El Tribunal para la antigua Yugoslavia recibe los diarios de guerra de Mladic
Los fiscales esperan usar la documentaci¨®n como prueba contra el general serbobosnio y el ex presidente Karadzic, juzgados por genocidio
La fiscal¨ªa del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) ha recibido los diarios de guerra de Ratko Mladic, el general serbobosnio acusado del genocidio de Srebrenica. Los documentos fueron hallados en febrero pasado en el domicilio de su esposa, en Belgrado. Se trata de 18 cuadernos con m¨¢s de 3.500 p¨¢ginas escritas a mano donde se relata su trayectoria durante la guerra de Bosnia (1992-1995). Seg¨²n el TPIY, todos los oficiales del Ej¨¦rcito serbio estaban obligados a llevar una agenda propia. De la lectura de las notas tomadas por Mladic -huido desde hace 15 a?os- los fiscales esperan extraer "pruebas relevantes" contra Radovan Karadzic. El ex l¨ªder serbobosnio, juzgado por el genocidio de Srebrenica, era su jefe pol¨ªtico directo.
Aunque la fiscal¨ªa no ha desvelado a¨²n detalles de los escritos, se sabe que Mladic tom¨® notas de todos sus encuentros importantes: desde Karadzic y el ex presidente serbio Milosevic, a los miembros de las fuerzas de paz de Naciones Unidas. Habr¨ªa descrito, entre otras, sus discusiones sobre estrategia militar antes de asaltar objetivos considerados enemigos en Bosnia. Tambi¨¦n aparecer¨ªan las sanciones y trato dispensado a los civiles en Srebrenica antes del asesinato de 8.000 varones musulmanes refugiados en la ciudad bosnia. "Son escritos contempor¨¢neos de un miembro clave de la c¨²pula serbobosnia, acusado de organizar atrocidades como la de Srebrenica y el sitio de Sarajevo (que caus¨® 12.000 muertos)", seg¨²n la acusaci¨®n del TPIY.
En un intento de evitar retrasos, los propios fiscales del Tribunal han condensado las acusaciones contra Mladic en un bloque de 11 delitos: genocidio, cr¨ªmenes de guerra y contra la humanidad. Junto a Srebrenica y Sarajevo, se incluye la toma de rehenes de personal de la ONU. Aunque la OTAN sigue busc¨¢ndole, no se descarta que permanezca en Serbia protegido por los aliados de su ¨¦poca militar que puedan quedarle.
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