El primer ministro de Tailandia amenaza con expulsar a los 'camisas rojas' del centro de Bangkok
"No nos iremos a casa hasta que venzamos", han advertido los l¨ªderes de la oposici¨®n
La crisis pol¨ªtica que vive Tailandia no tiene soluci¨®n a la vista. El primer ministro, Abhisit Vejjajiva, se comprometi¨® en una intervenci¨®n televisada a expulsar a los camisas rojas del campamento en el que se han atrincherado en el centro de Bangkok, aunque no dio fecha. "Tomaremos [el cruce de] Ratchaprasong, pero el proceso, las medidas, c¨®mo y cu¨¢ndo se har¨¢ no puede ser revelado porque depende de varias cosas", dijo Abhisit, que rechaz¨® de nuevo, como hab¨ªa hecho el s¨¢bado, la oferta de los manifestantes para poner fin al enfrentamiento. "No se puede sentar un precedente por el cual la intimidaci¨®n provoque un cambio pol¨ªtico", afirm¨®.
Los camisas rojas ofrecieron un compromiso el viernes pasado al Gobierno, por el cual aceptar¨ªan la disoluci¨®n del Parlamento en un plazo de 30 d¨ªas y la convocatoria de elecciones 60 d¨ªas m¨¢s tarde, en lugar de con car¨¢cter inmediato como exig¨ªan hasta ahora. A cambio, pondr¨ªan fin a sus protestas. "No creo que este problema pueda ser resuelto en 30 d¨ªas", asegur¨® Abhisit. El l¨ªder tailand¨¦s mantuvo su propuesta anterior de convocar elecciones en diciembre, un a?o antes de lo previsto.
Durante la declaraci¨®n televisada, previamente grabada, el primer ministro estuvo acompa?ado por el jefe del Ej¨¦rcito y m¨¢ximo responsable de seguridad nacional, Anupong Paochinda, lo que fue interpretado como un intento de atajar las especulaciones sobre la existencia de tensiones entre los dos hombres respecto a la forma de poner fin a una crisis que dura seis semanas, ha provocado 26 v¨ªctimas mortales y cerca de 1.000 heridos, y est¨¢ asestando un duro golpe a la econom¨ªa del pa¨ªs.
Anupong dijo que la situaci¨®n debe ser resuelta por m¨¦todos legales, y neg¨® que haya una divisi¨®n significativa dentro del Ej¨¦rcito. "Dado que se trata de una organizaci¨®n muy grande, es posible [que existan militares que disientan], pero su n¨²mero no es lo suficientemente importante para decir que los militares est¨¢n divididos". Anupong repiti¨® que no emplear¨¢n la fuerza, pero que, dado que la situaci¨®n ha evolucionado hacia la violencia, "el Ej¨¦rcito tendr¨¢ que ajustar sus medidas".
Abhisit insisti¨® en que "el proceso de soluci¨®n est¨¢ en marcha", pero a?adi¨® que "puede que no guste a todo el mundo". "El Gobierno, y no s¨®lo el Ej¨¦rcito, se est¨¢ preparando para lo que pueda conducir al pr¨®ximo nivel", afirm¨®, sin aclarar si el "pr¨®ximo nivel" significa una represi¨®n violenta para expulsar a los camisas rojas del ¨¢rea en la que est¨¢n instalados en el barrio m¨¢s comercial de Bangkok. Tanto el Gobierno como los l¨ªderes militares han asegurado que los manifestantes no se pueden quedar en el coraz¨®n de la capital de forma indefinida.
Los rojos, sin embargo, no est¨¢n dispuestos a ceder, y han dado nuevos pasos. "No nos iremos a casa hasta que venzamos", dijo Khwanchai Praipana, uno de los l¨ªderes de la protesta, a sus seguidores, tras las declaraciones televisadas, informa Associated Press. Y a?adi¨® que muchos polic¨ªas y soldados en las provincias est¨¢n de su lado. Alrededor de 1.000 manifestantes bloquearon ayer con un cami¨®n una de las principales carreteras de acceso a Bangkok e impidieron la entrada de unos 500 polic¨ªas a bordo de varios veh¨ªculos, seg¨²n inform¨® el Gobierno. Aproximadamente, el mismo n¨²mero de personas cortaron e paso a 150 polic¨ªas que se dirig¨ªan a la capital en la provincia de Udon Thani.
Los camisas rojas, seguidores del ex primer ministro Thaksin Shinawatra, que fue expulsado del cargo en un golpe militar en 2006, acusan a Abhisit de haber asumido el Gobierno de forma ileg¨ªtima. Desde hace seis semanas, decenas de miles ocupan el centro de Bangkok, a pesar de haber sido declarado el estado de excepci¨®n y haber sido prohibidas las concentraciones, en un despliegue de tal magnitud y cohesi¨®n que ha sorprendido al propio Abhisit, seg¨²n reconoci¨® ayer. "Lo admito, no esperaba ver a tal fuerza, dispuesta a ir tan lejos", dijo.
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