El 'caso Zapata' enfr¨ªa la relaci¨®n entre Cuba y la UE
La suspensi¨®n de la reuni¨®n bilateral en Madrid destapa las tensiones entre La Habana y los Veintisiete
Las relaciones entre Cuba y la Uni¨®n Europea atraviesan un nuevo periodo de turbulencias. La muerte del prisionero de conciencia Orlando Zapata y la posterior condena internacional al Gobierno de Ra¨²l Castro han sacudido otra vez los cimientos de la pol¨ªtica espa?ola favorable a promover un acercamiento entre Bruselas y La Habana. A la dura resoluci¨®n del Parlamento Europeo sobre la situaci¨®n de los derechos humanos en la isla, y la no menos dura respuesta de la Asamblea Nacional cubana, ha seguido la suspensi¨®n de la reuni¨®n que deb¨ªan sostener en Madrid, el 6 de abril, el canciller cubano, Bruno Rodr¨ªguez, y su hom¨®logo espa?ol, Miguel ?ngel Moratinos, en calidad de representante de la UE.
Seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas europeas, el encuentro no est¨¢ suspendido definitivamente. Oficialmente est¨¢ "aplazado" por decisi¨®n de ambas partes y podr¨ªa celebrarse a finales de abril o en v¨ªsperas de la cumbre entre la Uni¨®n Europea y Am¨¦rica Latina y Caribe, fijada para el 18 de mayo en la capital espa?ola. Al parecer, lo caldeado del ambiente ha aconsejado a Rodr¨ªguez y Moratinos poner d¨ªas de por medio a una reuni¨®n que pod¨ªa enredar todav¨ªa m¨¢s las cosas.
Al decir de diplom¨¢ticos europeos consultados en La Habana, la postergaci¨®n de la cumbre ministerial no significa un "descarrilamiento del proceso de di¨¢logo", aunque s¨ª "evidencia que la situaci¨®n es complicada". Est¨¢ claro que el impacto del caso Zapata y su cola posterior -la huelga de hambre del opositor Guillermo Fari?as y la represi¨®n de las manifestaciones de protesta de las Damas de Blanco- han expuesto la fragilidad de las relaciones pol¨ªticas entre Cuba y la UE, sometidas de modo permanente a vaivenes coyunturales y cargadas de contradicciones.
Hoy adquiere mayor actualidad que nunca el debate sobre la eficacia de la actual pol¨ªtica de los Veintisiete hacia Cuba. Basada en la Posici¨®n Com¨²n de 1996, aprobada a instancias del ex presidente espa?ol Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, dicha l¨ªnea condiciona la normalizaci¨®n de las relaciones a avances en el campo de los derechos humanos y de las libertades democr¨¢ticas en la isla. Espa?a sostiene que tal pol¨ªtica no ha producido los resultados esperados y que el di¨¢logo y el "compromiso constructivo" es la mejor estrategia para apoyar los cambios en Cuba.
?Confrontaci¨®n o di¨¢logo? La cuesti¨®n, b¨¢sicamente, es decidir cu¨¢l de los dos enfoques puede promover y defender de manera m¨¢s eficaz los intereses y valores europeos en todos los ¨¢mbitos, incluido el campo de los derechos humanos. "Parece existir la percepci¨®n de que eliminar la Posici¨®n Com¨²n equivaldr¨ªa a abandonar las reivindicaciones de la Uni¨®n Europea en el campo de los Derechos Humanos. Esto no es cierto", afirm¨® recientemente el representante en Cuba de la Comisi¨®n Europea, Javier Ni?o. Seg¨²n el diplom¨¢tico, "un posible acuerdo bilateral que sustituyera la Posici¨®n Com¨²n tendr¨ªa necesariamente que incorporar una cl¨¢usula de derechos humanos, dentro de la cual se discutir¨ªan de manera estructurada y regular estas cuestiones".
El debate sobre qu¨¦ es mejor, si la presi¨®n o la normalizaci¨®n de las relaciones, es cuando menos curioso. Algunos diplom¨¢ticos opinan que "la normalizaci¨®n, de hecho, ya es una realidad: Europa es el segundo o tercer socio comercial de Cuba, el primer inversor en la isla y el principal emisor de turistas; la cooperaci¨®n al desarrollo fue restablecida en octubre de 2008 y tambi¨¦n existe un proceso regular de di¨¢logo pol¨ªtico".
El caso Zapata ha zarandeado el delicado equilibrio pol¨ªtico entre Bruselas y La Habana. Y tambi¨¦n entre Madrid y Bruselas, donde parece dif¨ªcil que ahora pueda cambiarse la pol¨ªtica hacia Cuba.
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