¦lites ahora, porque cre¨ªan que el silencio los salvar¨ªa. Apostaron mucho y han perdido mucho. El pago que tienen que hacer a los mexicanos, hasta ahora, no alcanza para saldar la deuda.
Raymundo Riva Palacio es director del portal www.ejecentral.com.mx.
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