?Un problema estructural o c¨ªclico?
Am¨¦rica Latina y el Caribe (ALC) conforman la regi¨®n m¨¢s desigual del mundo y se considera que la desigualdad es uno de los mayores obst¨¢culos para su desarrollo. Si bien este tema ha captado la atenci¨®n de los acad¨¦micos durante muchos a?os, hasta ahora no han logrado convencer a la ¨¦lite pol¨ªtica de embarcarse en ning¨²n programa serio para reducir la desigualdad.
Seg¨²n el informe del Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD) que se presenta hoy y un libro escrito por Luis Felipe L¨®pez Calva y Nora Lustig de reciente publicaci¨®n, varios indicadores sugieren que las cosas pueden estar cambiando. En primer lugar, la desigualdad del ingreso ha disminuido durante el ¨²ltimo decenio en varios pa¨ªses, no por mucho, pero s¨ª de manera significativa. En segundo lugar, cada vez existe mayor conciencia social y pol¨ªtica de que algo debe hacerse para reducir la desigualdad y la pobreza relativa, como puede apreciarse en la difusi¨®n de programas de transferencias de efectivo dirigidos a los pobres de toda la regi¨®n. En tercer lugar, el reciente aumento repentino en el crecimiento podr¨ªa ayudar a magnificar estas tendencias. Por consiguiente, la pregunta es si ahora la regi¨®n de ALC ha tomado un camino de crecimiento acelerado e igualador, o si la reciente disminuci¨®n de la desigualdad y la aceleraci¨®n del crecimiento son resultado de ciclos econ¨®micos nacionales o globales que pudieran revertirse en el futuro.
"Se necesitan m¨¢s recursos para hacer mella en una desigualdad tan elevada y romper el c¨ªrculo"
Hasta donde sabemos, la respuesta a esta pregunta es que efectivamente hay fuerzas estructurales que est¨¢n presentes y que tienden a contener la desigualdad, pero que siguen siendo d¨¦biles a pesar de que pueden haberse fortalecido gracias al aumento repentino del crecimiento que se ha observado en fechas recientes. Sin embargo, la persistencia de este crecimiento dista mucho de ser algo que deba darse por descontado.
El progreso educativo ha sido un importante factor estructural ecualizador. Durante los ¨²ltimos 20 a?os, el marcado aumento en la proporci¨®n de la fuerza laboral que cuenta al menos con primaria terminada ha tenido un efecto igualador significativo. Adem¨¢s, la oferta de trabajadores con estudios superiores aument¨® m¨¢s r¨¢pidamente que la demanda, lo que contribuy¨® a una disminuci¨®n del diferencial de ingresos entre trabajadores calificados y no calificados. Hace 15 a?os, la tendencia era a la inversa.
Las pol¨ªticas innovadoras de redistribuci¨®n dirigidas a los m¨¢s pobres en muchos pa¨ªses de ALC es un segundo factor estructural que contribuy¨® a la igualaci¨®n del ingreso. No obstante, su efecto generalizado est¨¢ limitado en funci¨®n del tama?o en s¨ª de estos programas. En promedio, los llamados "programas de transferencias de efectivo condicionadas", como Oportunidades en M¨¦xico, Bolsa Familia en Brasil, Chile Solidario y otros, dan cuenta de menos del 0.6 por ciento del PIB. No es posible lograr una gran disminuci¨®n de la desigualdad con recursos tan limitados. Se requiere mucho m¨¢s para hacer una mella importante donde existe una desigualdad de ingresos tan anormalmente elevada y romper el c¨ªrculo vicioso que la transmite de una generaci¨®n a otra.
El hecho de que la disminuci¨®n de la desigualdad que se ha observado en el ¨²ltimo decenio parezca haber precedido al reciente aumento repentino en el crecimiento confirma que se trata de un fen¨®meno m¨¢s bien estructural y no c¨ªclico. A pesar de que los datos de distribuci¨®n del periodo m¨¢s reciente todav¨ªa no est¨¢n disponibles, es probable que el aumento repentino del crecimiento que se observa desde 2004 (el PIB per c¨¢pita creci¨® a una tasa anual r¨¦cord de 4 por ciento entre 2004 y 2008) haya contribuido a intensificar todav¨ªa m¨¢s esta disminuci¨®n al aumentar la demanda de mano de obra y la proporci¨®n de la mano de obra en el ingreso nacional. Al aumentar los recursos presupuestales, esta aceleraci¨®n del crecimiento tambi¨¦n podr¨ªa darles a los gobiernos los medios para implementar pol¨ªticas de redistribuci¨®n m¨¢s agresivas.
Algo parece estar cambiando en la regi¨®n de ALC en el rubro de la desigualdad, por lo menos y en parte debido a pol¨ªticas innovadoras. Sin embargo, la regi¨®n sigue estando lejos del punto en donde la desigualdad deje de actuar como un freno sistem¨¢tico para el crecimiento econ¨®mico a largo plazo. Otras fuerzas podr¨ªan contribuir a acelerar el crecimiento. Se tiene la esperanza de que ya est¨¦n en operaci¨®n y que los gobiernos aprovechen la oportunidad de lograr un mejor desempe?o de crecimiento para avanzar aun m¨¢s en su lucha contra la desigualdad y su impulso al desarrollo socialmente duradero.
Fran?ois Bourguignon es Director de la Escuela de Econom¨ªa de Par¨ªs y ex Economista en Jefe del Banco Mundial
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