Al menos siete mujeres y tres hombres esperan a ser lapidados en Ir¨¢n
La campa?a para la liberaci¨®n de Sakineh Mohammadi Ashtiani a trav¨¦s de freesakineh.org supera ya las 89.000 firmas
Sakineh Mohammadi Ashtiani no es la ¨²nica persona en Ir¨¢n a la espera de que se ejecute la pena de muerte a la que ha sido condenada. El caso de esta iran¨ª de 43 a?os y madre de dos hijos ha saltado a la luz p¨²blica debido a la intensa campa?a para evitar su lapidaci¨®n promovida por diversas organizaciones como Amnist¨ªa Internacional o Human Rights Watch. Una web que pide su liberaci¨®n (http://freesakineh.org/) ha recogido m¨¢s de 89.000 firmas, entre ellas las del ex presidente brasile?o Fernando Henrique Cardoso, la pol¨ªtica colombiana Ingrid Betancourt, el escritor Salman Rushdie o el consejero delegado del grupo PRISA, Juan Luis Cebri¨¢n. Sin embargo, adem¨¢s de Ashtiani, un total de siete mujeres y tres hombres podr¨ªan ser lapidados en Ir¨¢n en cualquier momento.
Una de estas personas es Iran A, una mujer de la etnia bajtiari -un grupo originario del sur de Ir¨¢n- que fue condenada a cinco a?os de c¨¢rcel por complicidad en el asesinato de su marido y a la lapidaci¨®n por adulterio. Seg¨²n los informes de los que dispone Amnist¨ªa Internacional, su marido la atac¨® con un cuchillo al verla hablando con el hijo de un vecino, dej¨¢ndola inconsciente. Cuando despert¨®, su esposo hab¨ªa sido asesinado con el mismo cuchillo con el que la hab¨ªa atacado, y el presunto autor del crimen era el hijo de su vecino. Al ser interrogada por la polic¨ªa, supuestamente Iran confes¨® haber cometido adulterio, algo de lo que se retract¨® m¨¢s tarde. En junio de 2007 se anunci¨® que la sentencia hab¨ªa sido revocada y que se repetir¨ªa el juicio, pero en esta nueva ocasi¨®n la sentencia ha sido la misma. Iran est¨¢ recluida en la prisi¨®n de Sepidar en Ahvaz (al suroeste de Ir¨¢n) y desde febrero de 2009 no se tienen noticias de ella.
"Estoy lista para ir a la horca, pero no deben lapidarme. A una la estrangulan y muere, pero es muy duro soportar los golpes de las piedras en la cabeza". Son palabras de Khayrieh V., otra de las mujeres condenadas en Ir¨¢n que espera su lapidaci¨®n tras ser condenada tambi¨¦n por complicidad en el asesinato de su marido y por adulterio. Khayrieh V. sufr¨ªa violencia de g¨¦nero y comenz¨® una relaci¨®n con un familiar de su marido, que acab¨® mat¨¢ndolo. Ella confes¨® su adulterio pero neg¨® cualquier implicaci¨®n en el asesinato de su esposo. A pesar de ello, la sentencia fue ratificada y se encuentra a la espera de que el presidente de la Magistratura, Ayatollah Shahroudi, d¨¦ el visto bueno a su lapidaci¨®n.
La lapidaci¨®n de Ashraf Kalhori estuvo a punto de llevarse a cabo en julio de 2006 pero fue suspendida temporalmente por Shahroudi. Sin embargo, el 23 de febrero de 2009, dos peri¨®dicos iran¨ªes informaron de que la comisi¨®n iran¨ª de Amnist¨ªa y Clemencia hab¨ªa rechazado su apelaci¨®n, por lo que su lapidaci¨®n podr¨ªa producirse en cualquier momento. Ashraf Kalhori fue condenada a muerte por adulterio y a 15 a?os de c¨¢rcel por complicidad en el asesinato de su marido. Ella mantiene que fue una muerte accidental pero la polic¨ªa iran¨ª la acus¨® de mantener una relaci¨®n con un vecino, animando a este a matar a su pareja. Como es habitual, la mujer confes¨® el adulterio en un primer interrogatorio, retract¨¢ndose despu¨¦s.
Seg¨²n el c¨®digo penal iran¨ª, vigente desde la Revoluci¨®n iran¨ª de 1979, el delito ha de probarse por la confesi¨®n repetida del acusado o el testimonio de cuatro testigos varones (o de tres mujeres y dos hombres). Ante la dificultad de conseguir esto ¨²ltimo y en casos de presunto adulterio, el art¨ªculo 105 otorga a los jueces -que en Ir¨¢n son todos hombres- el derecho a condenar a muerte por lapidaci¨®n bas¨¢ndose exclusivamente en su conocimiento documentado del acto.
Kobra Babaei y Rahim Mohammadi ten¨ªan una hija de 12 a?os. Seg¨²n las informaciones de las que dispone Amnist¨ªa Internacional, el matrimonio recurri¨® a la prostituci¨®n para mantenerse econ¨®micamente tras meses sin encontrar trabajo alguno, por lo que ambos fueron condenados a la lapidaci¨®n por cometer adulterio dentro del matrimonio. Rahim, adem¨¢s, fue declarado culpable por sodom¨ªa, delito que tambi¨¦n acarrea la pena de muerte en Ir¨¢n, aunque el m¨¦todo por el que esta se llevar¨¢ a cabo ha de decidirlo el juez. En este caso, Rahim fue ahorcado el 5 de octubre de 2009. Su esposa, Kobra Babaei, espera su lapidaci¨®n tras haber sido ratificada su sentencia.
La lapidaci¨®n no es una pena aplicable solo a las mujeres en Ir¨¢n, Mohammad Ali Navid Khamami fue declarado culpable de adulterio por lo que fue condenado a la ejecuci¨®n por lapidaci¨®n. El temor por su vida aument¨® cuando, en mayo de 2009, un portavoz de la Magistratura iran¨ª, despu¨¦s de confirmar que otro hombre hab¨ªa sido lapidado unas semanas antes, evit¨® referirse al hecho de que Mohammad Ali Navid Khamami estuviese esperando su muerte en la prisi¨®n de Rasht.
De la misma manera, Naghi Ahmadi, Bu Ali Juamfashani, Sarimeh Sajjadi, Hashemi Nasab y una mujer identificada solamente como M. Kh esperan tambi¨¦n a que se ejecute su sentencia a muerte por lapidaci¨®n sin que ninguna organizaci¨®n haya conseguido datos sobre su detenci¨®n o su juicio.
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