Como en una novela de John le Carr¨¦
El FBI desmantel¨® el domingo por la noche una red de espionaje ruso y detuvo a 10 personas en Nueva York, Boston y Arlington
Si el gui¨®n se lo hubieran pedido a John le Carr¨¦ -para un mercadillo de saldos en homenaje de la vetusta Guerra Fr¨ªa- no lo hubiera imaginado mejor. Contactos clandestinos en un banco a la entrada de Central Park en Nueva York; 'entregas' de dinero en un sobre escondido dentro de un peri¨®dico doblado que se deja caer en una papelera de Arlington (Virginia, al lado de Washington capital) para que lo recoja el agente de turno de ese d¨ªa; transacci¨®n de informaci¨®n entre esp¨ªas rusos y agentes encubiertos del FBI a pocos metros de la Casa Blanca; intercambio de maletines naranjas id¨¦nticos -palabra clave esta ¨²ltima- mientras dos agentes de la inteligencia rusa se cruzan en un paso de cebra sin cruzar palabra: visto y no visto, cada uno se lleva el portafolios del otro.
Como a veces sucede, la realidad supera a la ficci¨®n. El FBI desmantelaba el domingo por la noche una red de espionaje ruso y deten¨ªa a 10 personas en Nueva York, Boston y Arlington -una m¨¢s logr¨® salir de EE UU y ayer fue detenida en el aeropuerto de Chipre cuando intentaba volar a Budapest (Hungr¨ªa)- en lo que supuso la culminaci¨®n de una investigaci¨®n que roza el surrealismo y se remonta a los a?os en el poder de Bill Clinton, aunque es probable que la c¨¦lula estuviera operando desde mucho antes.
Fuentes cercanas a la Casa Blanca han dejado saber que Barack Obama no parece estar muy contento con el hecho de que los arrestos se produjeran menos de 48 horas despu¨¦s de que invitara a hamburguesas al presidente de Rusia, Dimitri Medv¨¦dev, pero que tem¨ªan que pudieran huir. El Gobierno ruso ya ha hecho constar su protesta y ha calificado las detenciones de "improcedentes y sin base".
Ocho de los diez supuestos agentes ilegales -t¨¦rmino que se usa dentro del argot del espionaje para los agentes que operan bajo nombre falso y sin cobertura diplom¨¢tica- eran matrimonios que ten¨ªan vidas absolutamente normales y que llevaban d¨¦cadas integrados en la sociedad norteamericana, hasta el punto de que sus hijos han nacido en EE UU y viv¨ªan ajenos al trabajo que en realidad desempe?aban sus padres. Ese era el objetivo: Americanizar a los esp¨ªas para que se pudieran infiltrar en altos c¨ªrculos de poder del pa¨ªs. Vecinos de uno de esos matrimonios se mostraban totalmente impactados por la detenci¨®n. "Con lo bonitas y bien cuidadas que ten¨ªan las hortensias", acert¨® a decir Jessie Gugig, citada por el diario The New York Times.
Seg¨²n documentos judiciales, el FBI intercept¨® un mensaje del Servicio de Inteligencia Exterior ruso (SVR, ex KGB) -al que denominan 'C', por 'center', centro- dirigido a dos de los acusados, donde les dec¨ªa que su principal misi¨®n era "buscar y desarrollar v¨ªnculos" con universidades, grupos de presi¨®n, think-tanks y el gobierno estadounidense. Otros mensajes ped¨ªan informaci¨®n sobre armas nucleares, Ir¨¢n, rumores sobre la Casa Blanca, el liderazgo de la CIA, las elecciones presidenciales, el Congreso y los partidos pol¨ªticos. Se desconoce por el momento el ¨¦xito que tuvieron los agentes rusos en sus misiones pero parece ser que es m¨ªnimo.
Algunas cuestiones -muchas en realidad- est¨¢n por resolver. Desde por qu¨¦ se segu¨ªan usando m¨¦todos propios de otra era hasta por qu¨¦ si lo que Mosc¨² buscaba era 'la compra de influencias' no recurri¨® a una firma de lobbystas o de relaciones p¨²blicas.
Ninguno de los detenidos ha sido acusado de espionaje. Se les ha imputado cargos de "conspiraci¨®n" y de actuar como agentes de un gobierno extranjero sin notificar su presencia a la justicia de Estados Unidos, lo que est¨¢ castigado con hasta cinco a?os de prisi¨®n. Algunos de ellos tambi¨¦n est¨¢n acusados de lavado de dinero, delito que puede acarrearles hasta 20 a?os de c¨¢rcel. Entre los detenidos est¨¢ la pareja formada por Vicky Pel¨¢ez, periodista peruana y columnista del diario hispano El Diario/La Prensa y su esposo, conocido como Juan L¨¢zaro.
De los documentos en posesi¨®n del FBI se desprende que Mosc¨² tem¨ªa que los esp¨ªas se estuvieran americanizando' demasiado y se olvidaran del verdadero objetivo de su misi¨®n. Una de las parejas, residente en Nueva Jersey, solicit¨® autorizaci¨®n para comprar la casa en la que viv¨ªan de alquiler. "Tenemos la sensaci¨®n de que 'C' considera la adquisici¨®n como una desviaci¨®n de nuestro verdadero trabajo aqu¨ª", escribi¨® a la sede del SVR en Mosc¨² el matrimonio. "Desde nuestro punto de vista, la compra de la casa responde al refr¨¢n 'donde fueres haz lo que vieres', y los americanos valoran la propiedad privada".
Los medios a trav¨¦s de los cuales se comunicaba la red de esp¨ªas durmientes eran tan cl¨¢sicos como la tinta invisible o tan de ¨²ltima tecnolog¨ªa como mensajes cifrados a trav¨¦s de fotograf¨ªas pixeladas en Internet. Las radios de onda corta y los pasaportes falsos tambi¨¦n formaban parte de su d¨ªa a d¨ªa. Eso, y mantener las hortensias del porche en buen estado y que los ni?os acudieran al partido de b¨¦isbol para no levantar sospechas.
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